Inseguridades

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Los créditos de esta historia van así:

 

Idea original: ⋇⋆💭ᴶᵃⁿ 𖡽*•̩̩͙•̩̩͙*˚ (@Hunting_Whor3s): https://x.com/Hunting_Whor3s?t=COcJDQqtqmPNl91tGibPkw&s=08

Escrito a mano: LunaSaori

Escrito a word: LunaSaori

Primera revisión: Jan (@Hunting_Whor3s¨)

Beta: Noe Bell

Se miraba en el espejo, tratando aún de tranquilizarse por lo que había pasado hace tan solo unos momentos atrás, no sabía cómo fue que permitió que la situación escalara como lo hizo; estaba aterrado por las consecuencias de haber consentido que su corazón escogiera a aquel locutor de eterna sonrisa. No encontraba forma de solucionarlo, estaría acabado si la gente se llegase a enterar, perdería lo poco que poseía y aún más importante, le quitarían a la única personita que lo mantiene cuerdo, le quitarían su razón de ser.

En un gran comedor, solo se podía escuchar dos cosas. Lo primero era el tintineo de los cubiertos al ser rozados sobre los platos de porcelana fina, y, lo segundo no se trataba de nada agradable, ni es ocasionado de manera natural, si no que aquellos gritos pertenecían a Joseph Morningstar, patriarca de la familia. Aquel individuo no hacía más que desahogar su molestia con su esposa e hijos.

 

La razón de su enfado no se debía a que alguno de sus hijos se portaran mal en la escuela, tampoco era acerca del desempeño académico de los mismos, ni siquiera nada relacionado a su negocio. Directamente, no le afectaba en lo más mínimo, pero lo hacía de manera indirecta y era algo que no iba a permitirse, no perdería lo que tantos años, él y su familia construyeron a causa de los volátiles e hirientes chismes que sofocarían su natal Londres; si tales secretos fuesen revelados sin piedad, todos sus predecesores, generaciones futuras y el prestigio de su apellido, serían en el hazme reír de la capital.

 

 

—Los encontraron besándose ¿¡Puedes creerlo!? Iba a hacer un trato con un maldito marica de mierda ¡Me estaba mirando a mí la cara!  ¡Ese cerdo asqueroso!

 

 

El hijo menor, masticaba con cuidado sus alimentos, temiendo que sus mordiscos fueran percibidos, en completo silencio, siguiendo el ejemplo de su madre y hermanos. No se atrevía a preguntar qué era lo que había de malo acerca de aquella situación tan curiosa, ni del porqué su padre despotricaba con tanto odio. Trató de mirar a sus hermanos, no obstante, todos estaban fijos en sus platos, a excepción de su hermano mayor, Miguel. Este al sentir que su mirada conectó con su hermanito, la desvió para seguir cortando su carne con un leve sonrojo en sus mejillas. Lucifer al ver esto, lo atribuyó a la pena de ser descubierto. Ni siquiera su hermano Azrael, quién era el segundo en cabeza, comentaba algo en aquellos momentos. Aunque le encantaba hacer desesperar a la gente, su padre siempre fue una excepción.

Al recuperarse un poco de esa pequeña crisis, se había  decidido a regresar a la fiesta. Todo salió normal a partir de ese momento y esta siguió según lo planeado. Al parecer nadie se cuestionó del porqué Lucifer se había atrasado en el baño. Mammon entre risas comentaba que debía ser el cansancio de llevar aquella velada al éxito. Como fuera, fue la excusa perfecta para rechazar cualquier invitación para bailar, sus ánimos se habían bajado al recordar aquel suceso del pasado. Hizo lo mejor que pudo para mantener aquella faceta de anfitrión y solo esperaba que todo saliera tal cual estaba planeado.

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⏰ Última actualización: Jun 15 ⏰

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