Capítulo 16: Persiguiendo un sueño.

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Solo quedaba un día para la crucial operación de reconquista de la Muralla María. Valientes soldados de distintas divisiones, incluyendo a miembros de la Policía Militar como Marlo Freudenbers, se habían ofrecido voluntarios para unirse a la misión.

En la víspera de la partida, los soldados del Cuerpo de Exploración disfrutaron de un banquete con carne, buscando relajarse y fortalecer la camaradería antes de la peligrosa misión que les esperaba. Paralelamente, en la oficina de Erwin, se llevaba a cabo una reunión crucial con los altos mandos de la Legión. Además del Comandante, estaban presentes Zoey, Levi, Hange y los recién nombrados Líderes de Escuadrón: Harold, Marlen, Klaus y Dirk, siendo este último el único superviviente del escuadrón de Mike.

La sargento y los líderes ocupaban los sillones frente al escritorio del Comandante, mientras Levi, fiel a su postura imperturbable, se mantuvo de pie, apoyado en la pared cerca de la puerta. Zoey, en un rincón apartado, observaba la escena, sentada con los brazos y piernas cruzados, irradiando una serena determinación. Ambos capitanes esperaban dialogar en privado con Erwin al finalizar la reunión. La preocupación por la seguridad de su líder, ahora más vulnerable tras perder su brazo, pesaba sobre ellos. El pelinegro había solicitado la ayuda de Rivaille para convencerlo de quedarse en el cuartel, confiando en su capacidad para influir en el Comandante.

Tras la reunión, los soldados se dispersaron, dejando la oficina sumida en un silencio premonitorio. El Capitán cerró la puerta con rapidez y precisión tras la salida de Hange. La pelirroja se acercó al escritorio con pasos firmes y decididos.

—Estuvimos hablando y creemos que lo mejor es que dejes que Hange dirija la misión —declaró con convicción.

—Puedes decir que te obligamos a quedarte. De hecho, eso es lo que pretendemos hacer —añadió Levi con seriedad—. Eres consciente de que ya no tienes la misma movilidad de antes.

El Comandante se sorprendió ante la petición inesperada y audaz, pero no vaciló en su respuesta.

—Me complace verlos de acuerdo en algo, pero no puedo aceptar —respondió con serenidad—. Si lo desean, úsenme como carnada, pero la jerarquía debe mantenerse. En mi ausencia, Hange tomará el mando, y si ella cae, será el siguiente en la línea.

—No estás viendo la situación con claridad —insistió la Capitana, intentando persuadirlo—. Puedes ser de gran ayuda sin estar en el campo de batalla. Tu mente es tu arma más poderosa, úsala desde aquí.

—Estoy plenamente consciente de los riesgos, pero esta misión es vital para la humanidad. Mi presencia es esencial para el plan; sin mí, las probabilidades de éxito disminuyen.

—Si fallamos, será un duro golpe… pero si además te perdemos a ti, todo se habrá acabado. Tu seguridad es crucial para la misión… para todos nosotros —expresó el pelinegro con una determinación que dejaba en claro su disposición a proteger al Comandante a toda costa.

—No —Erwim fue firme en su respuesta—. Están equivocados. Debemos apostar todo en esta misión.

La paciencia de Levi se agotó, y su rostro mostró una mezcla de pánico y exasperación.

—¡Oye, oye, oye, espera, espera! Si sigues poniendo excusas, voy a tener que romperte ambas piernas. No te preocupes, haré que puedas reacoplarlas fácilmente. Aunque necesitarás ayuda para ir al baño.

El Comandante soltó una risa suave, más divertido que preocupado por la amenaza.

—Eso sería un inconveniente. Aunque tienen un punto… no es prudente enviar a un soldado herido al frente. No obstante, debo estar allí cuando desentrañemos los secretos de este mundo.

Zoey Rivaille - Shingeki No KyojinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora