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04:45 pm
Toda la mañana me la había pasado acomodando mercancía y ayudando al doctor Jung con los peludos y emplumados pacientes.
Sunghoon se había quedado en la casa, estaba segura que no había dormido en casi toda la noche sin embargo no fui capaz de preguntarle el motivo por que punto numero uno yo no había sido sincera con él ayer y punto número dos cuando sali de casa para venir a trabajar el estaba perdidamente dormido en su habitación con la puerta entre abierta y Suzy, nuestra mejor amiga desde el orfanato también venía a pasar un tiempo en el pueblo ya que un par de días después de que fue adoptada se mudo a la ciudad, un sueño para ella que se hizo realidad y que por supuesto me hacia sentía feliz de verla de nuevo.
A ambos los vería en la cafetería saliendo de trabajar o eso leí en una pequeña nota que había dejado Sunghoon en el refrigerador de la cocina, al parecer el había podido contactarse con ella durante la madrugada y gracias a ello sabía que los dos me estarían esperando allí hasta que saliera aunque de echo ya no faltaba mucho así que me puse a acomodar los archivos médicos que para mi suerte estaban ya semi ordenados por color gracias a mi yo de hace unas semanas atrás, di media vuelta poniendome de cunclillas para acomodar los de la parte de abajo.
Todo dentro era silenció excepto por el sutil y ligero cantar que se colaba por la ventana abierta de los pequeños jilgueros, mire la hora y sonreí pues los pequeños siempre venían a esta hora a esperar que les arrojará un puñado de varias y pequeñas semillas
—vas a terminar de engordar a esos pájaros Nova.—hablo mientras yo tomaba la pequeña bolsa de semillas
—sonreí mirando al doctor Jung y el me devolvió la sonrisa—lo se, pero ha los acostumbre
—lo se, ¿ayer llegaste bien a casa?—asenti—perfecto, hoy cerraremos temprano, ¿lo recuerdas verdad? Tengo mi cena de aniversario
—oh es verdad, espero que la pasen bien esta noche
—yo también lo espero, cuando termines de engordar a los nada pobres pájaros poner el cartel de cerrado por favor
Asenti soltando una pequeña risa, el doc Jung hizo lo mismo para después entrar a su pequeña oficina y yo termine por tomar bien el primer puñado de semillas y las arroje por la ventana al mismo tiempo que la pequeña pero sonora campana de la puerta sonaba anunciandome que alguien había entrado por lo que limpie mi mano en mi delantal y cuando estaba por girar sobre mis talones para ver de quien se trataba escuche nuevamente esa voz, por que si, estaba segura que era la misma de anoche
—hola, ¿hay alguien que pueda... tu, ¿eres la chica de ayer?
Pregunto bajando sus audífonos dejando que estos se posaran en su cuello y yo me quedé muda viendo sus ojos, eran hermosos y lo único que podía ver con claridad ya que llevaba un cubrecamas blancos, unos audífonos blancos, un sueter café, pantalones de mezclilla, una chamarra negra de piel con pequeños parches bordados y unas botas o botines cafes de ¿gamusa?
