Bosco se despertó antes de que sonará su alarma y no es que estuviera emocionado, sencillamente no podía dormir, estos días siempre eran así, el recuerdo de su último cumpleaños estaba presente y siempre terminaba comparándolos, siempre terminaba extrañando aún más a su mamá.
Se puso de pie porque era tonto querer dormir cuando no podía o cuando sería inútil intentarlo. A veces se preguntaba como sería su vida si su mamá aún estuviera ahí.
Cuando Pedro Pablo le pregunto sobre que regalo le gustaría el primer pensamiento en su cabeza fue ver a su mamá, aunque sea solo un par de minutos ... Pero eso sonaría tan tonto, triste e imposible.
Tomo un baño que llevo más tiempo de lo normal, su corazón estaba ansioso, salió de la ducha y se miró en el espejo, tenía ojeras, su semblante era de tristeza y odio su vida nuevamente, ni siquiera lo pensó simplemente levantó el puño para estrellarlo directo al espejo, sus nudillos empezaron a sangrar y doler.
- Que imbécil - Dijo sujetando su mano
Ahora tenía que solucionar el problema en su mano. Ojalá fuera así de fácil solucionar su vida. Tomo una toalla y la enredo. Salió y rápidamente se puso su ropa con las dificultades de tener una sola mano disponible.
Se dejó caer en la cama, con el millón de pensamientos atormentando su mente.
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Pedro Pablo había despertado emocionado por poder compartir el cumpleaños con Bosco. Tenía sus cosas listas, estaba sentado en la sala con su mochila mientras comida de una manzana, Salomón llegó junto con Mireya.
- Veo que Julieta no durmió esperando a su Romeo -
- Ja Ja muy gracioso -
- Ya Salomón deja a tu hermano - Mireya los miró a ambos - Solo cuídense mucho, nada de hacer tonterías-
- Te prometo que cuidare la inocencia de Pepa - Salomón sonrió de manera burlona viendo como Pepa se ponía rojo por la vergüenza.
- Salomón!!! - Grito indignado
- Deja de avergonzar a tu hermano - Le dió un golpe ligero en la cabeza.
Tocaron la puerta y Pedro Pablo rápidamente fue abrir.
Gala estaba de pie frente a ellos con una sonrisa en su rostro.- Hola, están listos ? -
- Yo siempre estoy listo para ti preciosa - Salomón se puso enfrente de Pepa para saludar con un corto beso a su novia.
- Si, si, si, menos romance y vamos a darnos prisa - Bosco los separó bruscamente.
Bosco y Pedro Pablo se sonrieron sin embargo Pepa se dió cuenta del vendaje en la mano de Bosco y la tristeza que estaba en sus ojos. Quería preguntarle si estaba bien pero sabía lo difícil que era para Bosco hablar de sus emociones, quizás más tarde cuando estén solos.
- Hola - Murmuró Pepa
- Hola -
- Creó que es hora de irnos - Señalo Gala.
Pedro Pablo fue por sus cosas pero Bosco lo detuvo para cargarlas el mismo. Tanto Salomón como Pepa se despidieron de su mamá.
En la camioneta estaba Esteban conduciendo, Eder como copiloto, en la parte de atrás Salomón Gala Bosco y Pedro Pablo.
El camino estaba siendo silencioso, Pedro Pablo puso su mano sobre la mano herida de Bosco, Él intentó sonreír para restarle importancia a la situación ante la mirada preocupada de Pepa. Ninguno dijo nada pero tampoco fueron capaz de soltarse de las mano.