Tématica: Adam te deja tocar a una de sus bebés. Su guitarra.
Advertencias: soft, fluff, Adam siendo un tonto.
—Te ves bonito de rodillas.
—¡Adam!
Los milagros existían.
Adam, el primer hombre, el idiota que tenía cara de ser fan del Temach y al que toda su vida le parecía un chiste, te había dejado tocar sus guitarras. Extrañamente cierto, debido a lo sobreprotector que solía ser con ellas como si fueran sus propias hijas.
Pero lo habías logrado después de esforzarte más en insistir.
Te costaron unas cuantas palabras, elogios y demás, pero la tenías entre manos.
Sin saber ni siquiera como tocar un solo.
Pero con una meta tachada de tu lista. Algo es algo.
Te sentaste delante de él cerca de su regazo en el sofá, aprovechándote de que tuviese las piernas separadas con un espacio en medio justo de tu tamaño con la única intención que dejase de burlarse de ti por estar arrodillado justo frente a él.
Eso se podría malinterpretar ¿bien?
—¿Te estas esforzando al menos un poco —repitió, su barbilla se apoyó en tu hombro y presionó su pecho aún más contra tu espalda.
—Eso hago —Tus dedos rasguearon las cuerdas suavemente, desafinando de nuevo.
Arrugaste tu rostro con desagrado, Adam rodó los ojos. Eso sonó mal.
—Apestas. —Su risa chocó contra tu oído directamente, el aliento caliente te acarició como una pequeña ráfaga.
En definitiva, odiabas que se burlara de ti como si fueras un mocoso. O simplemente su orgullo fuera más grande que él en momentos como estos.
Hiciste un puchero ligero, frunciendo tu ceño. Adam quiso mirarte por encima de tu hombro, contemplar aquella expresión de niño frustrado de la que tanto amaba reírse.
Te veías lindo, en cierto modo. Tierno.
—Cállate, lo estoy intentando. —Repetiste el movimiento de tus dedos como antes, intentando corregirte.
El primer hombre rodó los ojos.
—Ríndete de una vez, eres una nena en esto. —Su mano te hizo cosquillas leves en el costado, paseándose en tu piel por encima de tu camiseta hasta aterrizar en tu estómago con una calidez abrasadora.
—Te patearé las bolas si sigues burlándote de mi.
—Te quedarás sin pelotas que te-... ¡Ow! —Un codazo en las costillas todo lo soluciona.
Más le valía no dar más información.
Se tragó sus palabras y continuó escuchando con paciencia, increíblemente.
Supo que pedirías ayuda de su parte en cualquier momento, a pesar de haberte estado negando rotundamente en los adentros de tu cabeza a aceptar sus conocimientos sobre la guitarra. Pero, por favor ¿Recibir clases personales del mismísimo DickMaster? ¡Deberías sentirte privilegiado en lugar de dejarte llevar por tu terquedad!
—Vamos, bebé ¿Sabes quién te estaría enseñando? ¡El puto primer hombre! ¡La polla original!
—¿Y qué tiene que ver eso con la guitarra?
—Uh... eh... Pues que soy el mejor en eso.
—Ugh. —Odiarías admitirlo, pero tal vez y solo tal vez tenía algo de razón.
Aunque eso no te llevaría a aceptarlo en voz alta. Y tampoco a recibir su ayuda.
¿Verdad?
...
Un beso suave y breve en tu nuca mandó un millón de corrientes eléctricas a recorrer tu columna, estremeciéndote de manera leve ante la sútil caricia de sus labios. Refunfuñaste fingiendo molestia, arrugando tu nariz y encogiéndote levemente sobre ti mismo.
Debías mantenerte sereno para no caer en la locura.
Entonces su mano se posó sobre la tuya, recordándote la diferencia de tamaños que mantuvieron desde siempre y que provocó muchas burlas de su parte por ser más pequeño. La yema de sus dedos frotó tus nudillos, articulando un pequeño movimiento antes de mover los tuyos propios por su cuenta en busca de una melodía correcta.
Ya es tarde.
—Bien, enséñame. —Cediste. Punto positivo para Adam.
—Carajo, te tardaste.
Será rápido, simple. Cumplirías el papel de marioneta mientras él te controlaba mediante sus propios movimientos, encargándose arduamente de mantener las cosas bajo control en cuanto a tu toque.
Lo hizo parecer fácil, lento y a la vez lo suficientemente rápido como para no dejarte memorizar en orden cada paso dado. El sonido de las cuerdas era embriagador, adictivo en cierto modo si tomabas en cuenta que era tu novio quién tenía el mando de las cosas. Entendiste entonces porque apreciaba tanto su instrumento.
Oh, bueno, a sus "bebés"
Y te dejaste llevar tanto por aquellas notas que ni siquiera notaste el momento en que soltó tu mano; como cuando te enseñan a montar bicicleta y de la nada estás intentándolo sin ayuda. Justo así.
Porque Adam confió en que saldría bien.
Sus alas se extendieron y te protegieron desde atrás, casi cubriéndote a partir de su posición pero sin querer estorbarte. Tarareó en aprobación, imitando en voz baja el sonido de la guitarra y empujándote a seguirle el juego.
Ambas voces mezcladas y el buen ritmo que habías conseguido. Fue bueno. Un beso en tu cabeza fue tu recompensa, escodiendo su nariz entre tu pelo.
Tenías un aroma impresionante.
—Eso sonó enfermo —Susurró, aumentando la fuerza en el agarre que tenía de sus brazos enredados en tu cuerpo. Habías mejorado, tenía razón cuando pensó que lo lograrías con algo de ayuda de su parte—. Buen chico.
Ese era su novio.
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❝GOSSIP❞ ──── ADAM, THE FIRST MAN.
Fanfiction☆ 𝗛𝗲𝗮𝗱𝗰𝗮𝗻𝗼𝗻𝘀!𝗔𝗱𝗮𝗺 ☆ 𝗘𝘀𝗰𝗲𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀!𝗔𝗱𝗮𝗺 𝙃𝙖𝙯𝙗𝙞𝙣 𝙃𝙤𝙩𝙚𝙡. El tiempo en el cielo para el primer hombre fue suficiente para convertir su amor en adicción. ❝Welcome to the city of lies❞ ──── Adam x Male!Reader. ──── Todos...