Luz en la Oscuridad: La Saga de Amane

El Amanecer de la Batalla

La tensión en la mansión Phantomhive era palpable. La noticia de la inminente amenaza había llegado a oídos de todos, y cada habitante de la casa se preparaba para lo que estaba por venir. Amane se había convertido en el centro de la estrategia de defensa, su conocimiento del cielo y del infierno era invaluable.

Ciel y Alois, armados con la información recopilada, habían trazado un plan. Sabían que no podían enfrentarse a la oscuridad solos y habían enviado mensajes a aliados potenciales, buscando apoyo y unidad frente al enemigo común.

Sebastian y Claude trabajaban codo con codo, una rareza para los demonios que solían competir entre sí. Pero la gravedad de la situación los había unido en un frente común. Juntos, reforzaron las barreras mágicas y prepararon trampas para cualquier intruso que se atreviera a cruzarlas.

La noche antes de la batalla esperada, Amane convocó a todos los habitantes de la mansión a los jardines. Bajo el manto estrellado, les habló sobre la importancia de la luz y la oscuridad, y cómo cada uno tenía su papel en el equilibrio del mundo.

Mientras hablaba, una luz suave comenzó a emanar de ella, envolviendo a todos en una calidez reconfortante. Era un regalo de coraje y esperanza, una promesa de que no estarían solos en la lucha que se avecinaba.

Al amanecer, las fuerzas oscuras llegaron como una tormenta furiosa. La batalla estalló en los terrenos de la mansión, cada golpe resonando como un trueno. Sebastian y Claude eran torbellinos de muerte, sus ataques precisos y mortales.

Amane se elevó por encima del campo de batalla, sus alas desplegadas contra el cielo del amanecer. Con cada palabra que pronunciaba, rayos de luz pura caían sobre los enemigos, disipando las sombras que los rodeaban.

La lucha fue larga y ardua, pero al final, la luz prevaleció. Los invasores fueron repelidos, su oscuridad incapaz de soportar el poder combinado de ángeles y demonios unidos por una causa común.