Capítulo 12: Pesadilla perpetua.

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Después de que Eren y el Cuerpo de Exploración acorralaran a la Titán Hembra, Annie Leonhart se encapsuló en una coraza cristalina para impedir que extrajeran información de ella. Mientras era trasladada, Hange y su equipo hallaron un titán encerrado en las paredes del muro. El pastor Nick, del Culto de las Murallas, emergió inesperadamente, instándoles a evitar que la criatura fuera expuesta al sol.

Con rapidez, el escuadrón cubrió al titán con un manto opaco. En lo alto de la muralla, la sargento presionó al pastor por respuestas sobre el titán oculto. Él, firme en su fe, rehusó hablar, alegando que el Culto seguía su propósito divino. En ese momento, un soldado del hospital de la Capital le entregó a la soldado un mensaje urgente de la ex Capitana, revelando que había recordado todo y solicitando su presencia tan pronto como fuera posible. Sin perder un segundo, ordenó a su escuadrón que escoltaran al pastor con el Capitán Levi y se apresuró hacia el hospital.

Al llegar, la castaña encontró a Zoey en su habitación, con una expresión de determinación en su rostro.

—¿Qué ha pasado? —preguntó, acercándose rápidamente.

—He recordado todo —respondió ella, su voz temblando ligeramente—. Necesito contarte lo que ocurrió aquel día.

Hange se sentó junto a la cama, tomando sus manos con suavidad.

—Estoy aquí. Cuéntame todo.

La pelirroja respiró hondo antes de comenzar.

—La emboscada fue meticulosamente planeada. No fue un ataque al azar. Había un Titán Bestia que controlaba a los titanes que nos atacaron. Los manejaba como si fueran sus marionetas.

La sargento frunció el ceño, procesando la información.

—¿Un titán con inteligencia propia que controla a otros titanes? Esto cambia todo. ¿Estás segura de lo que viste?

—Muy segura… hasta lo escuché reír —confesó ella, con una mirada perdida—. Después de eso, un titán me derribó de la nada. Antes de desmayarme, lo último que sentí fue el asqueroso hedor que emanaba de su boca. Creí que iba a devorarme… Estaba lista para que lo hiciera.

Rivaille palideció al recordar cómo fue arrastrada hacia las fauces del monstruo, convencida de que sería despedazada. Al recordar su propio terror, apretó los puños. La castaña, compasiva, le extendió un vaso de agua.

—Qué espantoso… Lamento mucho que hayas pasado por eso —expresó con voz suave, viendo a Zoey llevar el vaso hacia su boca y beber un poco del líquido—. Ahora que sabemos que hay titanes cambiantes controlados por humanos, debemos asumir que él también es uno de ellos. Su dominio sobre otros titanes sugiere que podría ser su creador.

—Es una teoría razonable. Pero, ¿cómo lo logró?

—Eso es lo que debemos averiguar —respondió Hange, sus ojos brillando con la anticipación del descubrimiento.

La pelirroja sonrió levemente, aunque su mirada reflejaba inseguridad.

—Perdona mi tardanza en recordar.

—No te preocupes, lo importante es que lo hiciste —La consoló con una sonrisa.

—Espero que no sea demasiado tarde…

La sargento acarició el hombro de su amiga, intentando aliviar su preocupación.

—Tu información ha sido crucial. Necesito informar a Erwin y al resto del equipo cuanto antes. Volveré cuando tenga más novedades, ¿de acuerdo?

—Por supuesto. Muchas gracias por venir, Hange —Le dijo antes de que se marchara.

Fuera del hospital, la castaña fue golpeada por la noticia alarmante de que los titanes habían penetrado la Muralla Rose. Los reclutas de la Tropa número “104” se encontraban en un puesto avanzado de la Legión, ahora reforzado por Mike y su escuadrón, incluyendo a Nanaba y Gelgar como nuevos integrantes. La aparición de un grupo de titanes avanzando desde el sur precipitó al sargento a enviar a dos mensajeros a informar sobre la situación y a iniciar la evacuación de los pueblos cercanos.

Zoey Rivaille - Shingeki No KyojinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora