Por la mañana fueron de compras en lugar del ensayo habitual.
—No importa— dijo Sasuke sobre el tiempo perdido. —Los ensayos no empiezan hasta finales de julio. Estoy siendo muy concienzudo y empezaré con mis líneas pronto.
Hicieron la compra, empacaron los productos refrigerados en la nevera portátil y almorzaron en el pueblo, sentados bajo una sombrilla en un patio de palmeras y plátanos. Nadie reconoció a Sasuke. Holgazanearon y rieron mientras comían pastel de carne con verduras y regresaron a casa con la misma intimidad que habían logrado la noche anterior. Era Sasuke, pensó Saku mientras conducía. Él estaba tumbado en el asiento trasero mirando por la ventana y ella miró su imagen en el espejo con una sensación seca en la garganta. Se había topado con la vida de Chillo y la de ella y de una manera extraña, los unió a él. Incluso con el recuerdo de ese beso caritativo, no podía resentirlo. La cercanía que ella y Chillo siempre habían compartido se vio realzada y magnificada por la presencia de Sasuke. Y cual quiera que fueran los defectos que él tuviera, ella quería que continuaran.
Otra semana. Eso era todo lo que había. Saku observó cómo la carretera pasaba de macadán a tierra llena de baches mientras tomaba el desvío. Sería una semana para recordar ¿y después de eso? Ella se mordió el labio. Sólo... una semana para recordar.Corrección, pensó Saku mientras llegaban a Sea Winds. Hoy fue el comienzo del recuerdo. Un elegante hatchback blanco estaba estacionado en la calle. Temari había regresado.
—Tu amiga está aquí— dijo Saku alegremente a Sasuke, que estaba dormido. Se enderezó y vio el auto.—No lo olvides, su nombre es Temari y la última vez que estuvieron juntos la pasaron simplemente de maravilla.
Se quitó las gafas de sol y le lanzó una mirada fulminante.
—Hasta luego, Chillo.—Tocó brevemente el brazo de la anciana y salió. Temari apareció desde el lado de la casa que daba al mar y saludó alegremente a Sasuke. Sus labios relucientes se movieron a modo de saludo y ella extendió la mano y lo besó en la mejilla, rodeándole el cuello con los brazos. Sasuke le rodeó la cintura con el brazo y llevó a la rubia al interior con una velocidad indecorosa.
—Bueno— dijo Saku enérgicamente—por lo que parece, eso es lo último que veremos de él hoy
Chillo entrecerró sus ojos pálidos mientras ella salía del auto y cerraba la puerta de golpe.
—Aaagh.— Volvió a mirar atentamente mientras la ayudaba a llevar la compra al interior. La puerta del refrigerador se cerró de golpe un par de veces mientras vaciaba la hielera portátil. —Cereso —detuvo sus movimientos entrecortados tocándole el brazo— Ven y toma una taza de té conmigo.
—Te gusta— dijo mientras servía de la tetera de plata—¿No es así?
—Aaagh. Eso es diferente—
—Nos divertimos mucho anoche— dijo, tratando de mantener el tono general— Y hoy. Solo los tres.—
Chillo había estado trabajando en un nuevo trozo de madera flotante. Era la cabeza de un unicornio. Las grietas onduladas de la madera parecían una melena rizada. Recogió el dragón que aún estaba sin terminar. Chillo había trabajado un poco más en ello, con tanta suavidad que la marca de su cuchillo no era visible. Podría ser, incluso ahora, sólo un trozo de madera flotante.
—¿Ya has decidido cómo te gustaría que fuera, Cereso? preguntó la anciana, mirándola.
—No— dijo y miró desde la ventana hacia Sea Winds.
—Pensé que tal vez sí —dijo secamente. Saku lo miró fijamente y bajó al dragón.
—Déjalo como está, Chillo. Ni una cosa ni otra.
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Aquella Noche de Abril
RomanceEsta es una historia adaptada de un libro con el mismo nombre en español. Cabe mencionar que es mi libro favorito y el que me inspiro a escribir locuras y si lo conocen o lo tienen en físico me encantaría saberlo. Espero que también les guste. Sí...