Capítulo 11: Aquel día.

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Año 850.

Ocho meses habían pasado desde el catastrófico accidente, y la ex Capitana finalmente había conseguido lo que tanto anhelaba: vivir en total aislamiento del resto del mundo.

Zoey había sido trasladada a un centro de salud en la Capital. Erwin era el único que, en ocasiones, tenía permitido visitarla. Continuaba en contacto con los médicos y seguía de cerca la salud de la chica, aferrándose a la esperanza de ver alguna mejora en su devastado estado. Sin embargo, lejos de recuperarse, su condición empeoraba progresivamente.

Los ataques de pánico se habían reducido, pero para ella, las noches eran un tormento debido a sus pesadillas. Las imágenes borrosas que atormentaban su mente la llenaban de frustración al no poder discernirlas. Recordaba la sangre de sus subordinados deslizándose entre sus dedos y los relámpagos siniestros durante la lucha contra los titanes que la emboscaron. Pero eso era todo; su mente no revelaba nada más, ni siquiera los eventos posteriores ni las circunstancias que llevaron a su cuerpo a quedar en tal estado. Tampoco entendía por qué una sombra oscura y vasta, con ojos rojos y una sonrisa macabra, la perseguía en sus sueños. No sabía si su mente había bloqueado esos recuerdos o si era ella misma quien, por miedo a revivir aquel momento traumático, se resistía a recordar.

Ahora, pasaba sus días y noches confinada en su habitación, sentada en su silla de ruedas, observando a los pájaros posarse en los balcones del edificio de enfrente. Había renunciado a su anhelo de libertad, como el de las aves, y decidió cortar sus propias alas, convirtiendo su cuarto en una jaula de la que no deseaba escapar. Durante mucho tiempo, se mantuvo indiferente a los acontecimientos del mundo exterior. Sin embargo, recientes sucesos habían captado su atención de manera inevitable.

Después de cinco años, el Titán Colosal había vuelto a aparecer, destruyendo la puerta del Distrito Trost, al sur de la Muralla Rose, y permitiendo la entrada de otros titanes. El ejército desplegó rápidamente un plan de contención liderado por las Tropas de Guarnición. En el fragor de la batalla, emergió un titán misterioso que combatía y eliminaba a los demás titanes, mostrando una alianza con la humanidad. Los soldados descubrieron que el responsable de ese titán era Eren Jaeger, un cadete recién graduado de la Tropa de Cadetes número “104”. Capturado por las Tropas de Guarnición, que tenían órdenes de ejecutarlo si se confirmaba como enemigo, la intervención del Comandante Pixis fue crucial para cambiar su destino. Decidieron aprovechar los poderes de Eren para sellar la brecha del muro, moviendo una roca gigantesca hacia la puerta y así recuperar el Distrito Trost. Afortunadamente, el plan fue un éxito.

Rivaille había conseguido tener acceso a esta información porque el hospital estaba vinculado al ejército y, sin solicitarlo, los médicos militares compartieron con ella cada pormenor de los eventos. Dichos hechos le resultaron sorprendentes. Por primera vez en la historia, la humanidad había logrado una victoria contra los titanes. Pero las noticias seguían llegando, y no todas eran alentadoras.

Eren había sido entregado a las autoridades para un juicio que determinaría su destino. El Tribunal Militar y el Comandante Supremo Zackly decidieron confiar al soldado al Cuerpo de Exploración para usarlo en beneficio de la humanidad. Así, el joven se integró al Escuadrón de Operaciones Especiales de Levi, quien tendría la responsabilidad de eliminarlo si se convertía en una amenaza.

Se inició entonces la Expedición número cincuenta y siete más allá de los muros, donde la Legión se enfrentó a un titán de contextura femenina, también controlado por un humano. La misión de capturar al Titán Hembra costó muchas vidas. La criatura acabó con cientos de soldados, incluyendo a los miembros del escuadrón de Levi: Gunther, Erd, Petra y Auruo, resultando en un fracaso absoluto.

Zoey Rivaille - Shingeki No KyojinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora