Capítulo 2: ¿En cuándo estoy?.

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Dixie seguía cayendo sin control, pero mientras estaba dentro del portal, veía imágenes que parecían ser sus recuerdos. -¿Qué?, ¿Qué está pasando?, ¿Qué está sucediendo?- decía confundida, con la voz temblando de miedo.

Mientras seguía cayendo, comenzó a ver pequeños portales que mostraban momentos felices con sus amigos. -Gonner, Isis- susurraba con una sonrisa en su rostro, recordando los buenos momentos que habían compartido.

Pero de repente, se dio cuenta de que ya casi llegaba al final del portal. -¡AAHHHH!- comenzó a gritar con los ojos cerrados, preparándose para el impacto. Pero sin darse cuenta, ya estaba en el suelo.

Una vez que se dio cuenta, abrió lentamente los ojos y comenzó a escanear la habitación con sus ojos. La habitación era el camarote de un capitán pirata, con decoraciones de madera oscura y velas que iluminaban la estancia. Había un gran escritorio con mapas y cartas de navegación, y una cama grande con cortinas de terciopelo rojo.

Al ver que el cuarto se movía, Dixie entendió que estaba sobre el mar y que estaba en el barco de un pirata. Se levantó lentamente, mirando alrededor con curiosidad.

Pero al ver que había personas afuera, se ocultó rápidamente, escuchando con atención. Un grupo de piratas estaban cantando y bailando, parecía que estaban celebrando.

Dixie se acercó a la puerta del camarote, una puerta de madera oscura con un pomo de bronce en forma de áncora. La abrió lentamente, y una luz cálida y dorada iluminó su rostro. Escuchó la canción que cantaban los piratas con entusiasmo, sus voces resonaban en la cubierta del barco, que crujía suavemente bajo sus pies.

-Con diez cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín-.

La cubierta del barco estaba llena de piratas, todos cantando y bailando con alegría. Había velas desplegadas, y el viento llenaba las telas, haciendo que el barco se moviera suavemente. El el sol se ponía en el horizonte, pintando el cielo de rosa y naranja.

-Bajel pirata que llaman, por su bravura, el Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín-.

Un joven se levantó de los barriles, sonriendo ampliamente, su cabello rojiso oscuro ondeaba al viento. Dixie lo miró con curiosidad, preguntándose si era quien pensaba.

-¡Hey Gonner, continúa tú, tú más que nadie sabes la letra!- gritó uno de los piratas. Dixie se sorprendió al escuchar el nombre de Gonner.

-Jajaj, con gusto, camarada- respondió Gonner, sacando su espada y cortando una liana soltando un tarro que sostenía. Comenzó a balancearse sobre el barco, cantando con alegría.

-La luna en el mar riela, en la lona gime el viento y alza en blando movimiento olas de plata y azul-.

La luna comenzaba a salir en el cielo, iluminando el mar con una luz plateada. El barco se movía suavemente, y las olas golpeaban suavemente contra la cubierta. Dixie sonreía mientras observaba a Gonner, quien cantaba con su tripulación.

-Y va el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Estambul-. Gonner sonreía de felicidad mientras su tripulación cantaba junto a él.

-Navega, velero mío, sin temor, que ni enemigo navío ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor-. Mientras terminaban de cantar, Dixie miraba a Gonner con admiración.

-Veinte presas hemos hecho a despecho del inglés,- cantó Gonner, cortando la soga con su espada y aterrizando en la cubierta del barco. Su tripulación lo alzó, riendo de felicidad.

-Y han rendido sus pendones cien naciones a mis pies-.

Una vez que terminó de cantar, su tripulación lo empapó con cerveza, y él comenzó a reír junto con ellos.

Dixie a través en el tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora