Salí de casa camino a la de Violeta pensando en la conversación que acababa de tener con Ruslana por llamada, ya que había quedado con una muy amiga suya y no estaba en la residencia para hablarlo en persona, así que sin demorar mucho tiempo me había dicho que no me dejase llevar por las emociones que en el momento sentía y que pensase en lo que iba a ser bueno para ambas.
Recorría las pocas calles de Barcelona que nos separaban de la residencia a su casa en silencio, dándole lugar a mis pensamientos y confiando en arreglar las cosas con Violeta, necesitaba recuperar a la única persona que me había entendido desde el principio y a la que quería más que a nadie, necesitaba volver a tener a la persona que cuando me rompía arreglaba cada cacho de mí y la que me había hecho quererme, tal y como era, lo había conseguido pero a día de hoy todo ese amor propio se había olvidado, ahora me odiaba a mi misma por hacer que no siguiera Violeta en mi vida.
Cuando me quedaban pocos minutos para llegar a su puerta encendí el móvil y la llamé, había pensado en escribirla pero no podía, no fui capaz, mis manos temblaban a causa de los nervios que sentía, y así era imposible marcar bien las palabras en un mensaje.
1 tono, 2 tonos, 3 tonos y ya al cuarto descolgó
- Hola Chiara.- en su voz se podía notar la misma incertidumbre que yo tenía.
- Hola Vio leta.- todavía me costaba no llamarla como siempre, decir su nombre entero era señal de lo mal que estaba todo. - ya estoy en tu puerta.
- vale te abro, ahora te veo. - y colgó.
Me empecé a poner nerviosa no sabía cómo iba a acabar esta conversación, pero esperaba que todo se solucionara.
Abrió la puerta con el pelo suelto y una sudadera morada oversize, que le quedaba preciosa.
- hola, pasa. - indicó abriendo la puerta dándome paso.
Entré a su casa esperándome al menos encontrarme a Diana, pero no había nadie.
- vamos a mi habitación, aunque no hay nadie porque Gonzalo está paseando a Diana y mis padres tienen reunión de la empresa hoy. Así que como quieras.
- da igual a tu habitación mismamente, no me importa.
Al llegar a su habitación yo me senté en su cama pensando que ella iba a sentarse a mi lado pero se fue a la silla del escritorio poniéndose casi en frente. Nos miramos durante unos segundos como asimilando la situación en la que estábamos, ella rompió el silencio que se había creado, aunque no había ningún tipo de tensión en el, simplemente disfrutábamos al fin de la compañía de la otra.
- ¿qué nos ha pasado? ¿Por qué hemos pasado de absolutamente todo a nada? es que ni siquiera nos miramos Chiara. - se notaba dolor en cada palabra que salía por su boca. Y es que lo que ella estaba diciendo era lo que yo pensaba en cualquier momento del día, parecía como si estuviera pensando en alto.
- Estabas con Cris yo solo os respetaba.
- no pongas a Cris de excusa porque sabes perfectamente que no me gusta, ya te lo aclaré.- la conversación estaba pasando a ser echarse cosas en cara y estaba claro que poco solucionaríamos así.
- ¿y todo lo que has hecho? Defenderle, luego iros a cenar juntos, todo el día estar abrazados en el insti, joder Violeta quieres que siga. - se nos había ido de las manos la conversación y ya las dos lo sabíamos.
- pero todo fue de amigos Chiara.
- ¿amigos? Con lo que le ha hecho a tu hermano de verdad es tu amigo. Pues entonces como nosotras, todo lo que pasó fue de amigas y ya.- muy bien, acababa de matar la única esperanza que quedaba en las dos para solucionarlo, con una simple frase que encima ni sentía, todo lo contrario, ¿cómo iba a verla como mi amiga?
Tras un silencio en el que sabía que la había hecho daño a Violeta diciendo eso habló.
- pues mira sí tienes razón era de amigas, por eso no me puedes echar absolutamente nada en cara de lo que haga o deje de hacer ni con Cris ni con nadie.
- ves como es imposible hablar las cosas, nunca vamos a estar de acuerdo en nada es imposible Violeta, lo siento pero a veces hay que saber cuando es el final de una historia y ponerle fin y creo que la nuestra ya se ha acabado, no podemos seguir haciéndonos tanto daño.
- ¿y ya? ¿Te vas a rendir así de fácil? ¿Esto es lo que ha significado para ti lo nuestro?- la voz de Violeta se iba quebrando al hablar y con su voz mis lágrimas también iban saliendo.
- pero como que rendirme Violeta, has sido tú la que ha decidido separarse de mí, y obviamente lo nuestro para mí ha significado todo y lo va a significar siempre pero no es sano no lo estamos haciendo bien nunca, es inevitable hacernos daño.
Rompió a llorar y entre lágrimas intento hablar para que lo solucionásemos.
- pues vamos a intentar hacerlo bien, vamos a luchar por lo que queremos, yo quiero luchar por ti, por favor Chiara.
En ese momento me senté en el suelo apoyándome en la puerta, no tenía fuerzas para estar de pie, empezaron a salir lágrimas descontroladas por mis ojos, sabía que Violeta tenía razón y que tenía que luchar por ella, pero ¿cuál era el precio de luchar por ella? yo estaba dispuesta a pagarlo pero necesitaba que fuera mutuo y tenía mil dudas de sí lo era.
Violeta por otro lado se sentó a mi lado llorando igual que yo, y después de haber estado un rato así era ella la que volvía a hablar.
- ojalá lo hubiéramos sabido hacer bien desde el principio.
Apoyé mi cabeza en su hombro como buscando un lugar seguro que para mi siempre iba a ser ella, y nos quedamos así durante un largo tiempo, sin hablar y escuchando el llanto de la otra deseando borrar todos los errores, aunque está claro que gracias a ellos vamos a saber hacer bien las cosas con la siguiente persona que tengamos.
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Gracias x seguir leyendo 🫶🏻
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Entre las estrellas
RomanceChiara una chica que se acaba de mudar a Barcelona por cosas del fútbol, conoce a violeta, una apasionada de la astronomía, y su hermano mayor Gonzalo que comparte la pasión del fútbol con Chiara, ¿qué podría pasar entre ellos? Una historia enfocada...