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Antes de enviar aquel mensaje, Kageyama quería cerciorarse de que Hinata si le contestaría. Así que pensándolo un poco apostó por hablar con un viejo amigo de él, Sakusa Kiyoomi, a quien había conocido hace años en un campamento en preparatoria y que ahora bien sabía que jugaba junto a Shoyo en el equipo de los MSBY Black Jackals.

Busco su contacto y presionó el botón de llamada. Uno, dos y tres pitidos bastaron para que contestaran la llamada sin embargo esta no era la voz que esperaba.

—¿Alo? Omi está en el baño, soy su compañero Atsumu. —Se escucho por el otro lado del teléfono.

—¿Miya?

—Oh, pero si se trata del santurrón de Tobio. —Aquel apodo hizo que el azabache se irritara.

Tenía años que no dirigía palabras a Miya Atsumu por el simple hecho de que no le caía tan bien. Y más porque le frustraba que él haya cumplido su promesa de colocar para EL rematador estrella de Kageyama.

—Miya, busco a Sakusa, ¿se desocupará pronto? Sino lo puedo llamar más tarde. —Preguntó Kageyama.

—Pues si, no tarda en salir del baño. Está tomando una ducha. ¿Sabes Tobio? Yo te consideraba más decente, pero parece ser que sigues siendo un niño. —Dijo el rubio sabiendo que molestaría al azabache.

—¿A qué se debe tu comentario? —Tobio intentaba mantenerse a raya porque no quería hacer su problema con Shoyo mayor ya que sabía la relación cercana que tenía este con Atsumu. Luchaba por no rebajarse y contestarle de una manera inapropiada.

—No creas que Shoyo no me enseñó tu tweet con Korai.

—Bueno, lo que pase entre mi novio y yo no es de tu incumbencia. Esto es entre Shoyo, Korai y yo.

—¿Qué?¿Acaso quieres quedarte con ambos? Eres un avaricioso Tobioooo. —Dijo burlón el mayor. —Escúchame bien. Shoyo ya no es para ti, su tiempo ya pasó, ahora el es MI rematador y no puedes hacer nada para cambiar eso. Así que suerte con reconciliarte con el porque jamás te verá de la manera en la que te veía.

Miya sabía que mentía, pero le encantaba molestar a Kageyama con cosas así porque él más que nadie se daba cuenta de todos los errores que él azabache venía cometiendo cuando se trataba del peli-naranja.

Kageyama iba a contestar cuando escucho como el teléfono era arrebatado del rubio por el dueño original.

—Una disculpa Tobio. Atsumu no sabe sobre respeto básico y contestó sin mi autorización. ¿A qué se debe tu llamada? —Habló ahora un pelinegro bien conocido por el azabache.

—No pasa nada. Quería hablar contigo sobre la situación de Hinata.

—Oh, pues justo lo íbamos a ir a buscar a su departamento ahora porque no nos contesta a ninguno de nosotros.

—Entonces es perfecto. Quería pedirte de favor que te asegures de que lea mi mensaje y conteste. Realmente quiero hablar con el y resolver las cosas como adultos.

—Me parece lo correcto Tobio. Yo me aseguraré de que te conteste. Gracias por no tomar acciones más fuertes que perjudiquen a Hinata.

—No es nada. Aunque me molestó su comentario alguna razón tendrá y después de todo tuvimos una historia antes, sigue siendo mi amigo.

—Bien, gracias por entender a Shoyo. Que tengas buen día.

—Hasta luego Sakusa.

Y colgaron. Kageyama se sentía más tranquilo para mandar el mensaje pero aún dudaba, sin embargo decidió arriesgarse.

Ya era el día siguiente. Shoyo estaba nervioso mientras se veía en el espejo una y otra vez, se preguntaba a sí mismo: "¿Me veré bien?" "¿Habrá cambiado mucho?" "¿Aún sentirá algo por mí?"

Entre los 2 no se podría saber quién es el más nervioso de encontrarse con el otro, pero sin dudas ambos experimentaban los mismos sentimientos.

El peli-naranja decidió dejar de sobrepensar para ver la hora en su teléfono, esta marcaban las 2:00pm así que se puso en marcha para ir hacia aquella cafetería a la que frecuentaba con su ex-novio cuando iban en preparatoria. El recorrido de su departamento a el lugar cerca de la casa de Kageyama lo llenaba más que de nostalgia, de melancolía. Shoyo nunca supo en que momento ambos decidieron separarse tanto, se supone que habían quedado como amigos pero desde que habían terminado su relación cada vez hablaban menos y menos, llegó un punto en el que sus conversaciones se basaban en un "Buenos días" de Kageyama quien venía despertando en Japón y el "Buenas noches" de Hinata que ya debía ir a dormir porque se hacía cada vez más tarde en Brasil.

El peli-naranja llegó 10 minutos antes de lo acordado ya que su departamento donde había empezado a vivir cuando regresó a Japón no estaba tan lejos de donde el azabache vivía, se percató de que el oji-azul había llegado antes que el y lo maldijo en un susurro por haberle ganado otra vez. Hinata entró con los nervios de punta temiendo que la mirada de aquel chico fuese fría y con odio.

Al acercarse hasta donde estaba el azabache y que este notara su presencia sus miradas conectaron después de años y Hinata no pudo sentirse más aliviado de verlo una vez más.

Aquellos ojos color zafiro brillaban y lo veían con la misma mirada de admiración y amor con la que se habían despedido hace años y viceversa, Kageyama se sintió tranquilo al ver que la mirada del más bajo no era de repulsión, sino de aquella adoración con la que se dejaron un día de verano después de su graduación.

—Hola. —Kageyama fue el primero en hablar.

—H-Hola. —Respondió Hinata temeroso, tomando asiento frente a él.

—Que gusto verte. —Soltó el más alto tranquilamente. Su expresión no decía mucho pero no era una de disgusto, era una de calma.

—Lo mismo digo, aunque no me hubiese gustado vernos en estas condiciones. —Contestó el peli-naranja nervioso, mentiría si dijera que le apenaba y aterraba estar en esta situación con el, pero, ¿qué más podía hacer? Lo hecho, hecho estaba y no podría cambiarlo aunque quisiera.

—Tienes razón. —Kageyama hizo una pausa dudando si debía decir algo, pero al final lo hizo porque no sería nada malo. —Esperemos a Hoshiumi, no tardará en llegar.

—Creí que solo éramos nosotros. —Dijo Hinata algo confundido y un poco molesto porque el azabache no le había comentado nada de eso.

—Una disculpa, había olvidado comentarte pero creo que es lo correcto que estemos los 3 y no solo tú y yo. —Contestó Tobio ahora tomando la carta del menú para pedir algo.

—Claro, tienes razón. —Fue lo que Shoyo se limitó a decir para imitar la acción del oji-azul.

Sería una charla larga así que un poco de comida y bebida no vendría mal.












































Me gusta como está yendo la historia, ojalá a ustedes también JAJSJSJ no planeo que sea tan larga. Bno actualizo mañana lo más seguro, los quieroooo
-Angie :3

Dime, ¿cómo quieres? | KageHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora