━━━━ 𝗕𝗟𝗘𝗘𝗗 𝗪𝗘𝗟𝗟. ❛ El amor depreda a los vivos y alaba a los muertos. Sangra bien el alma que estás a punto de vender por pasión desquiciada. Sangra bien el corazón que está a punto de fallar por razones insanas. Mata y cuéntalo: «Estamos s...
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La ambición y el poder son aspectos que, por lo general, residen en lo más profundo de los oscuros corazones de todos. El anhelo de ser recordado en canciones y relatos como alguien de renombre es un honor buscado por muchos.
El lema de «Crecer Fuerte» de la Casa Tyrell marcó profundamente la vida de dos jóvenes, en especial la de Margaery, primera con el nombre y futura reina de nada. ¿Alguna vez su familia gobernarían los Siete Reinos? Porque no estaban ni cerca de lograrlo. Desde pequeña, ella escuchaba las historias narradas por sus padres e incluso por los maestres sobre los Targaryen. Estos últimos eran conocidos por sus formidables dragones, siempre dispuestos a hacer todo por sus jinetes. Ese poder los hacía reyes, algo digno de admirar, o al menos eso pensaba la pequeña niña. La que solía soñar con un futuro en el que su familia pudiera alcanzar semejante grandeza. El anhelo de destacar y dejar una marca imborrable se fue acumulando en su corazón conforme fue creciendo.
Durante un tiempo, su madre y la nueva reina Alicent Hightower, crearon un vínculo. Uno que fue inducido por Otto Hightower, quien a través de esta amistad, reflejó el deseo de forjar la alianza entre las dos casas; todo por un poco más de dominio para futuros acontecimientos. El matrimonio fue la primera opción para asegurar la lealtad. Así que, para cuando llegara el momento, el primogénito de Alicent desposaría a Margaery I Tyrell.
El plan parecía perfecto, pero todo se desmoronó cuando Alicent decidió casar a Aegon con su hija Helaena, rompiendo la promesa hecha a los Tyrell. Los sueños de Margaery se vieron frustrados temporalmente. Eso significó una cosa para ella; que sus convivencias a temprana edad fueron en vano. Porque claro, su madre siempre le hizo tener presente que su amabilidad frente a los hijos de Viserys I Targaryen traería consigo la victoria a su casa.
Aún así, nadie podía negar la astucia y la inteligencia de Otto Hightower para resolver conflictos. Siendo consciente de que necesitaba restaurar la alianza, propuso un matrimonio alternativo; sugiriendo que uno de los hijos menores de la reina consorte se uniera en matrimonio con la descendiente de la casa Tyrell. Pese a que esa propuesta no tuviera el mismo peso que la original, Lord Mano aspiraba a que sirviera como un acto de buena fe.
Mientras tanto, Margaery, no dejó su destino en manos de dicha herida que le dejó una pizca de rencor en lo más recóndito de su alma. Para manejar las circunstancias a su favor, tendría que adaptarse a los entornos y saber acomodar las piezas a su propio beneficio.
El juego recién comenzaba.
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