🌷Prefacio🌷

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Sin nombre

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Sin nombre

El sonido de las garras veloces que rasgaban la piel de Seokjin hizo eco en el bosque y el último sonido de su corazón fue música para los oídos del asesino. Era un lobo de cuatro metros de altura, sus ojos verdes incandecentes, pelaje oscuro que brillaba en tonalidades platinadas a la luz de la luna, furia insaciable que pareció ser saciada por un instante cuando su contrincante perdió la vida. El lobo de ciento cincuenta años de edad se apartó del cuerpo de Seokjin, transformándose al instante en un hombre desnudo que dejaba ver distintas heridas en la espalda y el pecho. Dolorido se puso de cuclillas para tomar con la punta de sus dedos el collar de piedra lunar que rodeaba el cuello de su antes mejor amigo.

—Ahora es mío —al decir eso arrancó el collar colocándoselo en el cuello—, cumpliré mi promesa. No le haré daño a tu lobito, pero crecerá sin padres.

Después de decir eso avanzó hasta un árbol en el que tenía una mochila colgada, sacando de su interior un encendedor y un frasco lleno de pólvora de plata. Con el dedo pulgar rompió la tapa causando una ligera quemadura en su piel que pareció no dolerle. Después arrojó la pólvora encima del cuerpo inerte del rubio, encendió el encendedor aventándolo al aire y corrió veloz para alejarse del estallido. Aquella noche fue fatídica para una de las familias mejor posicionadas de ciudad Lunar, pero el verdadero caos estaba a punto de suceder.

El asesino del padre de familia entró corriendo a una cueva en medio del bosque, allí tenía artilugios además de ropa y zapatos que utilizaba cuando se transformaba ya que al hacerlo se le rompía el traje. (Únicamente las familias bien posicionadas obtenían un collar mágico que les permitía estar vestidos luego de sus transformaciones y aquel hombre se lo acababa de robar a Seokjin). Ya vestido se dirigió a la mansión del dueño del collar que guardaba en su bolsillo. Al llegar lo recibió una de las mucamas que era mitad humana, mitad lobo. Ella tenía el delantal ensangrentado y ojos desorbitados porque la señora de la casa se enteró acerca de la gran traición a su familia cuando intentó envenenarla con polvo de plata.

—¿Dónde están? —preguntó el hombre.

—Adentro, la señora ya no respira...

—¿Y el niño? ¡¿Qué hay del niño?! —cuestionó en un grito desesperado.

—En su cuna.

Sin decir más avanzó con pasos largos hasta la habitación pintada de azul del pequeño inocente que dormía con profundidad. Cuando abrió la puerta se acercó tratando de no hacer ruido admirando la delicadeza del pequeño.

—Niño, acabas de perder tu nombre y toda posesión. ¿Qué más da si te quito la vida?

El pequeño omega pareció escucharlo, por eso comenzó a mover el cuerpo y hacer pucheros, después tomó aire suficiente soltando un grito acompañado de llanto. El hombre no tardó en sostenerlo en sus brazos para arrullarlo y tratar de calmarlo.

—Así que quieres vivir... —El lobo sintió el agradable aroma del pequeño omega y sus instintos protectores se activaron—. Pues de todos modos no hay daño alguno que puedas hacerme, tus memorias no prevalecerán. Además le prometí a tu padre que vivirías y vivir en Ciudad Lunar siendo huérfano será un peor destino que la muerte. Por eso técnicamente no estoy siendo considerado contigo... Sufre niño, te veré crecer y te asesinaré con mis propias manos cuando creas estar más feliz que nunca. Cumpliré mi venganza hacia tu familia de esa forma.

El pequeño le contestó con una sonrisa invadida de inocencia que le provocó arcadas en su estómago, después de eso salió de la casa con él en brazos no sin antes terminar con la vida de la mucama que fue su cómplice para que no quedaran testigos del terrible acto que acababa de suceder. A urtadillas vagó por las calles de Ciudad Lunar, hasta llegar al barrio más descuidado, cuidando en todo momento no ser visto por los ciudadanos...

Horas después el llanto del pequeño a causa del hambre alertaron los oídos perrunos del barrio de los "sin nombre" Un lobo anciano abrió la puerta de su casa y apoyándose en su bastón caminó hacia el bebé levantándolo con sumo cuidado con uno de sus brazos. El bebé tenía el cabello color miel, con el cabello lacio y ojos que aparentaban ser rosas, o tal vez rojos. Todavía no se le notaba su verdadero color, su piel blanca y lisa como porcelana, su vestimenta parecía fina por lo que el anciano entristeció todavía más ya que el futuro de ese omega parecía haber sido mejor con sus padres presentes.

—Estás solo, eso significa que eres huérfano. ¿Pero quiénes eran tus padres? —preguntó el anciano curioso. El bebé respondió con un llanto más fuerte invadido de dolor y hambre que lo estremeció —. Te llevaré con las nodrizas voluntarias, estás a salvo con nosotros.

El barrio sin nombre no tenía ninguna consideración por parte de la realeza ya que desde hacía muchos años atrás fue decretado que los huérfanos debían ser marginados para evitar conflictos entre clases sociales. Algo injusto para los niños, pero algo que beneficiaba a los lobos de clase elevada porque así sus impuestos irían hacia sus propios objetivos superficiales.

Mientras que los marginados le daban la bienvenida al pequeño lobo cubriéndolo con árapos viejos y cantándole canciones de cuna en el castillo se celebraba una gran fiesta pues el príncipe Jungkook cumplía un año de edad. El pequeño nació con los ojos grises y sus pupilas parecían estar siempre dilatadas, esa extraña condición era heredada por todos los hijos varones de la realeza por eso el rey organizó tal celebración ya que al tener los ojos idénticos a los suyos se confirmaba que era su hijo. En ciudad Lunar gobernaba la familia Jeon desde hacía más de mil años puesto que ningún lobo de las familias refinadas habían logrado vencer a los reyes para ser el Alfa principal del reino. Incluso se rindieron en el intento para luchar contra ellos. Jungkook naciendo en cuna de oro, con cientos de sirvientes a su merced realizaba su primer berrinche porque quería morder el pastel antes de tiempo, pero su madre que era compasiva endureció la mirada dándole un par de nalgadas frente a todos los invitados.

—Corregir al niño con vara es lo mejor que un padre puede hacer —dijo el rey Namjoon observando con amor a su esposa.

—El amor va de la mano con la corrección —contestó ella, acto seguido tomó al pequeño entre sus brazos depositando un dulce beso en su frente.

El futuro rey de Ciudad Lunar crecería para dirigir miles de lobos por el camino correcto, al menos es lo que todos creían en ese momento.

Subasta de Omegas || Kookmin || Finalizada🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora