★𝙈𝙚𝙡𝙤𝙙𝙞𝙖𝙨★↬ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ ʀᴏᴄᴋꜱᴛᴀʀꜱ

𝙻𝚊𝚢𝚗𝚎 𝚂𝚝𝚊𝚕𝚎𝚢 ~ Hermosa sopresa [part 1]

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𝙰𝚍𝚟𝚎𝚛𝚝𝚎𝚗𝚌𝚒𝚊: Ninguna, contenido soft♡
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Layne y Stephie llevaban años casados, y su vida juntos en Seattle era una armonía constante de risas y amor. Su casita acogedora, rodeada de flores en el jardín, era testigo de sus momentos más felices y de la rutina diaria que habían construido con tanto cariño.

Un día, Stephie decidió hacerse un test de embarazo después de sentir algunos cambios en su cuerpo y preocupación por que le venía desde hace dos semanas.
Se encerró en el baño y con su pulso temblando con el test prueba, al ver el resultado positivo, su corazón se llenó de alegría y un poco de nerviosismo. No sabia de que forma decirle a su esposo, tenía tantas cosas en mente, de como podia comunicarle esta bella noticia, y pensandolo por un tiempo, al fin se quedó con una, una idea muy simple pero a la vez especial.
Decidió sorprender a Layne con la noticia. Esa noche, después de cenar, ella preparó una pequeña caja de regalo. Dentro de ella, colocó el test de embarazo positivo junto con un par de zapatitos de bebé.

"Layne, tengo algo para ti", dijo Stephie, extendiéndole la caja con una sonrisa misteriosa.

Layne la abrió, curioso, y al ver el contenido, su expresión cambió a una mezcla de sorpresa y emoción. "¡Vamos a ser padres!" exclamó. Durante unos segundos, se quedó congelado, mirando incrédulo el test de embarazo y los diminutos zapatitos. "¿En serio?" preguntó, con los ojos brillando de emoción.

Stephie asintió, riendo ante la reacción de Layne. "Sí, amor, en serio. Vamos a tener un bebé."

Layne soltó una carcajada de pura felicidad y comenzó a dar vueltas por la sala, sin saber cómo canalizar su entusiasmo. "¡Voy a ser papá!" gritó, haciendo un pequeño bailecito torpe que hizo reír a Stephie hasta las lágrimas. Luego, se arrodilló frente a ella y abrazó su vientre, aún plano, con una ternura infinita. "Hola, pequeño o puede se pequeña", dijo duditativo, "Soy tu papá y no puedo esperar a conocerte." Añadio contento con una inmensa sonrisa.

Después de unos momentos, se levantó y miró a Stephie con seriedad. "Voy a ser un buen padre, ¿verdad?" preguntó, con un tono vulnerable que rara vez mostraba.

Stephie le acarició el rostro con cariño. "Vas a ser el mejor padre del mundo, Layne. Ya lo eres.", y lo beso dulcemente.

En su segundo mes conforme avanzaba el embarazo, Layne se convirtió en el esposo más atento del mundo. No había capricho que no cumpliera, no había antojo que no satisfaciera. En más de una ocasión, Stephie lo despertó en la madrugada pidiendo helado, y él, sin quejarse, se levantaba y salía a buscar su sabor favorito. Incluso le cantaba canciones para dormir, su voz suave llenando la habitación con melodías reconfortantes.

Una noche, en su segundo mes de embarazo, Stephie sintió un antojo diferente. No era de comida, sino de Layne. Se acercó a él mientras él leía en el sofá, y le susurró al oído, "Layne, tengo un antojo especial."

Layne arqueó una ceja, intrigado. "¿Ah sí? ¿Y cuál es ese antojo?", comentó preocupado.

Stephie se acercó más, susurrando en su oído. "Te deseo a ti, Layne. Quiero que me hagas sentir especial."

Layne sonrió, sintiendo un calor recorrer su cuerpo. "Con mucho gusto, mi amor" La levantó en sus brazos y la llevó al dormitorio con suavidad, donde pasaron la noche enredados en caricias y susurros, todo paso con suma precaución, ya que Layne no queria para nada lastimarla.

En su tercer mes de embarazo, Layne fue despertado a las tres de la madrugada por Stephie, quien tenía un antojo incontrolable de helado de americana con chispas de chocolate. "Layne" susurró, sacudiéndolo suavemente, "tengo un antojo enorme de helado. ¿Podrías ir a buscarme uno, por favor?"