chapter two

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La pelinegra se soltó del agarre de Ri-an y se alejó un poco de él al ver que tenía demasiadas llamadas perdidas de su padre

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La pelinegra se soltó del agarre de Ri-an y se alejó un poco de él al ver que tenía demasiadas llamadas perdidas de su padre.

No quiso darle más vueltas a la situación y contestó a la octava llamada. Sabía que si no lo hacía, las cosas se complicarían más de lo que ya estaban, y su progenitor no era alguien con mucha paciencia.

—¿Si sabes que cuando alguien no te contesta las llamadas, es porque no quiere hablar? —inquirió con una ceja alzada. Se alejó de la mirada intrigada del chico a su lado y esperó el hablar de su padre.

—Jeon Ha-na. —él suspiró. —es por ésto que no quería comentartelo aún. Sabía que te pondrías así.

Una pequeña risa sarcástica escapó de la boca de la joven. Su padre a veces se superaba de lo cruel que era.

Ha-na siempre pensó que arreglar el casamiento de alguien y desposarla con un hombre cuyo origen era totalmente desconocido, era demasiado injusto.

No entendía la situación en la que su padre quería que ella esté. ¿Para qué? ¿Cuál era el propósito? ¿Conseguir más dinero? Su padre ya era alguien sumamente importante en la  industria de corea.

Era alguien con demasiado poder sobre todas las personas, incluso sobre la madre de Ri-an.

—¿Mi madre sabe sobre esto? —inquirió nuevamente hacia él. El silencio del hombre confirmó su pregunta y ella quiso llorar. —de acuerdo... —asintió. —no vuelvas a llamar, nos vemos en casa.

Un nudo se instaló en su garganta y tragó saliva tratando de alejarlo.

Ha-na colgó. Cerró sus ojos y contó hasta diez en su mente. Solamente los abrió cuando sintió unas manos heladas sujetar con delicadeza sus mejillas.

Abrió sus orbes cafés y se encontró con la mirada preocupada de Ri-an. El chico la observaba tan fijamente que pensó que podría ver hasta el interior de su alma.

—¿Me dirás qué es lo que ocurre? —el chico preguntó, frunciendo el ceño. La imagen frente a él le estaba produciendo un amargo sabor en la boca. Ha-na se encontraba verdaderamente luchando por no derramar una lagrima.

—Mi padre hizo un trato con un hombre para comprometerme con su hijo.

Ri-an bufó por lo bajo.

—Creí que tu padre no era ese tipo de hombres. —apretó su mandíbula. —¿sabes quién es ese hombre? —Ha-na negó —. Si me dejas hablar con mi madre de ésto, sabes que ella no estará de acuerdo.

—No quisiera que tu madre o tú se metan en ésto. —Ri-an hizo una mueca. —te meterás en problemas con él si te interpones.

El chico se enderezó y la notable diferencia de altura entre ambos se hizo notar, lo cuál hizo sonreír levemente al joven.

—Créeme que por tí, querida Ha-na, no me importaría meterme en problemas con tu padre.

La pelinegra blanqueó sus ojos.

 Golden Dinasty (Hierarchy) - Woo-jinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora