iii. i know that this is my fault

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CLARYSSA

Pasar vacaciones en un hotel en madrid era horrible. La ciudad era bonita, el hotel era bueno, sin embargo no quitaba el hecho de que ahora tendría que ver a mi hermano y Liam dándose miradas descaradas.

Como si yo no supiese que se habían comido hasta el alma. Lo sabía perfectamente.

— ¿Podrías dejar el ordenador por un puto momento? —me pide mi hermano con molestia.

Apenas llevabamos un día acá y yo solo me la pasaba en el ordenador. No sabía un solo momento en que no la dejara.

— Vine a Madrid en contra de mi voluntad —dije sin mirarlo.

— Esta así por que no esta Pau acá —molesta Liam y le doy una mala mirada—. Bromeo.

— Ire a recorrer las calles de Madrid, haber si me dejan en paz, ¿no? —respondí cerrando mi ordenador y levantándome de mi amada cama.

—Vete a divertirte nomas —me incito mi hermano.

Rode los ojos y salí de la habitación, luego sali del hotel. A decir verdad jamás había venido a Madrid, era mi primera vez y hubiese preferido venir en una epoca donde yo estuviese de buen humor.

Caminaba sin rumbo alguno tratando de buscar algún parque o lugar donde poder concentrarme pero no encontré nada ambiental. Me rendí y fui a una cafetería que lo que me convenció fue de que habían gatitos.

Si, los gatos son mi debilidad.

Me senté en una mesa alejada y abrí mi ordenador para comenzar a escribir. Fue donde un gatito negro se me acerco y se acosto en mis piernas. Dios, ahora me veía en la obligación de pedirle a Héctor un gato, o mejor dicho, decirle a Liam que obligará a Héctor darme un gato.

— Veo que Luca se encariño con usted, ¿Desea pedir algo? —la mesera me saco de mis pensamientos.

— Digamos que si —conteste sonriendo levemente—. Quisiera un cafe americano.

— De acuerdo, enseguida se lo traemos —contesto la mesera antes de retisarse.

Comence a escribir un par de cosas que ya tenía en mente mientras continuaba con el gatito acurrucado en mis piernas.

— Dime que no te mudaste a Madrid, Prenses —desde el acento pude saber quien era.

— Ardete, Arda —respondí bromeando. Siempre le decía así.

No eramos amigos pero si conocidos, él y yo nos habíamos visto un par de veces, no necesariamente en los clásicos, simplemente eran cosas del destino que él y yo nos toparamos a cada rato. Y ahora estabamos en la misma ciudad y en ma misma cafetería, el mundo era muy pequeño de eso me doy cuenta hoy.

— Cállate, Claryssa —respondió sentandose a mi lado. Podra see rival de mi hermano y de Pau pero era un buen amigo se podría decir.

— Callame —lo rete.

Arda sonrió y puso su mano en mi boca haciéndome callar. Lo mire de mala gana y le lami la mano para que me soltara, y vaya que si lo hizo.

— Me caes mal —exclama limpiandose la mano con una servilleta. Ambos sabíamos que eso no era cierto.

— Me alegra caerte mal, ojalá caerte peor —contesté sonriendo falsamente mientras volvía a ordenador. Por suerte el gatito no se había movido para nada, hasta me asuste pensando que estaba muerto pero seguía más vivo wue yo.

— Eres imposible, Yssa —sonreí de lado. Él era el único que me llamaba "Yssa", no era un apodo común en mi.

Ni siquiera me di cuenta cuando me trajeron mi café hasta que lo vi al lado de mi ordenador.

ONE LAST TIME; p. cubarsiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora