2. SIENDO ROOMIES

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Jungkook llegó a su piso con mucha desesperación. Había salido de su facultad temprano para ir a recoger un paquete que había esperado con muchas ansias por alrededor de una semana. Esperaba que el chico pelinegro no hubiera llegado aún, así que mientras subía las escaleras se quitaba capas de ropas innecesarias. Afuera hacía un poco de frío pero, de tanto esfuerzo físico, ya había entrado en calor. Se apresuró a dejar todo en su habitación para después esperar en la cocina mientras tomaba agua. No quería parecer sospechoso y extraño.

No tuvo que esperar demasiado por su compañero, quien entró igual que él, todo apresurado y sudado por el esfuerzo, sumando los nervios de llegar tarde.

—¡Ayuda, por favor!

Jeon se apresuró a ver que sucedía. Corrió a ayudarlo con las bolsas, parecía que le cortarían los brazos.

—Jimin Hyung, no tenía que comprar tanto.

—Tú compraste más la semana pasada.

El chico castaño solo asintió como respuesta.

—¿Qué quiere que prepare? Trajo muchas cosas...

—Sólo haz un poco de ramen instantáneo, estoy muerto y tengo mucha hambre.

El chico volvió a asentir de manera rápida y en silencio.

Para Jimin —alguien muy llevadero—, la distancia que mantenía con Jungkook le hacía sentirse extraño, por lo que siempre intentaba hacer plática con él, quería descubrir que le ocurría a su introvertido compañero. Lo sacaba de quicio con su silencio abrumador.

—Escuché por ahí que tu cumpleaños será pronto...— dijo Jimin, pero al igual que antes, Jungkook solo asintió—. ¿Harás algo ese día?

—Quería ir a ver a mi familia, pero...uh, es un lunes así que... supongo que saldré con alguno de mis... amigos...— dijo de forma pausada, lenta y sin mirar al otro chico. Concentrado en no tirar el agua caliente.

«Nota mental de Park Jimin: Jeon Jungkook es un sujeto introvertido con extrema timidez, quizá un poco falto de confianza, ¿pero en qué?».

—¿Cuántos años cumples Jungkook?

—Uh...—el chico se sonrojó ligeramente—. Veinte.

«Es educado pero sigue manteniéndose lejano».

—Espero que te diviertas entonces...—dijo el pelinegro mientras se ponía de pie, tomaba uno de los botes de ramen y se iba a su habitación. Sentía que había presionado mucho al chico haciéndole tantas preguntas personales. Habían sido muchas palabras intercambiadas para una sola tarde.

El joven tiró su mochila en su cama y dejó el ramen en su escritorio. Se quitó la camisa sudada y los pantalones ajustados que le picaban en las piernas mientras pensaba en darse una ducha después de comer para hacer su tarea en paz.

—Uh, Hyung-nim, ¡perdón!— escuchó la vocecita de Jungkook en su puerta, la cual había olvidado cerrar. 

—Jungkook, abre los ojos, no pasa nada. Lo que tú tienes ahí es lo mismo que tengo acá, quizá con diferente tamaño, pero...

—¡Hyung!— el chico cerraba los ojos con más fuerza. Dejó un vaso de agua y uno de refresco junto al bote de ramen y se marchó con un claro sonrojo. Se detuvo en el marco de la puerta mirando hacia fuera para hablar antes de volver a la cocina.

—Le traje esto porque vi no que tomó alguna bebida, perdone... si lo interrumpí...no, volve-verá a suceder.

Jungkook miraba sus manos con un rubor que sólo se hacía más intenso. Se marchó cerrando la puerta.

«Extremadamente tímido, servicial y... dulce».

TRIP (JIKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora