Escape

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-Penelope, deberías venir a recoger algunas de las galletas que preparo Lizzie.
Mi vecina Katherine, o Kate como yo prefería decirle me saluda alegremente como cada mañana desde hace seis meses, la había conocido aquella noche en que llena de miedo me había decidido a escapar y dejar mi vida de siempre en el pasado. Ella estaba en su carruaje en las afueras de Mayfair, mientras yo en la absoluta oscuridad esperaba un carruaje de alquiler, por suerte Kate se detuvo y me ofreció acercarme a mi destino, un pequeño pueblito que estaba oculto en el campo en el cual el abogado de mi padre me había conseguido una pequeña cabaña.
Había sido una total coincidencia que mi pequeña cabaña quedara tan convenientemente cerca de la suya, eran hogares humildes, sin embargo contaban con las comodidades necesarias para vivir en paz, además en Kate, su esposo Andrew y su hija Elizabeth había encontrado una familia, ellos se preocupaban por mi y me ayudaban con la entrega de mis escritos para el periódico, por supuesto estaba vez no lo hacía como Lady Whistledown, sino de manera anónima. Pero esta vez no era chismes, sino poemas y relatos románticos, después de todo mi vida carecía de aquello y al menos tener esto en mis fantasías me ayudaba a lidiar con la soledad y ha aumentar mis ingresos.
Me despido de Kate y camino en dirección al río, me gustaba observar el agua correr, de alguna forma me hacia sentir en calma, aunque su claridad en ocasiones traía de regreso aquellos ojos claros a los que llevaba meses intentando olvidar.
-Seguramente todo lo planeaste para comprometerme, jamás podré perdonarte por ser la horrible de Whistledown.
Sus palabras y su actitud fría habían ido poco a poco rompiendome, pensé que podía solucionarlo, ilusamente creí que su amor por mí le haría aceptar mi identidad como Whistledown, sin embargo una semana antes de la boda se fue sin decir nada, su madre me aseguró que volvería antes de nuestro matrimonio y tontamente le creí. Pero el escuchar una conversación de sus hermanos me entere de todo, él se había ido a visitar a Marina, eso era todo lo que yo necesitaba para escapar, jamás podría perdonarle que aun después de jurarme amor, un estúpido secreto lo llevara de regreso a ella, estaba claro que nunca me había querido realmente, por lo que sin Colin en mi vida, y con una familia para la que yo jamas había existido solo me quedaba una opción tomar todo mi dinero como Whistledown e intentar empezar de nuevo desde el anonimato.
-¿Se siente bien señorita Brown?
La voz grave hace eco en mis oídos y me trae de regreso a la realidad, levanto mi mirada y me encuentro con quien se había convertido en un visitante recurrente de la casa de mis vecinos, por lo que nos habíamos encontrado en más de una ocasión Michael Stirling los últimos meses, por supuesto sin mayor contacto que un simple saludo de cortesía.
-Todo bien mi Lord, solo necesitaba un poco de aire fresco, y la verdad podría decirme solo Penélope o Pen.
Había cambiado mi apellido para evitar ser encontrada. Pero mi nombre era algo que me hacia sentir en paz, como si alguna parte por lo menos de mi pasado continuará acompañándome.
-En ese caso usted debería llamarme Michael, se que no es apropiado pero acá en el campo podemos evitar esas formalidades, ¿le parece? - pregunta.
Lo observó detenidamente y es primera vez que noto lo alto y fornido que es, claramente era algunos años mayor que yo. Pero era muy guapo, limpio, su cabello negro caía desgreñado y era más largo de lo acostumbrado por los caballeros de la ciudad.
- por supuesto, tenemos un trato, ¿hasta cuando se quedara esta vez? - preguntó.
El se siente en la roca qué se encontraba frente a mi y suelta un largo suspiro antes de responder.
-Creo que un mes, Andrew y Kate se ofrecieron a hospedarme pero preferí rentar una propiedad más grande.
-Hay algunas tiendas de comestibles cerca, por lo que podra abastecerte con facilidad pero solo por curiosidad, ¿existe algo de lo que escape en la ciudad?
-Podría preguntale lo mismo, una señorita joven y bella viviendo una aburrida vida de campo - inquiere con una expresión juguetona en su rostro.
-Tiene un punto, creo que es bueno que mantengamos nuestros secretos - acepto.
-Ese no es motivo para que no tengamos una amistad.
-¿Cómo? - pregunte.
-Podemos ser amigos, considerando que es probable que la mitad de personas que encuentre en este lugar no serán aceptables.
Trague en seco varias veces y sentí mis mejillas sonrojarse.
-¿Me consideraría ceptable?
Michael frunció ligeramente el ceño.
-Mucho más que aceptable Penélope, pero para empezar creo que podemos iniciar con una amistad.
Su sonrisa con un toque de picardia me quito el aliento por unos segundos y desde hace seis meses me permití a mi misma volver a sonreír de manera genuina.

Colin.
Me estaba volviendo loco, ¿Cómo era posible que no hubiese rastro de ella?, su familia no tenía información, ni Eloise, ni mi madre, ni sus cuñados, estaba llegando a mi punto máximo de desespero. La había buscado en todo los destinos posibles y por más que intentaba ser positivo, no había resultados, era como si la Tierra se la hubiese tragado, solo me quedaba releer su última carta una y otra vez.
Estimado señor Bridgerton:
Espero que su visita en casa de la mi querida prima Marina fuese satisfactoria, creo firmemente que tal vez ella siempre fue su destino correcto. Por lo que me niego a continuar siendo un impedimento para su verdadera felicidad, creo que la única manera de dejar en claro que mi intención jamás fue comprometerlo es alejarme por completo de usted y de su familia, puede anunciar a todos que soy Lady Whistledown y utilizar esto como escusa por la no realización de nuestro matrimonio, porque en lo que a mi respecta nuestro compromiso está rotó, espero que la vida nos Mantega alejados, porque le aseguro que de mi parte deseo no volver a verlo ni a usted, ni a su familia, ni a la mía nunca más.
Se despide
Penélope Featherington.

Tomo un nuevo sorbo de mi trago antes de lanzarlo contra la pared.
-¡Colin basta!
La voz de Eloise hace eco en la habitación e inmediatamente me arrepiento de haber aceptado que me acompañase en mi viaje a buscarla.
-¡Puedes dejame en paz! , necesito estar solo, te lo pedí mil veces.
-De verdad piensas que vas a encontrarla actuando de esa forma - dice mientras recoge los vidrios esparcidos por el lugar.
-Yo no puedo vivir sin ella, la necesito, quiero que nos casemos, que tengamos hijos, no me importa que sea Whistledown.
-Debiste pensarlo antes de ir tras Marina - añade mirándome con enojo.
-Fue una estupidez, queria comprobar que ella estuviese bien, que los escritos de Pen, no habían destruido su vida por completo.

-estoy segura que Penelope no lo percibió así.

-Ella jamas debió enterarse, yo te juro hermana solo me bastó ver a Marina para entender que la única mujer que quiero por el resto de mi vida es a Penélope.

Es en ese momento que la puerta se abre de golpe dejando entrar a un apresurado Benedict.
-La encontré.

Eloise me observa con una sonrisa y vuelvo a respirar. Solo una cosa estaba clara cuando la tuviese frente a mi nadie iba a poder volver a alejarla de mi lado, ella era mía, y se convertiría en mi esposa estuviese de acuerdo o no.

seduciendo a Penélope FeatheringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora