❝GOSSIP❞ ──── ADAM, THE FIRST MAN.

Accidentally in love.

Tématica; Adam no sabe exactamente por qué Sera le pidió ser Angel de la guarda durante un periodo de tiempo corto, pero lo disfruta.

Advertencias; Soft, fluff, mucha pelusa y malas palabras.

Este no me gustó tanto por como narré, siento q estoy muy cansada ahora mismo para escribir, no se pork lo publico pero es mientras se me ocurre algo más.

en fin.

Adam no sabía exactamente el por qué de su nuevo cargo. Sobretodo por qué Sera lo habría mandado lejos del Cielo después de haber fallado estrepitosamente durante el último exterminio, cuando debería estar arriba  formando una nueva estrategia junto a ella para aumentar los beneficios en el exterminio siguiente.

Le disgustó en un principio, obvio. Este nuevo trabajo no tenía absolutamente nada que ver con lo que solía hacer, con su experiencia en aquella otra área donde era superior a cualquiera que no fuera un alto mando arriba. Pensó que tal vez querían deshacerse de él por unos meses, que no lo necesitaban.

Definitivamente no se lo tomó de la mejor forma, mucho menos como un descanso.

Sin embargo, esto era bastante "fácil", en comparación con los exterminios. O eso creyó cuando le anunciaron el deber de ser Angel de la guarda.

Hasta que descubrió que su persona asignada era un muchacho con un sentido de la aventura tan alto como una montaña. Demasiado, si era honesto. Incluso si no tenías la capacidad de la vista, seguías siendo un amante del peligro que era mucho para él.

Tuvo que tomar más "humanidad" para lograr su tarea gracias a un pequeño accidente. Supo que no podía mantenerse tanto tiempo en silencio teniendo a otra persona cerca, así que decidió usar la habilidad que tenía para hacer desaparecer sus alas y halo durante el tiempo que se mantuviese en la Tierra.
Una de las muchas capacidades que el Cielo le había otorgado.

Y volviendo a ti, si que eras díficil. ¿Lo bueno?  Desde hace meses, piensas que es un tonto que se cruzó contigo accidentalmente y lo tomaste como amigo para posteriormente escucharlo hablar durante una tarde entera con un clima particular. Básicamente lo adoptaste y llevaste a tu casa.
Cosa que fue un beneficio en su totalidad debido a que tu hermana ya no podía quedarse tanto tiempo cuidándote en casa y, evidentemente, no podías hacer varias cosas solo por tu falta de vista.

—¿Sigues aquí? —Alzaste la voz ligeramente, parpadeando un par de veces antes de reacomodar los lentes oscuros que resbalaban de vez en cuando por el puente de tu nariz.

Adam hizo algo de ruido con los vasos y cucharas que usaba en la cocina donde agradecía que su desastre no pudiese ser visto por nadie.

—¿A donde carajos iría? —Respondió en el típico tono que te habías acostumbrado a escuchar día tras día.

—Pudiste haber escapado sin darme cuenta. —Reíste.

Tus dedos acariciaron con suavidad la fina tela del sofá donde reposabas con toda la paciencia que lograste acumular, las yemas se deslizaron fácilmente por el material. Suspiraste. Amabas el sentir las cosas de una manera tan natural, sobretodo si los sentidos que te quedaban se desarrollaban más con el paso del tiempo teniendo que adaptarte a tu entorno. Se volvió fácil con el pasar de los años.