Suena el despertador de mi móvil, lo apago. Son las 7:20 h de la mañana y es la segunda vez que el despertador suena.
Por fin es jueves, así que con esa motivación de que tan solo quedan dos días de clase para el fin de semana, me visto.
Al terminar de vestirme y empezar a maquillarme se me viene a la cabeza la conversación que voy a tener el viernes con Violeta. Miles de escenarios se presentan en mi cabeza. Y si Violeta prefiere acabar con lo nuestro para no sufrir ninguna de las dos, o peor, si apoya la decisión de que vaya hacia allí, no quiero separarme de alguien como ella. Pero lo que más miedo me da, sin duda, es que apoye la decisión de que me vaya y conozca a alguien que le guste más que yo aquí.
- Chiara espabila, llevas 3 minutos parada sin hacer nada. Vamos a llegar tarde. - Rus como casi siempre me corta de raíz todos mis pensamientos.
- Lo siento he disociado.
Agito mi cara y pienso que la mejor opción hoy es ir sin maquillar a clase, aunque la charla es mañana, algo me dice que hoy tampoco va a ser un día tan fácil.
A mitad de camino, como ya era costumbre recogímos a Violeta y su hermano.
- Hola. - dijo Rus entusiasmada acercándose a ellos.
- Hoy venís puntuales, que raro. - Habla Gonzalo en tono de broma.
- Es que raramente, hoy Kiki se ha dado prisa.
- Ey. - me quejo en alto.
Rus y Violeta se saludan con un abrazo, mientras yo y Gonzalo nos damos otro. Después, Gonzalo y Rus se saludan también y se adelantan mientras van hablando, Violeta y yo por otro lado nos dimos un corto beso en los labios, como iba siendo costumbre cada mañana.
- Hola, Vio.
- Hola mi amor.
Nos damos la mano. Y así seguimos caminando. Hablando de cualquier cosa, y nos reímos a cada rato.
- Oye.- Noto un tirón en mi mano por parte de Violeta, intentando ganarse mi atención. Cosa que consigue.
- ¿Qué te pasa? - respondo a Violeta, mirando directamente a esos ojos marrones.
- No, no. ¿Qué te pasa a ti?
La miro extrañada, me gusta esa sensación de que Violeta siempre me lee, como si yo fuera un libro abierto con ella. Pero ahora mismo no me gusta tanto.
La evito el contacto visual, si quiero intentar mentirla nunca podría ser mirándola a los ojos.
- ¿amor?
Violeta acaba esta palabra cogiendo mi barbilla obligándome a mirarla. En el momento en el que nuestras miradas vuelven a conectar me rompo, poco a poco, lo llevo evitando una semana ya. Pero odio esconderle cosas a Vio. Y como era de esperar tarde o temprano me pilló. Seguramente desde el primer día, después de la llamada con Noe ya intuía algo.
- Ey Kiki, no llores. Ven.
Me acurruco en sus brazos. Me dejo hacer pequeña ahí en el hueco de su cuello. Ella simplemente me abraza, y acaricia, no sabe que me pasa pero aquí está, conmigo. Como siempre hace. Siempre está ella, cuando ni yo misma estoy para mí.
- Lo siento, Vio. - no quería ponerme así, no hoy. Tenía un día entero para mentalizarme en la conversación con ella, pero fue inevitable.
- No Kiki, tranquila. - me agarra más, intenta reconstruir los cachos que estoy dejando romperse.
- Vio... Quiero hablar contigo.
Noto como se pone rígida, nunca había abrazado a Violeta estando ella tan tensa. No era lo normal entre nosotras. Pero antes de que sus pensamientos vayan más rápido de lo normal, saco mi cabeza de su cuello y la miro.
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Entre las estrellas
RomanceChiara una chica que se acaba de mudar a Barcelona por cosas del fútbol, conoce a violeta, una apasionada de la astronomía, y su hermano mayor Gonzalo que comparte la pasión del fútbol con Chiara, ¿qué podría pasar entre ellos? Una historia enfocada...