"El ángel apareció ante a mi para salvarme, y yo juré lealtad y amor hacia él para toda la eternidad"
Donde Heeseung es líder de Edén, una organización mundialmente buscada, mientras que Sunoo es la única persona que moriría por él.
HEESUN;
Prohibid...
Entendí de inmediato a lo que se refería Heeseung, el viaje iba destinado con motivos totalmente opuestos a los que había llegado a pensar.
Sentí mi sangre hervir cuando de su boca salieron aquellas palabras.
—Los hombres de Fazzari fueron los que emboscaron a los chicos en Suwon, en este momento no tenemos la fuerza para darle pelea, así que jugaremos a ser sus perritos aliados en el oriente.
—¿Pero por qué haría algo así? —cuestioné en un débil murmullo.
—Porque probaba nuestra paciencia —contestó observando la ventana del jeep en movimiento—. Un grupo débil crearía una guerra imaginaría por algunas pérdidas.
—¿Entonces nos quedaremos sin hacer nada? ¡Eran solo unos niños!
Observé su ceño fruncirse y sentí como todo su cuerpo se removía incómodo ante lo que había mencionado.
—Y lo sé, mierda, les prometí algo mejor y terminaron muertos —su voz sonaba cargada con culpa—. Pero si no empiezo a jugar su juego, seguirá habiendo pérdidas y no soportaría verte a ti o a otro de los chicos en el lugar de los niños de ayer.
Mi corazón se arrugó con sentimientos desbordados al escucharlo mencionar su miedo a mi muerte, por primera vez me sentía lo suficientemente importante para alguien y mi rostro caliente no podía ocultarlo.
Su mirada se había profundizado en la mía, casi buscando algún tipo de reacción que indicara que lo entendía aunque sea un poco. Pero yo jamás estaría en su contra, nunca me quejaría de sus decisiones y menos si estas implicaban ponernos a salvo de los más malos.
—Lo entiendo, hyung, siempre lo entenderé.
Le había dejado eso en claro, pero me hubiese gustado dejarlo aún más claro, quizás él en ese momento hubiera entendido todo lo que significaba para mí mucho antes.
—Sé que lo haces, eres muy inteligente, Sunoo.
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El vuelo había sido un estresante viaje de doce horas, mis extremidades no se encontraban tan adormecidas gracias a los cómodos asientos del ala VIP en la que habíamos viajado.
Estiré mis brazos y piernas al bajar del enorme avión, Korean Airlines era demasiado para mis costumbres pobres.
Por desgracia no había podido hablar demasiado con Heeseung, me quedé dormido al segundo de haber puesto el trasero en el asiento, y cuando había despertado, él se había quedado dormido también.
Sentí el aire europeo golpear mi cara por primera vez y vi al ángel realizar una llamada antes de girarse hacia mí y hacerme señas para que lo siguiera.
—Jaeyun nos está esperando en la salida —habló, tomando mi brazo y guiándonos hasta la puerta gigante.
