×Expuesto×

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Un pez en el mar no va a significar la causa de la marea, de la misma forma, una muerte más en la tierra no tendrá significado.

Elian estaba particularmente más animado, desde que había recibido la varita en sus manos un nuevo motivo para vivir se había instaurado en su conciencia. Sin embargo, su pierna en constante movimiento lo delataba.

Estaba sentado en la orilla de su cama, ya era miércoles, llevaba tres días con la palanca retraída en la mochila, algo que no le había dicho a su "amigo" Armando que podía hacer. Pasó ambas manos por encima de su rostro, eran las 6.30 de la mañana y aún no se había ido, de seguro su hermana estaba por entrar a torturarlo o algo.

Irónicamente, la que entró por la puerta de su cuarto fue su madre,  utilizaba un pijama afelpado y un rodete despeinado, se llevó un susto al ver a su hijo sentado en las sombras.

—Hijo.. —Exclamó la mujer—. Estás aquí, eso es.... ¡Es muy bueno! ¡Me alegro de que sigas aquí!

Ingresó con precaución de asustar a su pequeño hijo, el cual la observaba sin perderle la pista. Elian veía a su madre, la amaba, claro, pero verla era como estar con la sombra de aquella mujer malvada. No le gustaba comparar, respiró y dejó que se sentara a su lado, al final, ella no es La Demonio.

—No me gusta que te vayas tan temprano, es muy peligroso andar por las calles a esta hora.

Se sentó a su lado con una sonrisa, sabía que le estaba quitando tiempo de arreglarse para ir al trabajo, pero no parecía que a ella le importara llegar tarde. La mujer alzó su brazo hasta pasarlo por encima de los hombros de Elian, no tardó en tensarse por el tacto repentino, por un segundo creyó que La Demonio estaba ahí, sacudió sus pies descalzos contra el suelo para sentir la alfombra.

La madre no tardó en preocuparse por su reacción, quitando rápidamente su brazo para agarrar el del contrario, consultando que pasaba. Elian estaba entrando en una crisis de pánico y no podía controlar su respiración, el simple hecho de estar en su cuarto resultaba aterrador.

Revivió un recuerdo, comenzó a forcejear con su mamá para que le soltara, chillando y llorando por miedo a ser tocado una vez más. Su madre lo soltó al instante, pero Elian continuaba luchando contra una fuerza desconocida hasta caerse de la cama.

Una vez en el suelo, supo que La Demonio ya no estaba en su cuarto, jamás lo dejaría caer o alertaría al resto de adultos, solo estaba su mamá, quien no tiene idea de qué hacer. Se sintió desnudo frente a ella, mostrando aquello que había ocultado por años.

Armando de seguro sabría que hacer, pero no es él, solo es Elian, el niño tonto.

...

Había llegado a la hora de siempre, era extraño que su amigo no estuviera dibujando en alguna mesa o encerrado en el mueble trasero, le resultaba preocupante.

¿Y si Elian estaba matando a La Demonio? O peor aún, ¿Y si Elian se había suicidado? Las respuestas no le agradan. TOM tampoco se ha pronunciado desde el lunes, quizás secuestró a Elian para contarle por qué le importa tanto, aunque es poco probable considerando lo neurótico y ansioso que es, jamás le comentaría sus planes a su víctima antes de cometerlos.

Inició la clase, todavía no se presentaba, incluso después de la lista no se apareció. Sacó discretamente su teléfono para enviarle un mensaje que rogaba fuera a contestar.

/Armando/

Qué pasa, calabaza

Te pusieron ausente

El que no asista es hetereke

Yapo, ¿Qué pasó, Eli?

Aprovechó de agregar un último mensaje antes de poner su atención a medias en el profesor de turno.

Si no me contestas voy a tu casa ctm

En efecto, el mejor plan de todos es amenazar al introvertido de turno.

La respuesta fue inmediata, Desbloqueó su teléfono con prisa para ver qué había dicho o hecho su compañero de aventura.

—Gracias al cielo y todos sus santos. Más vale que no se muera.

/Elian/

—Mi mami me trajo a la clínica porque tuve una urgencia.

Maldita sea, su trabajo nunca puede ser fácil. 

—¿Por qué? ¿Qué te pasó?

—Tuve un ataque de pánico con ella.

—Le da miedo que tenga algo más.

—Me están haciendo exámenes en la Bupa.

—¿Recuerdas a la paramédica del otro día? Trabaja acá y me sapeó con mi mamá.

Para sus adentros estaba feliz, se notaba agradecido con quien sea que esté iluminando a la mamá de Elian de llevarlo al hospital. Ojalá puedan ver lo mismo que él, también que lo atiendan hombres que no lo incomoden o tendría que ir a verlo llorar.

—Me avisas que pasa contigo

—Cagaste, voy a ir a verte después de clases a donde sea que te dejen.

Más te vale comer o ya verás.

Finalmente, prestó atención a su clase, despreocupándose un poco por el estado de Elian, ahora le tocaba a los profesionales revisar qué podían hacer por él. 

Después de unas cuantas horas, su amigo le envió un mensaje para informarle de su estado. Había sido derivado a un psicólogo y con una posible derivación al psiquiatra. El doctor de la clínica hizo que se quitara sus guantes para encontrar una vena en la muñeca, pues sus brazos tenían las venas demasiado escondidas como para poner una vía. Observó su falta de uñas con preocupación, además de los cortes en sus brazos y uno que otro moretón en su piel.

Elian le comentó que iba a tener que esconder su espalda con más esfuerzo, su madre había alcanzado a ver un moretón en su nuca cuando tuvo el ataque. Armando solo podía leer la biblia de indicaciones que su amigo escribía, casi que memorizando en lo que podría ayudarlo.

Espera atraer cosas buenas desde ahora para el teñido, suficiente es que su hermana loca y la psicópata de su tía lo tengan en la vista, es hora de que sus padres se hagan cargo o tendría que ensuciarse las manos por un bien mayor.

Sin saberlo, TOM estaba viendo su pantalla desde un rincón oscuro, observando las conversaciones del par de amigos sin que ninguno de estos lo supiera.

...

VICO YA ACTUALICÉ, EL PRÓXIMO CAPÍTULO SE VA A LLAMAR 

"Los pololos traumados van a terapia"

FIN

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⏰ Última actualización: Jun 16 ⏰

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