𝒞𝒶𝓂𝒾𝓃𝒶𝓉𝒶

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Capítulo 3: Caminata

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Capítulo 3: Caminata

Después de dos meses, la actividad demoníaca disminuyó notablemente. Shinobu caminaba con tranquilidad por los jardines del cuartel, disfrutando de la paz que tanto ansiaba. El sol de la tarde bañaba todo con una cálida luz dorada, y el suave susurro del viento acariciaba su rostro.

En medio de su paseo, Shinobu divisó una figura familiar: Iguro Obanai. Estaba paseando con un pequeño paquete en la mano, su expresión siempre seria y enigmática. La curiosidad la invadió, y sin pensarlo mucho, decidió acercarse.

Shinobu: Nee-nee ¡Iguro-san! —llamó, con una sonrisa amable.

Iguro se detuvo y se giró hacia ella. Al verla, sus ojos, uno turquesa y el otro dorado, parecieron brillar un poco más.

Iguro: Kocho —respondió él, asintiendo levemente.

Shinobu¿Te importaría si damos un paseo juntos? —preguntó ella, tratando de sonar casual mientras su corazón comenzaba a latir un poco más rápido.

Iguro dudó un momento, pero luego asintió.

IguroClaro, Kocho.

Comenzaron a caminar juntos por el sendero de un jardín. Shinobu notó que Iguro sostenía el paquete con cuidado, casi con ternura. La curiosidad la carcomía, pero decidió esperar el momento adecuado para preguntar.

Shinobu¿Qué llevas ahí, Iguro-san? —inquirió finalmente, después de unos minutos de conversación ligera sobre sus últimas misiones.

Iguro bajó la mirada hacia el paquete y luego la alzó hacia Shinobu, algo nervioso.

IguroEs un regalo —dijo, sin dar más detalles.

Shinobu sonrió, divertida por la resistencia de Iguro a dar más información. Su mente comenzó a divagar, imaginando qué podría ser ese regalo y para quién estaría destinado. ¿Sería para Mitsuri? Pero descartó esa idea rápidamente; su intuición le decía que era algo diferente.

Continuaron caminando, y Shinobu empezó a notar algo peculiar. Cada vez que sus manos rozaban accidentalmente, su corazón latía más fuerte. Se sorprendió al darse cuenta de que disfrutaba de la compañía de Iguro más de lo que había esperado.

Finalmente, llegaron a un claro de un jardín, donde las mariposas revoloteaban alrededor de las flores en plena floración. Iguro se detuvo y giró hacia Shinobu, extendiéndole el paquete.

Iguro: Esto es para ti, Kocho —dijo, su voz más suave de lo habitual.

Shinobu parpadeó, sorprendida, y tomó el paquete con cuidado. Lo abrió con manos temblorosas, revelando un hermoso collar con un colgante en forma de mariposa. La delicadeza y el detalle del diseño la dejaron sin palabras.

𝐌𝐚𝐫𝐢𝐩𝐨𝐬𝐚 𝐄𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 ||𝐎𝐛𝐚𝐬𝐡𝐢𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora