Gojo Satoru disfrutaba de un raro momento de tranquilidad en el coche con sus estudiantes, Nobara, Megumi e Itadori. Habían terminado una misión agotadora y ahora regresaban a Tokio, sumidos en la satisfacción del deber cumplido. Ijichi, el conductor veterano, estaba concentrado en la carretera, manejando con la destreza de quien ha enfrentado numerosas situaciones similares.
Gojo, con su habitual actitud despreocupada, observaba el paisaje pasar a través de la ventana, disfrutando del silencio interrumpido únicamente por las voces animadas de Nobara y Itadori discutiendo sobre algún tema trivial. Megumi, en contraste, permanecía en su estado habitual de calma reflexiva, observando el panorama con atención serena.
El sol comenzaba a descender en el horizonte, teñiendo el cielo con tonos dorados y rosados, creando un ambiente sereno y cálido dentro del vehículo. Gojo sonrió para sí mismo, contento de tener un equipo tan dinámico y peculiar como el que lo acompañaba. Había algo reconfortante en la normalidad de esos momentos, lejos de las constantes amenazas del mundo de los hechiceros.
De repente, Gojo notó algo inusual. Una figura vestida de blanco se acercaba rápidamente al coche. Sus instintos se activaron de inmediato. Antes de que pudiera reaccionar, la figura abrió la puerta del coche y se lanzó dentro, cayendo directamente en su regazo con un suspiro de alivio.
—¿Qué demonios...? —exclamó Nobara, girándose rápidamente en su asiento, su expresión de sorpresa reflejando la de los demás.
—¿Quién es ella? —preguntó Itadori, inclinándose hacia adelante con curiosidad palpable.
Gojo, con su característica sonrisa despreocupada, levantó ligeramente su venda para observar mejor a la recién llegada. La chica, vestida de novia, parecía estar completamente agitada. Desde afuera, escucharon un grito desesperado.
—¡AIXA! —gritó un hombre, furioso—. ¡Ven aquí, maldita desagradecida!
Gojo no necesitaba más explicaciones. Había algo en el rostro asustado de la chica que le dijo todo lo que necesitaba saber. Era evidente que estaba huyendo de una situación indeseable. Sin decir una palabra, Gojo hizo una señal con la mano a Ijichi, quien entendió de inmediato y puso el coche en marcha con destreza y rapidez.
El coche arrancó velozmente, alejándose rápidamente de la iglesia y de la amenaza que representaba el hombre enfurecido. En el interior del vehículo, el silencio reinaba, roto solo por el suave ronroneo del motor y la respiración entrecortada de la chica recién rescatada.
—Uff —suspiró la chica, aliviada, mientras se acomodaba mejor en el regazo de Gojo, buscando refugio y protección.
Gojo observó a sus estudiantes. Nobara e Itadori estaban visiblemente intrigados, sus ojos brillando con curiosidad ante la situación inesperada. Megumi mantenía su expresión seria, aunque levantó una ceja en señal de interrogación, mostrando su interés silencioso.
—Gracias, me salvaron la vida —dijo la chica, todavía con el velo cubriendo su rostro, su voz apenas un susurro lleno de gratitud y fatiga.
—No hay de qué —respondió Gojo con su tono juguetón, inclinándose un poco hacia adelante para examinarla mejor.
La chica se removió nerviosamente en su regazo, una mezcla de agotamiento y nerviosidad palpable en su postura. Gojo percibió algo extraño en su presencia, una energía sutil pero palpable que lo intrigaba profundamente. Con su aguda percepción de la energía maldita, notó que ella no era una persona común.
《Esto se está poniendo interesante》, pensó Gojo, una chispa de emoción brillando en sus ojos mientras consideraba las posibilidades que se desplegaban ante ellos.
De repente, la chica pareció tambalearse. Gojo sintió cómo su cuerpo se relajaba abruptamente.
《¿Qué demonios...?》pensó, justo cuando la chica se desmayaba en su regazo con un suspiro débil y agotado.
El inesperado giro de los acontecimientos dejó a todos en el coche en un silencio tenso, mientras la noche envolvía el vehículo y el misterio de la joven desconocida se profundizaba aún más.
... Continuará.
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La huida - [Gojo Satoru ♡]
Fanfiction- Los personajes de jujutsu Kaisen le pertenece a Akutami Gege. - Las imágenes que aparecen en la historia les pertenecen a sus respectivos autores. - Sí la historia no es de su agrado, sólo siga su camino.