CAPITULO SEIS

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Su vida se vio sumida en el caos. Renunció al departamento y empacó sus pertenencias en el departamento.

Fue Chiyo quien le recordó que una vez ella había sido la chica que tomaba riesgos antes de que el accidente la hiciera añorar la seguridad. Bueno, aquí estoy, Chiyo, pensó, mientras firmaba autógrafos para personas que apenas le habían prestado atención pero que ahora le recordaban que no los olvidara y se mantuvieran en contacto, aquí estoy asumiendo el mayor riesgo de todos.

 Ino consiguió permiso para viajar con Saku a Sydney para la boda. Su hermana se había adaptado al hecho de que el hombre más extravagante de todos se había dejado llevar por el carácter de la familia y no por la belleza, pero francamente tenía dudas al respecto. Naruto volaría al día siguiente con su familia par acompañarla. Él también tenía dudas. Ya eran tres, pensó Saku.

  Su hotel de Sydney era todo espejos, candelabros, un vestíbulo elevado y personal de recepción presumido cuya superioridad se desvaneció al escuchar el nombre de Saku.

  —exelente atención al cliente —murmuró Ino en el ascensor— Tu prometido tiene influencia.

  —El hermano de Sasuke organizó todo.

  —Mmm. Me pregunto si se parece a Sasuke. Dos magníficos hombres Uchihas. No es de extrañar que las chicas de abajo quieran hacer amigas.

  La suite estaba cubierta de alfombras hasta los tobillos y de flores hasta las rodillas. Ino leyó los nombres en algunos: —Pensé que todo esto se mantendría en secreto. Algunos de ellos son de gente de Estados Unidos.

  Llegaron regalos, telegramas y cablegramas, y vestidos para que Saku se los probara, enviados desde una pequeña y discreta boutique de Double Bay. La dirección del hotel enviaba periódicamente a alguien para preguntarle si necesitaba algo. Fruta y vino en abundancia.

  —Supongo que esto es lo que obtienes si pagas lo suficiente...— Saku miró a su alrededor, hacia el extraño territorio de la riqueza.

  —Cínico pero cierto. Me alegra ver que todavía tienes los dos pies en la tierra.

  Saku comenzó a pensar que esos dos pies debían correr lo más rápido posible en dirección norte. Su breve conversación telefónica con Sasuke no había hecho nada para sofocar el pánico creciente. No podía acudir a ella porque eso sólo haría que la prensa la atacara aún más rápido, dijo. Pero enviaría a Obito para contarle sobre los preparativos de la boda.

  Fue Saku quien abrió la puerta por sexta vez esa tarde. Allí estaba un hombre que llevaba un enorme arreglo de orquídeas. Cogió las flores, pensando que era un repartidor. Su mirada la detuvo. Las orquídeas temblaron en sus manos y Saku dio un paso atrás involuntariamente. Tenía una fuerte e ilógica impresión de ira... parecía equivocada, porque él sonrió de repente y ella supo quién era.

  —Saku... encantado de conocerte.— Dejó las flores en sus brazos y la besó en la mejilla. —Soy Obito. Espero que mi hermano pequeño te haya dicho que iba a ir.

  Entró rápidamente, conoció a Ino con cálido agradecimiento y luego caminó mientras explicaba los detalles de la boda. Hablaba muy rápido, como si estuviera acostumbrado a celebrar cinco o seis bodas en un día. —Habrá cohes oches que te llevarán a la iglesia, Rolls blancos. Los conductores son guardaespaldas experimentados...— les informó, y: —Me he tomado la libertad de elegir el himno Oh Amor Perfecto...—Las rosas y los claveles se mecían ante la corriente de aire de su paso. Lacy gypsophila rebotaba como en un vendaval.

  No era como Sasuke. Sin embargo, hubo similitudes fugaces. Semejanzas que a veces deben volver loco a Obito, pensó Saku. La naturaleza había sido una broma con Obito. El cabello que era espeso y de color negro azabache en Sasuke, era fino y más cafe en Obito. La estructura ósea de su rostro no era diferente a la de su hermano, pero la capa de carne estaba demasiado dispuesta para ser atractivo. Obito era más bajo, más regordete y había heredado la piel pálida, las pestañas y cejas colo grisaseo de un cenizo que Sasuke había evitado mágicamente.

Aquella Noche de AbrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora