7

20 5 1
                                    

Natani puso los ojos en blanco cuando vio el asiento que Ashley le designó en el auto.

—¿En serio? —achicó los ojos, cruzándose de brazos mientras miraba a su amiga con incredulidad.

Ashley se encogió de hombros, como si no entendiera el problema, y asintió.

Natani bufó, exasperada.

El viaje sería de dos largas horas por carretera. Demasiado tiempo en un auto y en una compañía que no era precisamente de su agrado. Tommy conduciría, y aunque Natani quiso pedir el asiento del copiloto, una sola mirada de advertencia de Ashley fue suficiente para entender que la respuesta era un rotundo no.

Apretó los labios, resistiendo la tentación de quejarse, pero Josep, quien metía su mochila en el maletero, le lanzó una mirada fulminante, dejándole claro que no era el momento de protestar.

Resignada, soltó un suspiro —el cuarto, o tal vez quinto, en lo que iba del día— y subió al auto, deslizando su cuerpo hasta quedar en el asiento trasero que le había tocado. Compartiría espacio con Jean Jong, y eso era, en su opinión, un verdadero martirio.

Estaban haciendo las paces, sí, pero solo porque necesitaban coordinarse para organizar la cita sorpresa de Ashley y Josep. Fuera de eso, Natani no tenía la menor intención de ser amiga de Jean, y sabía que él tampoco la consideraba su amiga.

Simplemente, no se soportaban.

Se acomodó en el asiento, tensando los músculos mientras pasaba la mirada de Ashley a Josep, quienes se subieron al auto seguidos de Tommy.

—¿Todos listos? —preguntó Tommy desde el asiento del conductor, abrochándose el cinturón y mirando a los cuatro jóvenes por el retrovisor.

Todos asintieron, menos Natani, quien se limitó a mirar por la ventana. La idea de estar encerrada en un auto durante dos horas se le antojaba asfixiante, pero no tenía alternativa. Era la única forma de llegar al campo. Trató de convencerse a sí misma de que lo mejor sería dormir el trayecto y no pensar en recuerdos del pasado que podrían hacer el viaje aún más insoportable.

El auto comenzó a moverse a una velocidad moderada. Natani se acomodó el cabello en una coleta alta, preparándose mentalmente para intentar conciliar el sueño. Sin embargo, sus planes se vieron interrumpidos cuando la curiosidad de saber porque Tommy giró bruscamente el volante hacia la derecha, tomando el camino hacia la escuela, en lugar de girar hacia la izquierda.

—¿A dónde vamos? Se supone que-

—Pasaremos por Kiem. También irá con nosotros. —la interrumpió Tommy, lanzándole una mirada rápida por el retrovisor. 

Natani asintió, tratando de recostarse en el asiento.

—¿Le dieron el permiso?

—Mhjum —afirmó con un ruidito Tommy.

—Oh, vaya, es un milagro. 

Natani vio a Jean removerse en su asiento y acercarse a ella para decir.

—¿No sabes hacer otra cosa más que preguntar tonterías, Yang? 

La irritación se filtró en cada palabra de Jean, buscando provocarla. Natani sintió la furia arder en su pecho, pero se obligó a buscar en su interior un poco de autocontrol.

—Mhmm

Ashley, sentada a su lado, los observó con una expresión de agotamiento. Ya sabía que esto pasaría.

—Hoy amaneciste muy callada, Nanita. ¿Te sucede algo? —Jean sonrió con un ápice de malicia, quitándose uno de los auriculares, pero dejando el otro en su oído. La música aún sonaba, pero él claramente quería discutir y...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 27 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

YOUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora