𝐋𝐚 𝐑𝐮𝐢𝐧𝐚 𝐝𝐞 𝐌. 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 | 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲

𝙑. 𝙈𝙖𝙣𝙩𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙖𝙡 𝙢𝙖𝙧𝙜𝙚𝙣

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ʳᵇʳᵗˢ.━━

—No era un santo como tu mamá presumía. Ella era menor que yo y me idealizó malamente. Pero, en mi defensa, M. y todos mis amigos eran igual.

Pollo del infierno. Mi padre se enterará de esto y finalmente cambiarían a ese incompetente por un profesor decente, no sin antes ejecutar a la bestia.

Estúpido Potter, siempre queriendo llamar la atención. Era obvio que la ave lo aceptaría por ser el lamebotas de Hagrid. 

Después de que la enfermera me arreglara el brazo, había querido descansar un rato en la camilla antes de ir al comedor. Lo único bueno de esto es que Pansy estaba muy preocupada por mí, lo cual disfruté mucho. Sin embargo, ya no fue divertido cuando escuché la otra voz chillona preguntando por mí en la entrada.

—No es nada, de hecho, ya estaba por echarlo. Es ese de allá, el que está de espaldas.

Escuché a los pasos apresurados hacia mí y supe que no tenía huida, ¿cómo es que se había enterado, si era de otro grado?

—¡Draco!

Suspirando pesadamente, me iba a hacer el dormido cuando vi que no solo era la rarita, venía acompañada de su prima, la decepción Weasley.

—¿Estás bien? Supe que fue un hipogrifo. ¡Hagrid está loco, esa cosa pudo haberte matado! —gritaba muy alterada Reverie a mi lado.

En cambio, Weasley solo me veía con su usual expresión de burla. ¿Todo era un chiste para ella?

—No fue nada grave —murmuré cansado.

—Oh no, Malfoy. ¿Te lastimaste, te lastimaste? ¿El malvado de Buckbeak se espantó por el olor de tus patas?

Reverie la codeó molesta.

—Prometiste que no dirías nada —murmuró.

—¿Ese es tu mejor chiste, Decepción?

—Si a mi prima no le gustaran los niñitos imbéciles cómo tú, créeme que otra cosa sería.

—Oye...

—Al menos ella sí tiene gustos decentes. No solo tuviste que defraudar a tu tribu al entrar a mi casa, sino defraudaste a todo Slytherin saliendo con ese mugroso squib.

Reverie se empezó a incomodar al quedar fuera de la discusión. Claramente le había dicho a M que se mantuviera al margen mientras intentaba acercarse a Draco, aunque él no le tuviera ni el más mínimo aprecio.

—Pues tú y la chismosa de Pansy pueden irse al carajo. Yo no estoy con nadie, nunca, y mucho menos con los cara de rata de Slytherin. Solo lo besé, pero entiendo que no lo comprendas, ¿quién podría besarte sin vomitarse encima?

—Ah, ¿sí? La rara de tu prima se muere por hacerlo.

—A ver, Reverie, bésalo.

La chica se enrojeció fuertemente cuando ambos voltearon a verla.

Sin embargo, el ruido de la enfermera los distrajo a los tres.

—Jóvenes, tienen que salir si seguirán peleando, esto es una enfermería.

Weasley rodó los ojos y enlazó su brazo con Reverie para irse.

—Todavía no te salvas de la revancha, Malfoy. Yo nunca pierdo —le susurró sobre el hombro.

—Ya veremos, Decepción.