Vigilante

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Llevaba casi un mes en París, viviendo en casa de mi tío y conviviendo con mis primos. No es que tuviera demasiada interacción con ellos, al menos al principio. Me pasé la mayor parte del tiempo encerrado en mi habitación, tratando de mejorar mi francés, ya que en unos días empezaría en el mismo instituto que Alix.

No me hacía ni la más mínima ilusión. Bastante difícil era comenzar de cero en un sitio completamente nuevo, como para encima hacerlo en un idioma que apenas dominaba.

Alix, sin embargo, era persistente. Energética, vivaz y con una paciencia que a veces me sorprendía. Me sacó de mi cueva con la excusa de enseñarme el museo más famoso de la ciudad: el Louvre, donde trabajaba mi tío. No supe decirle que no.


El sol de la tarde se filtraba a través de las enormes pirámides de cristal del Louvre, iluminando con tonos cálidos las exhibiciones

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El sol de la tarde se filtraba a través de las enormes pirámides de cristal del Louvre, iluminando con tonos cálidos las exhibiciones. Caminaba entre las obras de arte, dejando que mi mente divagara, tratando de encontrar en las pinturas y esculturas algo que distrajera mi cabeza de mis propios pensamientos.

Alix caminaba a mi lado, hablándome animadamente sobre la historia del museo.

—¡Y aquí está la Mona Lisa! —anunció, señalando el cuadro con ambas manos—. ¿Mucho más pequeña de lo que esperabas, verdad? Suele decepcionar un poco.

Le dediqué una pequeña sonrisa, pero mi mirada estaba perdida.

Todos en casa sabían sobre la muerte de mi madre. Lo que no sabían era que yo conocía especialmente bien a Peter Parker. Su identidad se hizo pública después de su muerte, conmocionando al mundo entero.

Yo no necesitaba la noticia. Yo estuve allí.

—Oye, ¿estás bien? Sé que todo esto es nuevo para ti...

—Sí, solo estoy... pensando.

—Esta noche voy a cenar con unas amigas, ¿quieres venir? Van a ir con nosotros a clase y así te las presento ya.

Aprecié el gesto, pero la idea de socializar me pesaba demasiado.

—Gracias, Alix, es muy amable de tu parte. —Le puse una mano en el hombro, forzando una sonrisa—. Pero estoy cansado. En un par de días ya me los presentarás.

—Como quieras. No quiero presionarte ni nada.

—Lo sé. No te preocupes.


 No te preocupes

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𝙒𝘼𝙉𝙉𝘼 𝘽𝙀 𝙔𝙊𝙐𝙍𝙎 // 𝘾.𝘽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora