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La tensión que aquella habitación percibía era intensa, las grandes manos del neerlandés tomaban con firmeza la cintura del tapatío que sin pena alguna se frotaba contra el duro miembro de recién llegado, suspiros, y pequeños jadeos donde Sergio cerraba los ojos pues la atención que aun mantenía sobre su miembro lograba ponerlo más sensible aún.

El madrileño permanecía expectante mientras su boca seguía generando suaves movimientos sobre el miembro de Pérez, chupaba con lentitud toda la extensión hasta la cabeza donde su lengua detallaba la forma y mantenía un ritmo alrededor de la misma. No pensó que así sería el primer encuentro que tendría con su mejor amigo, pero no era algo desagradable. Tendría otros momentos donde solo el disfrutaría de tener al tapatío encima suyo.

Max sube su mano hasta tomar la barbilla de Sergio que gruñe por el acto, ambos se miran y unen sus labios nuevamente en algo intenso, violento más que nada. Sus dientes se encuentran y sus labios son maltratados mutuamente, una guerra de egos donde ninguno abandona la batuta; Sainz observa en silencio, saca el miembro de su boca y comienza a masturbarlo aun ritmo constante provocando gemidos ahogados por el mayor.

Era eso, los tres en un mundo pecaminoso donde la presa sería el tapatío, ambos - Verstappen y Sainz- deseaban la atención de Sergio.

El mayor de la habitación pronto detuvo sus movimientos, suspiro tratando de controlarse solo un poco y así saber que hacer.

— Espera un poco Carlitos. — Mencionó dejando un corto beso sobre los labios del chico.

Seguido de ello se giro teniendo al neerlandés frente suyo, sonrío con malicia cuando los dulces ojos del joven lo observaron detenidamente. Sergio sacó la camisa que aún mantenía Max, acercó su rostro para besar con suavidad la blanca piel que poseía y mordió, mordió gustosamente cada milímetro a la vista, tenía tiempo deseando tener al chico y hoy disfrutaría de la oportunidad que se presentó. Bajo sus manos hasta con sus dedos desabrochar la prenda inferior, bajo el pantalón y sin pensar demasiado su mano se adentro bajo la tela del boxer.

Rodeo el miembro con su mano y comenzó un vaivén lento, quería torturar la mente del ojiazul que gemia bajo su tacto, Pérez subió su rostro para besarlo con lentitud y ante ello Max lo toma de la cintura acercándo aun más su cuerpo. Era un ambiente caliente y sofocante el que invadía a ambos, su beso justo al ritmo de la caricias que el tapatío proporciona y aquello los envuelve.

Carlos observa, esta deseoso y por lo mismo no tarda en tocarse, su mano rodea su propio miembro y genera un vaivén precisamente al ritmo que llega a divisar sobre la mano del mexicano, suspira pensando que es Sergio quien lo toca y por un segundo ve perfectamente como su mirada y la del neerlandés se encuentra, hay tensión, una donde ambos se declaran la guerra por el tapatío. Max gruñe y baja sus manos a los glúteos del mexicano, aprieta y palmea la zona con el fin de provocar algo en el madrileño.

Sergio sonríe, sabe perfectamente lo que pasa entre ambos y eso le gusta, la idea de tener a dos hombres peleando por su atención no le desagrada en lo más mínimo.

— Maxie..— Suspira para llamar su atención y lo consigue rápidamente.

Ahora que lo tiene nuevamente deja un último beso sobre sus labios para poco a poco bajar quedando de rodillas, saca la última prenda del neerlandés y totalmente decidido toma gran parte de la extensión en su boca, babea y gruñe generando una pequeña vibración que gusta al joven hombre frente suyo. Max ante un impulso toma la cabellera de Pérez comenzando un vaivén que en cuestión de segundos es rudo, brusco como lo presenció hace unos minutos, repetía la acción que Sergio tuvo con Carlos. Ahora es Max quien jode su garganta hasta lo más profundo y eso al tapatío le encanta, sus manos se aferran a la cadera del neerlandés manteniéndose firme por dicho acto impuro.

Second hand | Chestappen. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora