Capitulo 7: Suspiros.

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>renkaza mención.
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Volver a lo que eran, no sucedió, pero por lo menos hablaban más, compartían sus disgustos, sus inquietudes, Sabito se había disculpado con Sanemi por su actitud aunque la conversación no fue muy amena.

—lo siento, pero al mismo tiempo no— Sanemi lo miro de reojo, el chico de cabellos color durazno lo había citado en una cafetería— siento que no aprecias lo suficiente lo que te dan, porque tus inseguridades te ganan y no deseo que te proyectes o proyectes tus traumas en el, es todo, no me caes mal ni nada por el estilo.

—entiendo.

—Sanemi, espero que te guardes eso en la cabeza— el peliblanco asintió, jugando con el vaso ya vacío— con esto termino, espero les vaya bien en su relación.

—gracias.

Aunque claro eso si quedó resonando en la mente de Sanemi, y pusieron sus límites, Sabito era el amigo de su novio, pero no su amigo, así que solo eran conocidos y había respeto, más no confianza.

—'Nemi, ¿te gusta?— el chico salió de su ensoñación para ver a la pequeña kamado dando una vuelta con un lindo vestido rosado— le dije a mi mamá que si podías ser mi príncipe.

—nezuko, no necesitas un príncipe, eres una pequeña reina, puedo ser tu caballero— la niña sonrió y asintió para correr a su habitación nuevamente.

—¿así que príncipe?— tomioka se sentó en el sillón para abrazar al chico por la cintura con una de sus manos.

—eres un idiota, me dan ganas de golpearte esa linda cara— Sanemi se removió intentando apartarlo pero se rindió cuando escuchó la suave risita de tomioka.—kyojuro y Akaza nos invitaron a ir a casa del ojo saltones, junto a los chicos esta tarde ¿quieres ir?

—si tú vas, yo voy contigo— Sanemi mordió su labio para agarrar al chico del rostro y mirarlo con el ceño fruncido.

—¿que te dije?

—que si no quiero ir a algún lado no debo forzarme a ir, aunque tú quieras ir— Sanemi asintió para pellizcarle suavemente la nariz al chico—pero quiero ir, hace mucho no salgo con todos ustedes.

—Vale.

Esta vez estaban cuidando a nezuko, hasta que llegara tanjiro, que no se demoraba ya que habían ido a una cita médica, y los más pequeños estaban con la mamá de la familia.

Los dos jóvenes escucharon los pasitos bajar, hasta que la niña volvió, tenía el cabello suelto, así que Sanemi se soltó del abrazo para mirar a la niña.

—ven nezuko, te voy a peinar porque si tú mamá ve que te soltaste el cabello nos despide— la niña bufo para sentarse en el piso, mientras que el chico se acomodó y empezó con destreza a trenzarle el cabello, notando que la chica movía sus manos algo nerviosa—¿pasa algo?

—quería invitarlos a mi cumpleaños, mamá dijo que solo amigos pero no tengo muchos amigos...— nezuko bajo su cabeza, algo nerviosa y afectada— como tengo problemas para hablar y-yo...

—no te preocupes nezuko, yo tampoco tengo muchos amigos— Sanemi se sorprendió ante el tono de voz tan tranquilo de tomioka— pero tenemos a sanemi.

—¡si!

Sanemi sonrió para terminar de peinar a la niña poniendo un par de lazos en el cabello para adornar, la niña se levantó feliz y abrazo a sanemi suavemente.

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