Capítulo 4

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Pese a que él le había dicho que sí le daría el contacto de Toshi se fue, dejándola con trabajo, ciertas dudas y muy pero muy caliente. Fuera Toshi o fuera Smite la había dejado gimiendo por las noches luego de avanzar con su traje. Se levantaba, comía algo, trabajaba en el traje de Smite y luego iba a su cama para tocarse pensando en él. Estaba harta porque no quería sentirse así.

Él había dicho que le daría una semana, pero... Bueno, estaba impaciente. A sus ojos, era comprensible que quisiera ver cómo avanzaba el progreso, después de todo, le estaba pagando un salario millonario y el inicio de una sociedad. 

Ese día se levantó he hizo la rutina de todos los días, así cuando finalizó de trabajar en el traje y pudo estirar su cuerpo mientras caminaba por la casa que se dio cuenta que había un papel bajo su puerta. Se acercó y lo vio... El contacto de Toshi.

Sabía que como no había caos en la ciudad llevaba estos días atrapado como Toshi, de solo pensarlo su piel se ponía caliente, de pensar en su compañía cuando estuvo atrapado con ella en ese mismo departamento.

Así fue como decidió escribirle, solo un mensaje agradable como para que se acordara de ella. Por otra parte, Toshinori no podía hacer muchas cosas con su cuerpo, no podía beber o salir a comer fuera de casa, así que cuando recibió su mensaje lo único que se le ocurrió hacer como una persona normal fue compra una orquídea en maceta y molesta a su nueva costurera.

Toshinori caminó por la acera hacia su departamento, con un regalo para su anfitrión en sus brazos. Hoy vestía un par de ropa más ajustada, esperando que ella se diera cuenta, como un adolescente en plena pubertad, en cierta parte sabía que él no podía llegar a ella como Toshinori. 

Se aclaró la garganta, el hierro se convirtió en un sabor dolorosamente normal en su lengua y golpeó suavemente la puerta con los nudillos. Puso una mirada incómoda en su rostro mientras encorvaba los hombros y frotaba la punta de su zapato, luciendo inofensivo y tímido, como si Toshinori estuviera de visita para ver cómo estaba ella y no Smite disfrazado.

Pasó un momento antes de que la puerta se abriera y Asuka se asomara, parpadeando una vez antes de inclinar la cabeza.- Toshi... -Preguntó ella, recorriéndolo de pies a cabeza con clara sorpresa.- ¿Tan rápido recibiste mi mensaje? sinceramente no pensé que vendrías pero me alegra que lo hayas hecho.

Le ofreció la orquídea con una sonrisa tímida y volvió a arrastrar el dedo del pie contra el escalón de la puerta. - Bueno sí... leí tu mensaje pero también supe que tuviste visitas.- Tosió levemente.- Vine a ver cómo estabas. Y... te traje un agradecimiento. Para, ya sabes... arreglarme.- Sus mejillas se enrojecieron mientras sacaba la excusa de su trasero y Toshinori desvió la mirada como para ocultar su nerviosismo.

Ella parpadeó una vez, antes de abrir lentamente la puerta.- Eso es muy dulce de tu parte... ¿Por qué no entras?- Ofreció.- ¿Nos prepararé un poco de té y nos pondremos al día?

-Eso sería encantador.- Él sonrió levemente, un atisbo de entusiasmo aceleró los latidos de su corazón. Él podría ver cómo le estaba yendo con su trabajo y decidir si necesitaba darle unos días o pasar por una 'revisión' improvisada y hacer que Smite decidiera que su trabajo era deficiente.

Toshinori entró y se quitó los mocasines cortésmente. Usó su pie para colocarlos en la esquina de la puerta, antes de arrastrar los calcetines hacia adentro de su casa, manteniendo la orquídea acunada en sus brazos mientras se movía y he aquí que cuando él entró en su casa, estaba su sala de estar y todo su espacio de trabajo se había trasladado a la sala principal.

¿Sobre eso? No podía ver ni una sola maldita cosa, su mesa de trabajo estaba cubierta con una sábana, manteniéndola como un desastre indistinguible de bultos y bultos.

Máscaras. Toshinori YagiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora