Me acomodé en mi asiento, me recosté y me llegó una notificación a la cual respondí. Era Emma, mi mejor amiga.
Chat:
—No te la creo, ¿cómo que te has ido sin avisarme? —me escribió. Supongo que estaba enojada.
—Lo siento, no tenía mucho tiempo —le respondí inmediatamente.
—¿Para tu amiga no, verdad? —resaltó ella.
—Sabes que te quiero mucho, ¿verdad? Así que deja tus tonterías... Además, ya vamos a despegar. Te escribo luego, ¿vale? —le escribí. En eso sonó un "¡Pasajeros, ya estamos listos para despegar!".
—Sí, vale, te —dije, para luego notar que mi celular estaba al 5%.
...
—¡Carajo! —dije, rebuscando en mi maleta para ver si encontraba mi cargador—. Mierda, lo he dejado —dije un poco molesta—. Coño, Alex —resalté el nombre de mi hermanastro—. ¡Carajo! —dije enojada.
—¿Pasa algo, señorita? —dijo una azafata acercándose.
—No, todo está bien. Se me ha quedado el cargador —dije, tratando de aguantar la furia dentro de mí. Sé que Alex lo tomó.
—¿Así que un cargador? Tenemos muchos allá —dijo ella, apuntando a la zona VIP del avión—. Puede ir a tomar uno rápido, ya casi despegamos.
—Claro, gracias —dije asintiendo, para luego dirigirme a aquella zona.
—Según su introducción es... derecha por un lugar —dije susurrando solo para mí—. Ahí están —me acerqué para tomar uno—. Tipo iPhone... Ah, aquí estás —tomé uno sigilosamente y el avión despegó, haciendo que yo cayera en un asiento.
—Auch —dije, rascándome la cabeza porque me dolió—. Qué duro está esto —dije volteando a ver a un chico de pelo corto y ojos negros, vestido con traje, sobre el cual caí encima.
—L-lo siento —dije, levantándome rápidamente de encima del chico—. L-lo siento, no fue mi intención. Lo lamento —dije mientras el chico solo me miraba con esa mirada fría y asesina.
Me quedé parada delante de él, con la mirada avergonzada y una sonrisa forzada, para luego darme la vuelta e irme a mi asiento en la zona normal y poner mi teléfono a cargar.
...
*Llamada*
—Señor, encontré algo mejor que un postre —dijo aquel hombre sonriendo al teléfono.
—Bien... —respondió el otro al lado del teléfono.
—Y creo que lo encontré —dijo aquel hombre con aún su sonrisa.
—Tráela... Y —tomó un leve descanso—. Mate la.
—Sí, señor —dijo este, para luego terminar la llamada.
—Esto te va a pasar por meterte con el jefe... —dijo este, solo para reír.
...
Decidí dormir y descansar un poco por unas horas. Ya casi aterrizando, desperté para ver el hermoso atardecer y aterrizar. Mi madre me recogió en el aeropuerto junto a mi medio hermano Ashley.
—¿Cómo fue tu vuelo, cariño? —dijo ella abrazándome.
—Bien, gracias mamá —dije, poniendo cara de suficiencia—. Mamá, aprietas.
—Ay, lo siento —dijo ella alejándose un poco de mí—. Perdona, es que mi bebé ha crecido tanto —dijo acariciando mis mejillas, las cuales se tornaron de un color rojizo por la vergüenza.
—Mamá... Nos están viendo —literalmente, nos estaban viendo medio aeropuerto—. Mamá.
—Sí, ya —dijo ella soltándome.
—Hola, Nicole —dijo mi media hermana con obvio tono falso.
—Hola —nos miramos como si nos odiáramos literalmente.
—Vamos a casa —dijo nuestra madre.
