Aquella Noche de Abril

CAPITULO OCHO

  La casa de Obito era una espléndida disposición arquitectónica de varios niveles que se extendía por una pendiente rocosa en Whale Beach.

Vivía allí unos meses al año cuando no estaba en Estados Unidos o Inglaterra negociando en nombre de Sasuke. En ese momento, Run vivía con él. Saku se preguntaba dónde encajaban todas las rubias.

 Obito tenía olfato para las inversiones que hacían dinero, le había dicho Sasuke. Había adquirido algunas propiedades muy valiosas para ambos en los últimos años. Y no sólo propiedades.

Mientras Obito la llevaba al ruido de la fiesta, pasaron junto a fabulosas esculturas y pinturas iluminadas y piezas antiguas envueltas en vidrio. Saku se detuvo ante un tríptico de fotografías ampliadas que ocupaban la mayor parte de una amplia pared. Tres estudios de Sasuke: el hombre de acción, con una camisa hecha jirones sobre músculos aceitados; el playboy vestido con un esmoquin y una promesa en sus ojos; el aventurero con camisa de caza y pieles de topo.

  —Siempre pensé que las estrellas tenían fotos como estas en sus propias casas", bromeó. —Sasuke no tiene ninguno— Obito sonrió pero no respondió mientras la conducía más allá de las tres caras del Hombre Ransome. Abrió una puerta y el aire cálido la golpeó. Y musica. Hubo un murmullo de voces y una dispersión de colores alrededor del resplandor acuático de una piscina cubierta. Las películas parpadeaban silenciosamente sobre la pared del fondo, más allá de una maraña de plantas tropicales, y la gente bailaba, se sentaba en las mesas y posaba en las tumbonas. A través del chapoteo de varios nadadores, Saku notó una cosa en común. Todos vestían ropa de baño o de resort. Las mangas largas de su vestido azul zafiro de repente se volvieron cálidas y apretadas. Había pensado que era un vestido realmente bonito, aunque había perdido parte de su promesa después de comprarlo. En este contexto, bien podría haber sido un disfraz.

  —Debiste haberme dicho que era una fiesta en la piscina.

  —Cachorra, lo siento, ¿no te lo dije?

  Saku lo miró con sus ojos verdes y claros. —No. No lo hiciste.

  Él gimió. —Mi mente está como un colador últimamente. Rin se enfurece conmigo. —La acompañó hasta la barra y le sirvió un poco de vino —Bebe esto, cariño, y perdóname.

  La invitó a una ronda de presentaciones. "Mi cuñada", decía y presentaba a la otra invitada junto con un resumen de sus logros en el negocio. Saku sonrió y se sofocó con su vestido azul, sintiéndose en desventaja. Su único derecho a la individualidad parecía ser su matrimonio con Sasuke. Los invitados eran amables e inconscientemente condescendientes con la chica de pelo de ratón que ni siquiera sabía usar el atuendo adecuado.

  Rin salió de la piscina y se escurrió el cabello hasta la cintura, mirando de reojo el vestido de Saku.

  —Oh, ¿no nadas?— ella preguntó. Saku sintió que la chica había reprimido un "cualquiera de los dos" al final de esa pregunta. Ilógicamente sintió un arrebato de ira. ¿Le había dicho Obito (la esposa de Sasuke no parece tener ningún talento) que no puedo imaginar lo que él ve en ella? Bueno, por supuesto que sí. Era exactamente lo que la mayoría de la gente pensaría; ella lo sabía desde el principio.

  —Hay un par de bikinis y toallas de repuesto en el vestidor si tienes demasiado calor— ofreció Rin.

  Saku decidió que cambiaría inmediatamente antes de derretirse. Pero de camino al camerino miró hacia la pared de la película y vio a Sasuke. Se abrió camino a través de la jungla de bambú, se detuvo para luchar contra hordas de nativos casi desnudos, se colgó de una enredadera sobre un desfiladero hasta llegar a un baño milagroso y lujoso. No hubo ningún sonido, pero vio sus labios moverse en el famoso eslogan —Y si crees que fue un afeitado apurado...— Se afeitó, ayudado por una rubia tetona, otro clon como los que Obito tenía decorando sus brazos en el restaurante. y se acomodó, suave y elegante, en un sillón con respaldo de orejas con un cigarro, brandy y la rubia. Era uno de los anuncios de Ransome. Siguió otra serie y Saku miró, admirando a Sasuke pero preguntándose por qué se sentía levemente repelida.