Pájaro De Alas Rotas (Poesía)

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Dejé de comer, dejé de dormir, dejé de funcionar, no servía para nada, me veía horrible, mi cara, mi cuerpo... Todo. Me miraba al espejo y cada día me sentía peor y peor. Empecé a pensar que nadie me amaría, incluso que no tenía amigos. A nadie le importaba cómo me sentía o si estaba triste; nadie lo sabía, pero me sentaba en mi habitación toda sola.
Empecé a pensar que nunca encontraría a nadie que me amara, y que siempre estaría sola. Empecé a quedarme despierta toda la noche, llorando por todo lo que nadie notaba. Lloraba y lloraba sin parar, quería ser amada por alguien, pero sabía que era imposible, así que solo lloraba y lloraba cada noche, no quería decirle a nadie cómo me sentía, no importaba, nadie lo notaría de todos modos, ¿cierto?
Por las noches solía quedarme mirando el techo, con lágrimas cayendo por mi cara, nadie lo notaba, porque era buena manteniendo las cosas para mí. El pensamiento persistía en mi mente, ¿Por qué me sentía tan sola, tan triste y tan inútil? ¿Era realmente tan horrible como mis compañeros me decían?
Cuando miro atrás, pienso en mi vieja habitación, siempre vacía. Siempre con la misma expresión, siempre tan muerta. El silencio reinaba la habitación, no había lugar para la felicidad. Sólo soledad y dolor. Me sentía tan sola, tan muerta por dentro, que no sabía qué hacer para sentirme mejor. El agujero no tenía fondo, siempre estaba ahogándome, siempre sentía que no servía para nada. Era como ser una muñeca, solo que yo no era una muñeca, era una niña destrozada.
Era como si no existiera, no importa cuánto lo intentara. Ni aunque muriera, a nadie le importaría. A nadie le importaba lo destrozada que me sentía. Sólo estaba sola, en silencio, tratando de expresar lo que sentía. Nadie escuchaba, o al menos no se molestaban en intentarlo. El silencio era tan pesado, tan opresivo, que podía sentirlo en mis hombros. No había a dónde correr, no había a dónde escapar, sólo estaba sentada allí, en silencio, sintiendo como mi corazón se rompía en pedazos.