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NARRA NAIARA


No presto mucha atención al principio, pero el cambio en la expresión de Lucas me hace ponerme alerta. Su rostro pasa de la confusión a una preocupación intensa en cuestión de segundos.

— ¿Qué? ¿Qué pasó? — pregunta.

Me acerco a él, tratando de escuchar mejor la conversación. La voz de Álvaro al otro lado del teléfono suena bastante alarmada, y aunque no puedo escuchar todo, las palabras "accidente" y "Salma" me llegan claramente.

— ¿Está bien? ¿Dónde está? — Lucas sigue interrogando a Álvaro con el rostro pálido.

No puedo aguantar más. Le arrebato el teléfono de las manos, con el corazón a mil por hora. No hemos tenido suficiente con el revuelo que se ha creado en Twitter con los haters que ahora pasa esto.

— ¡Álvaro, soy Naiara! ¿Qué le ha pasado a Salma? — exijo con mi voz llena de pánico.

— Naiara, ha tenido un accidente en casa. No sé todos los detalles porque salí con Bea a comprar, pero parece ser que se ha caído y está herida. ¿Podéis venir rápido? Es tan cabezona que no quiere ir al hospital — la voz de Álvaro suena muy angustiada, aumentando mi ansiedad.

Sin pensarlo, me voy a buscar mi chaqueta. Lucas hace lo mismo, ya con las llaves del coche en la mano para entregármelas. La preocupación y el miedo son palpables en el aire mientras salimos apresuradamente de la casa.

Durante el trayecto, intentamos llamar a Salma varias veces, pero no contesta. Cada minuto que pasa sin noticias aumenta mi angustia. Finalmente, al llegar al piso Sobao, corremos hasta su puerta.

Álvaro nos abre, visiblemente nervioso. Entramos rápidamente y, para nuestro alivio, vemos a Salma sentada en el sofá, con una bolsa de hielo en el codo y una expresión sorprendida al vernos entrar tan apresurados.

— ¿Qué pasa? ¿Cómo estas? — pregunto agitada.

— Naiara, Lucas... estoy bien. Solo me resbalé en la ducha y me golpeé el codo. Álvaro debe haber exagerado — Salma trata de calmarme con una sonrisa.

—¿Es en serio? —Lucas pregunta aún incrédulo.

—Sí, de verdad. Me dolió mucho al principio y Álvaro se asustó, pero ya estoy mejor — me asegura.

Suspiro aliviada, sintiendo cómo la tensión se desvanece. Me siento a su lado, dejando que el alivio se apodere de mí mientras Álvaro se disculpa por habernos alarmado tanto.

—Lo siento, chicos. Me asusté y llamé sin pensar. ¡Enséñales el brazo bien! —dice Álvaro visiblemente avergonzado pero queriendo que veamos porque esta tan preocupado. — ¡Jolines! Para una vez que Bea me convence de ir al Mercadona, pasa esto.

Salma nos muestra el enorme moratón que tiene en el codo.

— Lo importante es que estás bien, Salma — le digo tomando su mano. — Pero tata, me quedaría más tranquila si vamos y que te ven bien ese codo que esta más morao' que una berenjena.

— Boluda, la Nai tiene razón no podés quedarte acá muriéndote de dolor sin que te miren eso — dice Lucas con cara de preocupación mientras le mira el brazo.

— Lo sé, lo sé. Pero puedo ir mañana por la mañana, no ahora a las tres y media de la madrugada — responde Salma entre risas mientras se acomoda.

— ¡La concha de tu hermana! No puedo creer el susto que nos has dado, Álvaro. Para la próxima se más claro, po — se queja Lucas, sacudiendo la cabeza.

— Lo siento, chicos. Me asusté mucho al verle ese brazo todo hinchado — se disculpa Álvaro visiblemente avergonzado.

— Bueno, por si acaso, quiero llevarte al médico, Salma. No me quedaré tranquila hasta que te vea un profesional — digo decidida, y suelo ser bastante cabezona.

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⏰ Última actualización: Jun 19 ⏰

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