seduciendo a Penélope Featherington

Noche de bodas

Penélope

Las palabras de Colin resonaron en mi mente mientras la puerta se cerraba detrás del lacayo. Su promesa de luchar por nosotros me llegó en el fondo, desafiando mis propias resoluciones. El ardor del beso y la furia de su defensa parecían nublar mi mente en blanco, ese hombre realmente sabía como hacerme perder el control.

Me volví hacia él, notando la vulnerabilidad en su mirada, esa mirada que parecía buscar algo más allá de la pasión que acabábamos de compartir. Mi corazón aún latía con fuerza, y por primera vez, empecé a cuestionar si todo el resentimiento y el odio que había guardado eran realmente lo que sentía por él.

- Colin... - comencé, mi voz temblando - el baile...

Colin se acercó lentamente, sus manos tomando las mías con suavidad. Su expresión era de total sinceridad, y por un momento, quise confiar en él.

- vamos a bailar hermosa esposa dijo con una sonrisa.

Una mezcla de emociones contradictorias me inundó. La rabia seguía allí, pero también había un atisbo de algo que había comenzado a crecer dentro de mí. Algo que era más que la simple resistencia a aceptar mi nuevo rol como su esposa.

Mientras nos mirábamos, una parte de mi sintio que seria dificil resistirme a él, mucho mas compartiendo el mismo techo.
Pero no tengo tiempo de pensar en eso, ya que nos dirigimos hacia la sala principal, listos para enfrentar la celebración, me sentía atrapada en un torbellino de emociones. Colin, con su innegable carisma y su mirada intensa, lograba siempre desarmarme, no podía dejar de pensar en las palabras que había pronunciado minutos antes. Prometía luchar por nosotros, y aunque todo en mí quería resistirme, algo profundo y escondido dentro de mi ser anhelaba creerle.

La sala estaba llena de invitados, y la música suave del vals llenaba el aire. Colin me guió al centro del salón, su mano firme en la mía, y comenzamos a bailar. Cada movimiento suyo era una sutil declaración de su interés, sus manos encontraban cualquier excusa para rozarme. Mis intentos de mantener la distancia se volvían cada vez más débiles, y con cada giro del vals, sentía cómo mi resistencia se desmoronaba poco a poco.

Colin susurraba halagos en mi oído, sus palabras cálidas y su cercanía hacían que mi corazón latiera con fuerza.
-despues del baile necesitaré otra escusa para que te pegues a mi susurra coquetamente.

Por mi parte intentaba mantener la compostura, pero mis ojos me traicionaban, reflejando la batalla interna que estaba librando. No podía negar la atracción que sentía por él, por mucho que me esforzara.

En un momento, mientras girábamos, Colin me sostuvo con más fuerza, sus ojos fijos en los míos, la intensidad de su mirada me hizo perder el aliento, y por un segundo, me olvidé de todo lo que nos rodeaba. Su toque, su cercanía, todo en él despertaba en mí sentimientos que había intentado reprimir.

- Penélope, - murmuró, su voz suave pero firme - muero por volver a sentir tus labios en los míos.

Sus palabras eran como un hechizo, derribando las barreras que había levantado a mi alrededor. En ese momento, mientras seguíamos bailando, me di cuenta de que, a pesar de todo, Colin había encontrado un camino hacia mi corazón. Y aunque luchara contra ello, no podía negar que una parte de mí deseaba ceder, deseaba dejarse llevar por la corriente de emociones que él provocaba.

El vals continuaba, y con cada paso, sentía cómo mi resistencia se desvanecía un poco más. Colin, con su determinación y su encanto, estaba logrando hacerme sentir débil. Definitivamente tendría que buscar la forma de mantener sus manos lejos de mi o no sería capaz de resistir.

Colin
La noche había caído, y el bullicio de la celebración se iba apagando poco a poco. Me encontraba solo en la sala, mirando el reflejo de la luna en la ventana mientras mi mente trabajaba incansablemente, la imagen de Penélope, su rostro radiante y sus ojos llenos de una mezcla de emociones, no dejaba de invadir mis pensamientos. Cada paso del vals, cada contacto con ella había despertado en mí un deseo incontrolable de estar a su lado, de demostrarle cuánto me importaba, de cuánto deseaba que ella me recordara...que ella volviera a verme con ojos de amor....que perdonara todos mis errores.