³-Sacrificio.

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Jihyo empezó a pensar sobre que no dejaría a Nayeon otra vez fuera, así que decidió que ella lo haría, que investigaría sobre el internado, sustituir a Nayeon para que ella durmiera.
En la madrugada, salió sin pararse y con guantes, yendo a una gran chimenea apagada del internado.
¿Por qué habría una chimenea en pleno verano?
Se susurró a sí misma, luego buscó si podía entrar y encontró una forma para entrar, a unos pasadizos. Tragó saliva y entró sin más. Por los pasillos, con una antorcha, con pasos silenciosos y discretos, agachándose un poco por si acaso. Siguió caminando y escuchaba ruidos, así que decidió colarse en un sitio.
{foto referencia:}

Jihyo entró sigilosamente y vio cosas de alrededor, vio notas colgadas y las observó:

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Jihyo entró sigilosamente y vio cosas de alrededor, vio notas colgadas y las observó:

"Hay una puerta secreta cerca de aquí
- Han."

Vio que era un chico de los supuestos muertos y trató de ver si había puertas.

- Me está tomando el pelo... - Se apoyó contra un muro y el muro se derrumbó, cayendo de espaldas en un agujero y cayendo en un pequeño sótano. Le costó la respiración, veía borroso, su nariz le sangraba. Recuperó un poco de fuerzas y se levantó a duras penas, suspirando profundamente y mirando alrededor. Encendió una pequeña luz y vio a alguien atado. Se acercó con calma y apoyó la antorcha en un apoyador de antorchas en la pared y vio al chico. - ¿Hola? ¿Estás bien?

El chico levantó la cabeza muy lento, como si fuera un misterio. Tenía la cara con sangre no suya, atado a la pared de muñecas a talones. Era Han.
- ... No me llegaron a inyectar... Pero traté de proteger a mis amigos. Fue en vano, se perdieron cada uno por éste internado. Es más grande de lo que crees. Tiene pasadizos secretos... Puede ser lo más moderno que veas, pero sólo tardaréis en vivir diez días. Ahora os quedan siete días. O lográis salir... O no veréis la luz del sol.

Jihyo se quedó callada.
- Necesito que me des una cuerda muy larga. Dime si hay alguna...
Han le señaló una zona y ella fue, agarró una cuerda y logró poner un extremo en donde cayó la muralla, arriba del todo. Luego, otro en el suelo. Se dirigió hacia Han y empezó a desatarlo con una hacha que se encontró en la parte de las cuerdas y lo agarró en brazos. Se escucharon unas voces de arriba y se escondió.
- ¿Jihyo? ¿Estás aquí?
Era la voz de Tzuyu. Jihyo dejó salir un suspiro profundo y aliviado.
- ¡Sujeta muy fuerte la cuerda o ponla en un hierro, Tzuyu! ¡Necesito subir a alguien más!
Tzuyu lo hizo. Jihyo subió con Han y pudo subir bien, así que se fueron los tres por los pasadizos.
Una voz se oyó de pronto, antes de que pudieran esconderse, era un nazi malo de los experimentos. Vio a Jihyo con Han en brazos y estuvo a punto de disparar.
El ambiente era intenso, Jihyo no podía moverse ni un milímetro, mientras que Han estaba aterrorizado y paralizado. El aire recorría por el cuello de Jihyo y le daban escalofríos. De pronto, todo fue muy rápido, Tzuyu estaba en el suelo, con un balazo en el pecho, sangre fría saliendo de su herida, pálida y con los ojos abiertos, con su uniforme lleno de sangre y con unos ojos sin brillo.
El policía se fue de ahí y Jihyo dejó a Han de pie, se arrodilló ante el cuerpo decaído de Tzuyu y empezó a llorar y a gritar.
- ¡TZUYU! ¡NO ME DEJES AHORA! ¡TZUYU, POR FAVOR! - Lloraba descontroladamente y apoyaba la cabeza de Tzuyu en su hombro, acunándola como un bebé y llorando.- Tzuyu... No me dejes... Por favor...- Con voz entrecortada y entre sollozos, abrazándola desesperadamente. - Eres la primera valiente. ¿Vale?... Estoy orgullosa de tí... - Llorando aún, abrazándola. - No te dejaré aquí... - Agarró a Tzuyu en brazos y se fue con Han a la habitación de las chicas.

Cuando llegó, todas empezaron a llorar, incrédulas. Nayeon aún seguía durmiendo, inocentemente. Después de dos días, necesitaba un descanso al menos.
Dejaron a Tzuyu en una zona secreta, y todas durmieron menos Mina, que se quedó vigilando.

𝓛𝓸𝓼 𝓮𝔁𝓹𝓮𝓻𝓲𝓶𝓮𝓷𝓽𝓸𝓼 𝓯𝓪𝓵𝓵𝓲𝓭𝓸𝓼.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora