¡Es una bendición! | Markhyuck (#3) [Especiales]

1: We need to talk about something.

ANTES DE LEER: Oye, esto tiene un número tres, o sea, que estás en la TERCERA TEMPORADA de mi saga Baby Mine, no puedes leer este libro sin leer las dos partes primero, ya que es crucial para su comprensión. Este fic contiene MPREG sin omegaverse y escenas smut kinky. Si algo no es de su agrado pase de largo. ESTA TEMPORADA SOLO CONTIENE ESPECIALES, por lo que los capítulos no tienen un orden cronológico. Con eso, ¡bienvenido una vez más!

Donghyuck levanta la taza de su plato e intenta beberlo sin que le tiemble la mano, pero falla y debe usar las dos.

—Ay, además de un test de embarazo quizás deberías hacerte uno de párkinson.

—¡Jaemin!—grita Mark con cara de ofendido, aunque la broma no fue hacía el.

—¿Me puedes explicar que haces aún en mi casa?—le pregunta Donghyuck devolviendo la taza a su lugar cuando ni siquiera bebió nada.

—Tu me llamaste para que te comprara un test de embarazo y te diera apoyo moral—le levanta los hombros y las cejas con confusión.

—¡Hasta que llegase Mark del trabajo!

—¡Es así como se ven los amigos!, ¡te abandonan por sus inservibles novios!—pucherea Jaemin cruzándose de brazos.

—¡Llevamos catorce años casados!—chilla Mark ante el bajo perfil a su matrimonio que le da Jaemin.

Eh, si, sobre eso.

Mark y Donghyuck se conocieron esporádicamente en un supermercado en la flor de la juventud. Mark veintitrés y Donghyuck veintidós años, el canadiense con un regalo bajo el brazo que jamás pensó Donghyuck se volvería el centro de su mundo hasta el día de hoy con sus otros tres hijos. Baobei que en la actualidad tenía quince, era un excelente estudiante con una personalidad idéntica la de su padre Renjun, por lo que dice Chenle, gruñón y bueno para discutir, le gustaban las matemáticas y las carreras de autos. Haechan tenía doce, a punto de los trece y era un chico callado que amaba pintar con acuarelas y mantenía en secreto su gusto por los osos que le planteó su papá (y aún dormía con uno de peluche que mantiene desde bebé), y los gemelos Minhye y Minhyeong, tenían diez y eran dos chiquillos malcriados que siempre se salían con la suya y les gustaba mucho la moda porque Chenle les corrompió la mente (o eso decía Donghyuck para no pagar el pato y Mark lo retase).

Hoy, pasados sus treinta, ninguno de los dos tenía planeado tener más hijos, por algo la fábrica se cerró diez años atrás cuando Donghyuck y Minhyeong lucharon mucho para mantenerse sanos.

Pero nada en la vida esta completamente escrito, como el test positivo encima de la mesa que se mantenían viendo los tres adultos, Jaemin que no tenía nada que ver pero se negaba a irse por chismoso y "buen amigo", los esposos se mantenían con un nudo en la garganta cuando se dan cuenta que quizá, sólo quizá, cometieron un error.

—¿Que se supone que haga?~—lloriquea Donghyuck tapándose la cara con las manos.

—¿Y que vas a hacer?, pues parirlo y criarlo—bufa Jaemin.

—¡¿Donde demonios queda tu apoyo moral?!—le chilla el castaño.

—¡Te lo estoy dando, mal agradecido!

—¿Acaso no tienes un esposo en casa al que alimentar?—le refunfuña Mark tomando a su esposo y abrazándolo contra su pecho—¿Dos hijas?

—Las gemelas están en clases de esgrima y Jeno se llevó su bento al trabajo, además me cancelaron la cita de mis uñas de hoy—Jaemin con un puchero inocente se mira las mismas y Mark quiere arrancarle la cabeza.