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Después de la emoción y el frenesí del momento, de haberse entregado a sus deseos más profundos, ahora más consciente y con la mente más despejada, Stephen reflexiona sobre la situación y se hunde en su almohada, arrepentido de sucumbir ante sus sentimientos y las caricias de ese hombre.


Tony es un príncipe y tarde o temprano tendrá que marcharse para retomar el cauce de su vida y cumplir con sus compromisos reales. Por supuesto que anhela que el joven príncipe permanezca a su lado, pero esto no se trata de lo que quiere y por más que lo desee evitar, es consciente que Tony es alguien importante y él, alguien no muy grato.

Sabía muy bien que tenía que dejarlo ir desde cuando y aquí esta, compartiendo la misma cama luego de haber intercambiado más que besos y caricias.

Se removió incómodo e intento salir de la cama, pero Tony lo detuvo colocando una mano en su antebrazo. Extendió una enorme sonrisa y lo miro con ojos soñadores, provocando que el corazón de Stephen se acelerará.

—¿Por qué tan serio, cariño?

—Tony, tenemos que hablar—dijo muy serio.

—No me digas, ¿me pusiste alguna clase de hechizo para procrear y ahora tendré hijos mitad...?

—¿Qué? ¡No! Escucha, estas semanas a tu lado han sido las más significativas de mi vida, pero tú... Tienes que irte.

—¡¿Qué?!—exclamó completamente desconcertado, incorporándose tomando asiento.

—Por más que me gustaría alargar tu estadía, no puedo permitir que sigas aquí.

—No entiendo—murmuró hiperventilado—. ¿Qué fue toda la mierda de ayer? ¿Solo querías acostarte conmigo para después botarme como si nada?—planteó confundido, comenzando a molestarse.

—¡No! No me mal interpretes, no es lo que piensas.

—Siento que obtuviste lo que querías de mi y ahora quieres desecharme igual que a un pañuelo usado.

—Por supuesto que no y no sabes lo dichoso que sería que lo de ayer se repitiera una y otra vez, eeeh... ¡Lo cual no es el punto! Pero tú... ¡Eres un monarca! Estás destinado a algo mejor, a la grandeza, ¿entiendes?

—Claro, por eso estoy aquí... contigo...

—Tony, ¿y tu reino? ¿Qué pasara con tu reino?

—Stephen, dragón tonto, ¿qué palabra no entiendes? A mi no me interesa ser rey—aclaró acostándose de nuevo un poco más aliviado.

—Estarías privando a tu pueblo de un gran rey.

—Y yo estaría privando a mi corazón de una gran oportunidad. Existen muchas personas que pueden sustituirme y tomar mejores decisiones que yo, eso no es problema.

—Me parece que solo quieres quedarte aquí para evitar tu destino.

—No hago esto como una forma de escape o porque quiera huir de mis obligaciones reales y de ese régimen de vida tan estricto y demandante, yo quiero quedarme contigo, porque me gusta estar contigo, creí que eso era evidente. He conocido a mucha gente y nunca había conocido alguien que me impactará tanto como tú.

—Claro, no todos los días conoces a un dragón—comentó burlón.

—Te lo digo en serio, eres cautivador, tu voz, tus ojos, tus manos... todo en ti me gusta, pero si tú no estás en la misma sintonía que yo, si no me quieres, entonces si consideraré la idea de marcharme.

—Me reduces a un manojo cursi y emocional y, ¿aún dudas de mis sentimientos por ti?—expresó.

—Huy, cuidado con lo que dices... podría usarlo en tu contra—espetó divertido.

—Eres mi tesoro más preciado—dijo atrayéndolo a su cuerpo posesivamente.

Tony lo abrazo, escondiendo el sonrojo de sus mejillas entre el espacio de su hombro y cuello.

—¿Eso le dices a todas las doncellas que quieres conquistar?

—No, solo a ti, princesa—esclareció besando su frente dulcemente.

El príncipe y el dragón (Ironstrange AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora