Donde la Ampi (Amparo) creció siendo la sombra de su hermana la Kyoko, pensando que nunca se sentiría suficiente consigo misma. Pero un día en un carrete del Tanaka, donde solo fue invitada por su hermana, conoció al rubio más sincero y penca, que l...
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Narra Amparo
Después de que este penca no me siguiera la onda con hablarle me fui a la cocina con el Hinata y su futuro pololo. Allí nos encontramos a sus amigos del Nekoma, no conocía a ninguno.
—Hola hermano.— Le dijo Hinata a un cabro casi igual de bajito que el, con el pelo que parecía un flan. —Ella es mi mejor amiga, la Amparo.—
—Wena, me llamo Kenma y el es el Kuroo.—
—¡Hola!— Dije —Díganme Ampi no más.—
—Lindo nombre.— Dijo coqueto el amigo del rubio.
—Gracias, jajaja.— Dije, no de manera incomoda pero un poco sorprendida. —Y ustedes juegan voley igual, ¿Cierto?— Dije preguntando a ambos.
—Sí, yo soy capitán del Nekoma de hecho. — Dijo orgulloso el pelinegro.
—Ah, buena.— Dije mientras iba a buscar pisco para hacerme una nueva piscola ya que la anterior olvide donde la dejé, que weona.
Mientras que detrás de mi escuchaba a los demás hablando.
—Sipo, si la Ampi es hermana de la Kyoko.— Dijo Kageyama.
—Aaah, su hermosa manager.— Dijo el pelinegro.
—Jaja, si ella misma es mi hermana.— Dije un poco incómoda, cosa que Hinata pudo ver y en respuesta. le dio un pequeño golpe en el codo a Kageyama.
De nuevo ella.
Realmente no tengo nada contra mi hermana, se podría decir que es contra mi misma, ya que es por mi que no destaco, ella es lo que es y yo solo un 0 a la izquierda, es como si no tuviera ni voz ni voto en cada cosa en la que esté o que haga. Sin importar qué, siempre seré comparada con ella.
Un poco bajoneada me fui al living ya que estaba vacío, donde mis pensamientos me comían y solo tomaba y tomaba piscola, acabándomela en un instante. Aún con la pena dentro de mi, me paré de nuevo para hacerme otra con el pisco que había allí en el living, hasta que cuando estaba apunto de tomar esa botella, una mano detiene la mía.
—Que wea.— Dije enojada.
Era el rubio.
—¿Querí una?— Dije. —Espérame que me haré una yo prime- —
—No, no te harás otra. — Dijo.
—Pero ¿por qué?— Dije mientras hablaba balanceándome ya que estaba pasada y empezaba a perder el equilibrio.
