En la penumbra de mi cuarto, me encuentro una vez más en frente de la pantalla de la computadora, buscando escapar de la soledad que me consume. Tepiscoloyo no tiene mucho que ofrecer a un chico como yo; socialmente torpe y sin aspiraciones aparentes. Mi vida se resume en videojuegos durante el día y entretenimiento para adultos por la noche.
"¡Hola, corazones! ¿Están listos para pasarla bien?" La voz de Suzie retumba en mis audífonos como el trueno que precede a la lluvia. Mis ojos se iluminan al verla aparecer en la pantalla, vestida con un conjunto de encaje negro que deja poco a la imaginación. Ella era perfecta: su cabello rosa largo y sedoso, sus ojos verdes brillando con picardía, y ese cuerpo escultural que no podías dejar de mirar. Siempre me imaginaba cómo sería tenerla cerca, sentir su piel contra la mía... Pero sabía que eso nunca pasaría.
"¡Suzie!" tecleo emocionado, pero mi entusiasmo se desvanece rápidamente cuando veo a los demás usuarios del chat lanzando piropos y comentarios obscenos hacia ella. Me siento insignificante, un simple número más entre sus seguidores.
"Vamos, Eugenio" me digo a mí mismo, tratando de reunir el coraje para interactuar con ella. "Ella está aquí para hacerte sentir menos solo."
"¿Cómo estás hoy, Suzie?" escribo tímido y ansioso, esperando llamar su atención. Los comentarios siguen inundando el chat, pero por unos segundos, parece que ella me mira directamente a través de la pantalla.
"¡Hola, Eugenio!" responde con una sonrisa encantadora. "Estoy muy bien, gracias por preguntar. ¿Y tú? ¿Listo para disfrutar de mi show?"
"¡Suzie! Estoy listo para lo que sea", escribí con nerviosismo, mientras jugueteaba con mis dedos y evitaba el contacto visual con la cámara. Aunque sabía que ella no podía verme, me daba vergüenza pensar en cómo reaccionaría si supiera quién estaba realmente detrás de ese teclado.
Mientras Suzie comenzaba su show, yo me quedaba embobado viéndola moverse con gracia y sensualidad. Ella era como un oasis en medio del desierto de mi vida, y por un momento, podía olvidarme de todo lo demás.
"¡Eugenio, apaga esa porquería y consigue un trabajo de una vez!" grita mi madre desde la sala mientras me encuentro en mi habitación viendo a Suzie en su último stream. Sus palabras rebotan en las paredes de mi pequeño refugio, haciéndome sentir aún más atrapado en esta vida sin sentido.
"Por favor, déjame en paz" murmuro, aunque sé muy bien que ella no puede oírme. "Solo quiero estar solo con mis pensamientos... y con Suzie."
"¡Ya he tenido suficiente!" grito mi madre desde la otra habitación. "Si no empiezas a buscar trabajo mañana mismo, te echaré de esta casa. ¡No puedes seguir viviendo así!"
"Está bien" respondo, sintiendo una mezcla de derrota y alivio. Tal vez encontrar un trabajo me ayudará a escapar de este agujero negro de soledad en el que me encuentro sumergido. O tal vez solo me hundirá más en él.
"Oye, Suzie", me atreví a escribir en el chat, sintiendo un nudo en la garganta. "La verdad es que estoy muy solo y siempre me rechazan las mujeres. Me siento tan inútil y feo... ¿Tienes algún consejo para alguien como yo?"
No pasó mucho tiempo antes de que los otros espectadores comenzaran a burlarse y ridiculizarme. Sus palabras eran como cuchillos que se clavaban en mi corazón, pero no podía dejar de leerlas.
"Jajaja, pobre Eugenio, nadie lo quiere" escribió uno.
"¿En serio, chaval? No vengas aquí con tus problemas" añadió otro, sus risas llenando el chat.
"Vete a llorar a otro lado" se unió alguien más al coro de burlas.
Mi rostro se sonrojó por la vergüenza y la humillación. Quería desaparecer, pero también quería saber si Suzie me escucharía, si ella tenía alguna palabra de consuelo o sabiduría que pudiera ayudarme a salir de este pozo de soledad y desesperación.
"¡Espera, Eugenio!" responde Suzie, sorprendiéndome al detener su baile y enfocar su mirada en mí. "No te vayas. No dejes que esos imbéciles te afecten."
"¿En serio?" escribo con asombro, sintiendo por primera vez en mucho tiempo un destello de esperanza. "¿De verdad te importo?"
"Por supuesto" responde Suzie, sus ojos verdes brillando con sinceridad. "Todos merecen sentirse amados y aceptados. Y tú no eres diferente."
"Gracias" le digo a Suzie, con lágrimas brotando en mis ojos. Tal vez, después de todo, hay una salida a esta oscuridad.
"Ahora, quiero ver cómo te ves" dijo Suzie en el chat. "Envíame una foto para ver si realmente eres tan patético como dices."
"¿En serio?" pensé, sintiendo un nudo en la garganta. Deslicé mi dedo por la pantalla de mi teléfono y tomé una foto rápida de mí mismo, asegurándome de incluir mi cuerpo flaco y desgarbado en la imagen. Con mano temblorosa, envié la foto a Suzie.
"Vamos a ver" escribió ella, y sentí que mi corazón se detenía mientras esperaba su respuesta. "¿Sabes qué, Eugenio? Creo que tienes potencial."
"¿Potencial?" repetí en mi mente, sorprendido y confundido al mismo tiempo.
"Sí" respondió Suzie. "Si puedes cambiar tu físico, si puedes transformar ese cuerpo flaco en uno musculoso y fuerte, yo personalmente me encargaré de quitarte la virginidad."
Mi boca se abrió de par en par, sin palabras. No podía creer lo que estaba leyendo. Suzie, la mujer más hermosa y asombrosa que jamás había conocido, estaba dispuesta a ayudarme si yo estaba dispuesto a esforzarme y cambiar mi vida.
"Oye, Suzie" escribí en el chat, sintiendo la presión de mi situación. "No tengo dinero para ir al gimnasio."
"¿Eso es todo lo que te preocupa, Eugenio?" respondió Suzie con una risita. "Tengo amigos en todas partes. Conozco a alguien que necesita trabajadores en la construcción aquí en Tepiscoloyo. ¿Qué tal si te consigo un trabajo ahí? Te ayudará a ponerte en forma y ganarás algo de dinero también."
"¿En serio harías eso por mí?" pregunté, incrédulo ante la amabilidad de Suzie. A pesar de su fama en línea y su belleza, parecía dispuesta a ayudarme.
"Claro" contestó ella. "Pero tienes que trabajar duro y demostrar tu valía. Mi amigo Harry es un cabrón exigente, no aceptará a cualquiera en su equipo."
"Lo prometo" dije, sintiendo cómo mis manos temblaban sobre el teclado. "Haré todo lo que sea necesario para cambiar."
"Me gusta esa actitud" me dijo Suzie, mientras sus ojos verdes brillaban con astucia y satisfacción. "Aquí está el número de Harry" agregó, enviándome un mensaje privado con los datos de contacto. "Llámalo mañana por la mañana y dile que hablaste conmigo. ¡Buena suerte, Eugenio!"
"¿Y si todo esto es una broma?" me pregunto mientras miro la pantalla de la computadora, sintiendo una mezcla de esperanza y escepticismo. No puedo evitar pensar que alguien como Suzie, una mujer tan hermosa y exitosa, no tendría ninguna razón para ayudarme.
"Vamos, Eugenio" escucho a mi madre gritar desde abajo. "¡Deja de perder el tiempo en esa computadora y consigue un trabajo!"
"¡Ya voy!" respondo, sintiendo la presión familiar de mejorar mi vida. Pero esta vez, tal vez tenga la oportunidad de hacerlo, si lo que Suzie me propone es real.
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El Simp
HorrorSuzie tiene un simp muy solitario. Para consolarlo y motivarlo ella le hace una propuesta tentadora.