Oportunidades (Kageyama & Hinata)

Capítulo 10 - "Última Oportunidad"

Hinata

Ya ha pasado más de dos semanas desde que nos besamos por primera vez, ese momento fue mágico y ni hablar de los demás.

Para ambos ya era de todos los días irnos al baño para besarnos, solo que a diferencia de la primera vez, lo que pasaba ahora ya no era un momento sentimental. Era erotico, para al final cada quien terminar con sus "asuntos" en el baño de la escuela.

Todos los días esperaba que Kageyama mencionara algo con respecto al "¿Qué somos?", pero ni una sola palabra sobre ello era mencionada. Esta situación empezaba a ser frustrante y para nada agradable, incluso considere la idea de que Kageyama me esta usando como un objeto, un amante pasajero sin significado alguno para el. Esa clase de pensamientos me destruian, y era aún más doloroso no tener a alguien que me ayudara a aclarar y ordenar mi cabeza.

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Iba con dirección a mi salón y me encontré a Kageyama en la puerta de este, me vio y se acercó a mi con una hermosa sonrisa, esta es la clase de situaciones por las que no puedo dejar de amar al pelinegro, por las que aunque me duela, tengo que conformarme con ser "amigos con derechos".

— ¡Hinata!, ¿Porque tan tarde? — Una risa salió de el.

— Hmm... Me desperté tarde.—Algo de cansansio se podía notar en mi voz, después de todo no estaba mintiendo, me desperté tarde por haberme ido a dormir aun más tarde la noche anterior. 

— Lo noté, eres muy fácil de leer.

Ambos entramos al salón de clases y fuimos a sentarnos. Tenía sueño y como aún no no empezaba la primera clase, decidí dormir un rato, o por lo menos intentarlo. Pero mi sueño fue perturbado por un molestó sonido repetitivo cerca de mis oídos, levanté mi rostro para ver a Kageyama sentado en la carpeta de al frente, golpeando una y otra vez un lapicero contra una hoja en blanco.

— ¿Qué haces?—Dije con algo de molestia, lo que el pelinegro hacía era molesto.

— Estoy intentando que me prestes atención.—La pequeña sonrisa en el rostro del pelinegro mientras decía eso hizo que sintiera un cosquilleo desde la coxis hasta la nuca.

— Idiota.—Me reí.

Mi compañero al que Kageyama le había robado el asiento, empezó a gritarle y el solo se fue, aunque me hubiera gustado que se quedara un rato más. No había mucho que hacer, ya que independientemente de que regañaron al pelinegro era hora de empezar con las clases.

Pasaban las horas y siendo sincero, era muy aburrido no entender los temas que se estaban tratando, quizás si los entendiera no sería tan tedioso asistir a clases y fingir prestar atencion.

Estaba a punto de dormirme pero algo golpeó mi cabeza ligeramente, lo cual me despertó y directamente vi lo que me había golpeado para después caer al suelo, era una hoja doblada, levemente arrugada con rayones por fuera, la levante y vi el interior. Supe que me la había mandado mi amigo de pelo lacio cuando vi su letra desorganizada y desastrosa la cual ya conocia. En la hoja leí dificultosamente por lo desgastada qué estaba y la fea letra de mi compañero; un "Nosotros" acompañado de una flecha que apuntaba a un dibujo de dos ¿personas...?, supongo que lo eran ya que más que un dibujo eran garabatos. Supe que literalmente, como decía en la escritura, éramos nosotros dos, yo y Kageyama, lo hubiera adivinando aun sin necesidad del texto por el dibujo, un intento persona de pelo naranja desordenado al lado de otra persona un poco más alta de pelo negro lacio. El dibujo era un lindo detalle pero mi corazón se estremeció al notar que ambos muñecos estaban agarrados de las manos, lo cual me hizo sonreír inconsientemente y voltear a ver a él de pelo negro que me miraba con una pequeña sonrisa. Ha pasado mucho tiempo pero ese tipo de sonrisa que Kageyama hace solo para mi me pone demasiado nervioso, siento que la respuesta verdadera sería muy compleja así que lo termine definiendo con un; "Es porque me gusta"