Tématica; Adam quiere dar un paseo nocturno. Nada mejor que volar un rato junto a tu ángel favorito.
Advertencias; Ninguna, solo algo de pelusa y malas palabras.
—¿Me recuerdas por que sigo soportándote?
—Porque me amas con cada parte de tu pequeño corazón de mierda y soy sumamente irresistible.
—Ah.
—... ¿Verdad?
—No.
Adam resopló, apartando la mirada y rodando los ojos mientras pensaba seriamente en algo arrogante que pudiese deslizarse bruscamente por sus labios.
—Jodéte, perra. Sé que tengo razón. —Hizo un ademán con las manos antes de empujarte con suavidad en un costado, donde las plumas finas de sus alas y las tuyas se rozaron en una brisa suave al aleteo.
Adam te había arrastrado allí con él personalmente, un par de palabras y empujones bastaron para sacarte efectivamente de la mullida cama compartida. Se suponía que estabas listo para dormir, con una camiseta y unos simples calzoncillos que te birndaban una comodidad sumamente impresionante;
Exacto, lo estabas.
Hasta que ese idiota grandulón entró a su habitación tan inquieto como un Golden Retriever. Adam no solía tardar demasiado en decirte lo que necesitaba, y tú no eras de tardar en entender esa mirada en sus ojos dorados que significaba "¡Salgamos, guapo, salgamos!"
¿Quién eras tú para negarle algo de este tipo a ese hombre? En ese momento, sentiste que no eras nada, porque ¿por que no? Se contaría como una cita más en sus cuatro años siendo pareja.
Si es que a volar y que te dejase atrás múltiples veces en el camino porque sus alas son más jodidamente grandes se le pudiese llamar una cita.
—Tienes demasiada fé en ti mismo —Respondiste con sencillez.
—Entonces... —Hizo una pausa, balbuceando algunas palabras para si mismo antes de volver a ti— ¿Por que?
—Era broma, idiota. Es obvio que porque te amo. —Bufaste—. Aunque no por ser irresistible.
—Admitelo, soy un jodido bombón.
—Yo diría que solo eres... Lindo, para tu conveniencia.
Él apartó la mirada, dirigiéndola hacía abajo, notando la poca iluminación que se presentaba en las calles del Cielo. Las palabras se repetían en su cabeza; lindo. Sonó cálido, suave, especial, más de lo que pudo haber imaginado. Quizá tus labios dulces le daban el toque para terminar por llegar a sus oídos como una manzana acaramelada donde un cartel en frente decorado con marcadores de colores vivos mostraban la palabra lindo.
No es que tuviera muy poca autoestima. A veces le sobraba. La diferencia era el poder que tenía la persona que le llamaba de tales formas. En muchas ocasiones le llamaron "guapo" "irresistible" y esas mierdas, pero eso se sintió diferente.
Más especial.
Y a pesar de que ya llevaba mucho tiempo escuchándolo de ti, seguía sintiéndolo igual.
Su corazón galopó suavemente en su pecho, agitó las alas con algo más de fuerza de la que normalmente aplicaba. Estaba nervioso. Se convenció de que no demasiado. Solo una pizca que se esparcía por su cuerpo como un torrente.
Ni siquiera notó cuanto se había alejado. Mierda, él volaba rápido.
— Mueve ese jodido culo redondo antes de que te pierda de vista, estúpido lento. —Frenó en seco sin dejar de mover sus alas, mirando hacía atrás.
Rodaste los ojos y aceleraste el paso más de lo que podías. Supiste que era una excusa para ocultar los nervios.
A él por otro lado, le agradó la vista de que tus manos y pies se movieran como si fueras un perrito bajo el agua. Un pequeño cachorro. Tierno en todos los sentidos.
Adam tenía la costumbre de compararte con un animal suave cada día. Él los nombró, él los conocía perfectamente, por lo tanto se dio el derecho de comparar características.
—¿Podrías al menos intentar igualar mi puto paso? —Jadeaste, tus manos terminaron en sus hombros para descansar contra su espalda.
Rodeaste su cuello con tus brazos por completo, intentando encontrar una manera de acomodarte sin estorbarle a sus alas para que pudiese volar sin problemas contigo encima mientras tomabas tu pequeña pausa.
Adam suspiró. Se dio vuelta en menos de un segundo y te dio la cara, obligándote a enredar tus piernas en su cintura para hundirte entre sus brazos. Tenía habilidad para volar, demasiado fácil para él llevarte de todas las maneras posibles si estabas cansado.
—Guapo. —Susurraste burlón en su oído, apoyando las manos en su cabello. Amabas tocarlo repasar las hebras castañas con tus dedos una y otra vez. Suave como un algodón de azúcar y sumamente esponjoso.
—Si es para burlarte de mi, te sugiero que cierres tu linda boquita. —Te proporcionó un golpe juguetón con la punta de los dedos cerca de tu costilla.
—Primero quieres que te elogie sobre lo bueno que eres y luego me pides que cierre la boca. Quién te entiende, bobo. —Tiraste de su cabello suavemente. Adam gruñó. Tenía cierto efecto en él que no terminaba de entender.
Suspiraste ruidosamente en su oído, tu aire caliente chocó en un cosquilleo contra la piel de su oreja. Él se estremeció.
—Aún así te quiero. —Susurraste, Adam no se permitió dejar que a esas palabras se las llevara el viento. Simplemente adoraba cada una de ellas y las apreciaba con su alma, tanto como para guardarlas bajo llave en su corazón.
—Sí, sí, también te amo, guapo. —Murmuró, rodando los ojos y besando tu frente con suavidad. Y definitivamente no esperaste ser respondido con el mismo apodo con el que lo molestaste anteriormente. Tu corazón se derritió tanto que no pudo distinguir si había sonado como una burla o un halago—. Pero sigues siendo un marica empalagoso.
—Vete a la mierda. —Golpeaste su pecho con suavidad, a lo que él rió.
Tu expresión enojada bajo la luz de la noche que se reflejaba en lo alto le daba una imagen mental que no soltaría en los próximos días. Era siempre una forma de deleitarse. Conocía cada reacción, cada costumbre que tenías al enfadarte con él, cada pequeño detalle de tu lindo rostro en cada una de tus facetas.
La criatura más linda que pudo haber presenciado jamás.
Sus alas se batieron con alegría, negándose a ocultar la emoción que en él se agitaba. Era malo tratando de ocultar su amor por ti cuando quería hacerse el digno, porque esas cosas pequeñas lo delataban.
Chasqueó la lengua. Sus manos te empujaron hacía atrás suavemente en el aire, regalándote una brusca brisa generada por él al alejarte.
—Intenta alcanzarme de camino allí, cariño. —Sonrió ladino, retándote.
—Oh ¿ahora quieres jugar, grandulón?
Adam amplió su sonrisa. Eso era un sí.
Lo insultaste en voz baja al haber tomado ventaja sin avisarte, te dejó atrás en un par de segundos. Tus alas se movieron al instante de haber reaccionado, apresurándose lo más que podían.
Era un idiota tramposo, y podía ser llamado una completa perra muchas veces. Pero así lo querías. Defectos y todo, a pesar de que él dijera que no tenía ningún puto error.
Lo amabas, a fin de cuentas.
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❝GOSSIP❞ ──── ADAM, THE FIRST MAN.
Fanfiction☆ 𝗛𝗲𝗮𝗱𝗰𝗮𝗻𝗼𝗻𝘀!𝗔𝗱𝗮𝗺 ☆ 𝗘𝘀𝗰𝗲𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀!𝗔𝗱𝗮𝗺 𝙃𝙖𝙯𝙗𝙞𝙣 𝙃𝙤𝙩𝙚𝙡. El tiempo en el cielo para el primer hombre fue suficiente para convertir su amor en adicción. ❝Welcome to the city of lies❞ ──── Adam x Male!Reader. ──── Todos...