Extra IV

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Después de la boda ambos se habían fugado una de semana para celebrar su luna de miel, ahora Pedro Pablo y Bosco estaban sentados en el comedor de su casa, haciendo una pequeña lista para las compras que necesitaba hacer.

- Perfecto hemos terminado - Murmuró Pedro Pablo.

- No entiendo porque debemos hacer una lista -

- Nos ayuda ahorrar tiempo y a evitar olvidar cosas -

- Has anotado mi cereal ?-

- Sip, ahora debemos dividir las tareas -

- Tareas ? Que tareas ? - Preguntó Bosco algo confundido

- Las tareas de la casa ... Limpiar, cocinar - Dijo como si fuera lo más obvio.

- Ah ... Rebeca se va a encargar de eso -

- Rebeca ? Quien es Rebeca - Pepa lo miró confundido

- La señora que nos va ayudar con las tareas -

- De acuerdo - Murmuró detenidamente - Como le vamos a pagar a Rebeca ?, si no tenemos un trabajo y nuestros ahorros son para sobrevivir hasta encontrar uno-

- No hay necesidad de buscar un trabajo ahora mismo podemos hacerlo hasta terminar la carrera -

- Y vamos a vivir del aire ? -

- No por supuesto que no, podemos vivir de mi mensualidad -

- Mensualidad? Que mensualidad? -

- La que me da mi Yaya desde que tengo 16 años -

- Oh - Fue todo lo que dijo Pedro Pablo

- Solo déjame cuidarte Pedro Pablo -

- Es algo abrumador - Hizo una mueca

- Lo entiendo pero solo dejame hacer esto por nosotros además Rebeca es un regalo de mi Yaya -

- Tú Yaya te regalo una persona?, eso es exclavitud por si no lo sabía -

Bosco Rodó los ojos - Mi Yaya la contrato, ella pagará su salario, piénsalo de está manera, con esa ayuda podremos tener tiempo suficiente para nosotros y para nuestros proyectos -

Pedro Pablo suspiro resignado - Bien pero solo la limpieza, Yo quiero cocinar -

- Me vas a cocinar ? Vas a cocinarle a tu lindo marido - Pedro Pablo se sonrojo

- Ya cállate -

- Te levantaras temprano para hacerme el desayuno, eso es muy romántico -

- A veces eres molestó - Pepa sonrió

- No, eso no decías anoche - Bosco con su dedo apachurro una mejilla de Pedro Pablo

- Ya Bosco ! Basta -

Bosco se acercó para darle un beso, un beso que empezó a subir de tono sin embargo el encanto se rompió cuado el timbre se escuchó.

- Dime que no es tu hermano - Suplico Bosco.

Pedro Pablo le dió un corto beso y se puso de pie para abrir la puerta.

Al abrirla había un chico de su clase llamado Erick con un ramo de flores, Pedro Pablo alzó ambas cejas en señal de confusión ante tan inesperada sorpresa, solamente compartían una clase así que realmente no podía considerarlo su amigo y mucho menos sabía que estaba haciendo en la puerta de su casa con flores.

- Hola - Murmuró

- Hola - Dijo Pepa algo dudoso

- Te traje esto - Pedro Pablo solo lo miró bastante confundido - No habías ido a clases pensé que estábamos enfermo .. le pregunté a Ari sobre tu dirección.. pero tu mamá me dijo ahora estabas aquí ... solo quería saber si estabas bien -

- Es que .... No.. entiendo -

- Puedo pasar ? -

- No - Bosco llegó y puso detrás de Pedro Pablo - Ahora me gustaría saber porque le traes flores a mi marido -

El chico se puso pálido - Estás casado ? - Pedro Pablo sonrió levantando su mano y mostrando sus anillos - Que idiota soy -

- Por supuesto que si -

- Bosco! - Regaño Pedro Pablo

- Solo confirmé lo que dijo -

- Muchas gracias por las flores pero no puedo aceptarlas -

- Si yo entiendo, lo siento, Será mejor que me vaya -

- Si - Murmuró Bosco - Y no vuelvas - Bosco le cerró la puerta en la cara.

- Eso fue incómodo -

Bosco se encogió de hombros para restarle importancia. Lo tomo de la cintura y lo acercó más a él. Lo alzó para cargarlo mientras que Pedro Pablo puso sus piernas alrededor para sostenerse.

- No lo culpó eres un chico muy lindo -

- Ya bésame -

Pedro Pablo y Bosco formaron una rutina simple y cómoda.

Pedro Pablo cocinaba para ambos e intentaban siempre tener las comida juntos, Bosco procuraba dejar e ir por Pepa a la universidad. Algunos sábados siempre estaban en la casa de los Roble mientras algunos domingos siempre eran para pasarlo con la familia Villa de cortés así como también había fines de semana que solamente era para ellos.

Pedro Pablo tenía sobre su mesita de noche una escultura de un ángel, al mirarla siempre recordaba como todo había iniciado, recordando ambas etapas de su vida. Una cuando lo conoció y la otra cuando formó su propia familia junto a él.

Dos soledades Donde viven las historias. Descúbrelo ahora