C.006

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— “ SORPRESA DESAGRADABLE... ” —
Ichinose abre un obsequió significativo...

        ‘RISU—CHAN

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        ‘RISU—CHAN... LAMENTÓ TODO LO SUCEDIDO’, ERAN las palabras que estaban escritas en el pequeño papel doblado que consiguió aquella noche en su habitación junto a el regaló. Sabía quién era sin necesidad de que la nota tuviera un motte, pues esa caligrafía la conocía, y solo una persona la llamaba así...

Risu-chan!' Él era el único a el que le permitió ponerle un apodo, y que usará un honorífico en su nombre. Y con él era la única persona con la cuál ella usaba ese cariñoso honorífico de 'chan', llamándolo igual de bobo que él a ella.
'¡Kei-chan!'

— Y yo lamentó que aún me gustes, idiota.— sus palabras cargadas de sentimientos qué se fueron llevadas por el viento se soltaron una noche antes de empezar de nueva cuenta las clases mientras veía el interior de la caja.

Un collar con una pluma perteneciente a él...

Esas plumas que conformaban las alas que tanto le gustaban.

Ahora solo le lastimaba verlas..

Verlo a él, le lastimaba.

Keigo-chan no cumplió su promesa...

  Un suspiro agotado brotó de los labios de Arisu que estampó su rostro contra la mesa de trabajo, habían vuelto a clases más rápido de lo que esperaba, y no, no era lunes, habia pasado muchos más días en lo que exámenes, entrenamientos y clases l...

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  Un suspiro agotado brotó de los labios de Arisu que estampó su rostro contra la mesa de trabajo, habían vuelto a clases más rápido de lo que esperaba, y no, no era lunes, habia pasado muchos más días en lo que exámenes, entrenamientos y clases la tenían agotada. Noto lo gran atrasada que estaba en las clases, sin embargo, en los entrenamientos superaba por mucho a sus compañeros lo que le llevo a hacer un raro trato con Bakugōu sobre ello. Él chico la ayudaba con las clases, y ella con los entrenamientos; después de esa noche en casa de los Bakugōu dónde se quedó a dormir en una habitación de invitados, y a la mañana siguiente se fue temprano luego de hacer el desayuno para todos –Shinsou quién la había llamado temprano le dijo que era una muy buena manera de agradecer– paso el resto del domingo con Hitoshi, quién también la ayudó con las clases, y ambos entrenaron juntos hasta quedarse dormidos en el patio de la casa de él varón, dónde la madre de el pelimorado les llamo para que entrarán al ver cómo una tormenta se avecinaba, cuando paro la lluvia, se fue a su casa, siendo domingo.

 × ƙꫝꪖꪮక ▔▔▔▔﹆ 𝕭. 𝕶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora