➤ Recuerdo Dos.

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 Confesiones  

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Octubre, 2018.

Hay momentos en la vida en que las personas perdemos a personas importantes, por lo general, suele ser de manera inesperada y casi siempre asimilarlo se vuelve lo más difícil de toda esa etapa.

Esos momentos, en ocasiones, terminan definiendo mucho tiempo de nuestra vida y, sin pensar, a veces, cambian varios de nuestros pensamientos.

Yo nunca había pensado en la muerte, no de una manera reflexiva. Nunca había sentido la necesidad de hacerlo, ni siquiera cuando una tía mía falleció. No fue algo que realmente me impactó y me hiciera llenarme de intriga como para querer saber todo de ella o, por lo menos, querer saber cómo funcionaba. Nunca había pensado en cómo moriría, cuándo pasaría o porqué; solo vivía la vida y me olvidaba de que la muerte existía.

Pero, al igual que todo en este mundo, solo te toma un segundo, un momento, una experiencia para que cambies algún pensamiento.

En mi caso fue mi maestro de literatura, quién a pesar de su manera tan indiferente para dar clases, siempre supo ayudar y aconsejar a sus estudiantes, en especial a una que apenas había llegado a la escuela donde él enseñaba. Él fue la persona y la experiencia que me hizo cambiar de perspectiva sobre la muerte.

Fue un miércoles cuando recibimos la noticia. Lo recordaba porque ese día se suponía que debíamos rendir un examen de su materia y yo me había preparado muy bien para ello. A primera hora, después de que el timbre hubiera sonado y todos estuvieran sentados en sus respectivos asientos, el director de la escuela llegó y dio el anunció a toda la clase. El maestro Han Jae Suk había fallecido la noche anterior de un repentino paro cardíaco. Cuando el director se retiró, algunos compañeros hicieron bromas sobre la situación y dijeron que al menos ya no tendrían que preocuparse por esa materia, otros lamentaron el suceso y a unos muy pocos les dio completamente igual su muerte. Todos tuvieron algo que decir al respecto ese día; todos menos yo. Yo me quedé en silencio y empecé a pensar en lo mucho que lo extrañaría y en lo mucho que me había ayudado.

Para mí, él fue un buen maestro. No fue malo o indiferente como todos lo catalogaron. Fue el primero en notar mi pasión por la escritura y en incitarme a escribir más, fue quien se dio cuenta de que me gustaba el presidente de la clase, el primero en notar que era más tímida de lo que aparentaba. Él dijo que le hacía recordar a su hija y que por esa razón me prestaba atención; yo le dije que apreciaba su interés.

Por supuesto que me dolió su partida y fue justo por eso que decidí asistir a su velorio, aún cuando nadie de la escuela quiso hacerlo, ni siquiera los propios maestros.

Aquel sábado, dos días después de haber recibido la noticia, escapé de casa. Mis padres no querían que fuese al velorio de alguien que, según ellos, no estaba a mi altura, pero no me importó; así que, tuve que hacerlo cuando me dejaron sola.

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⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

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𝚃𝚑𝚎 𝚂𝚝𝚘𝚛𝚢 𝚘𝚏 𝚄𝚜 ;; 𝗟𝗲𝗲 𝗛𝗲𝗲𝘀𝗲𝘂𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora