C.012

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- "CAMPAMENTO DE VERANO" -
Los ojos de Ichinose...

LAS PALABRAS DE SHINSOU SE REPRODUCÍAN UNA Y otra, y otra vez en la mente de la albina que trataba pobremente de ajustar su corbata en su cuello mientras el sonido del reloj era lo único que sus oídos escuchaba a la lejanía

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LAS PALABRAS DE SHINSOU SE REPRODUCÍAN UNA Y otra, y otra vez en la mente de la albina que trataba pobremente de ajustar su corbata en su cuello mientras el sonido del reloj era lo único que sus oídos escuchaba a la lejanía. Bajo sus ojos se podían presenciar una sombra violácea oscura, producto de su miedo constante de no estar alerta a su don, y que este volviera a no responder; Hitoshi, quién la había estado viendo desde que ingreso a la habitación soltó un suspiro, intuyendo que ya era hora de que se acercará y la hiciera entrar en razon, y salir de su trance, el pelimorado se sentía terriblemente culpable, pensando que habia sido muy duro hacia la chica, aunque no podia evitar pensar que había echo lo correcto, después de todo, Arisu nunca tuvo alguien que le dijera directamente toda la verdad sin titubear ya que la tenían muy sobrevalorada hasta el punto que desconocía su identidad forzada, de su identidad verdadera.

Ser simplemente poderosa no hizo a Ichinose Arisu quién era, lamentablemente ser simplemente Ichinose Arisu fue lo que la condenó a su destino, y eso al parecer era algo que ella aún desconocía.

— Aizawa-sensei no tardará en venir. — reprocho ante lo tarde que iba mientras se acercaba por detrás colocando ambas manos en sus hombros. Arisu desvío su mirada de los ojos de su amigo por el espejo, inflando sus mejillas producto de su berrinche.

Shinsou suspiró ya algo frustrado de ser ignorado por la chica.

Su orgullo, y berrinche lo estaba llevando muy lejos.

Cuando la chica se separó para sentarse en su escritorio empezando a colocarse sus medias, nego con la cabeza cruzando sus brazos mientras la veía con intensidad.

— Arisu... —

— Arisu... —

— Arisu... —

Nada.

Estaba tan concentrada en arreglar su apariencia por primera vez que hasta daba chiste.

Fue el colmo para Hitoshi cuando la misma empezó a silbar al tiempo que tomaba su maleta, y mochila.

— ¡ARISU, ESCÚCHAME POR FAVOR! — Y la albina lo giro a ver elevando sus cabellos para mostrar sus orejas de elfo, más específico los audífonos inalámbricos que estaban en ellos.

— ¿Ah? ¿Me estabas hablando? —  Esa inocencia no la creía ni muerto.

¿Cuando demonios se puso los audífonos?

 × ƙꫝꪖꪮక ▔▔▔▔﹆ 𝕭. 𝕶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora