No es una historia del todo Domisker, pero creo que la podéis disfrutar de todas maneras.
Sally se había quedado dormida después de tirarse horas llorando, no sabía cuánto hacía desde que la habían traído hasta aquí, pero llorar la había agotado. En aquella bodega solo quedaba ella y uno de los bastardos que trabajaban con su padre, que la vigilaba en todo momento.
La despertaron un montón de gritos y de sonidos que parecían armas disparándose y miro a su alrededor, el guardia seguía allí, pero estaba distraído por lo que estuviese pasando allí fuera, aprovechó esa distracción y despacio sin hacer ruido para que no la escuchase cogió una botella y se acercó a él por la espalda para luego darle con ella en la cabeza y noquearlo.
Se quedó quieta mirando al hombre, asegurándose de que no se fuese a despertar para poder escaparse y justo cuando iba a salir de allí escuchó pasos que se acercaban a donde estaba ella con prisa.
Se escondió rápidamente en uno de los huecos entre paredes y cerró los ojos, apretándolos bien.
-Mei.- Alguien susurró ese nombre que tanto detestaba, no sabía quién era, pero su voz se le hacía reconocida.- Mei, ¿estás aquí?- Volvió a hablar y esta vez sí reconoció esa voz.
-Estoy aquí, Vera.- Habló bajito también. Estaba asustada de lo que pudiese pasar.
-Gracias a dios.- Susurró Vera y corrió a abrazarla.- ¿Estás bien? ¿Te han hecho algo?- Preguntó rápidamente mientras la miraba por si encontraba alguna herida.
-No, no. Estoy bien. ¿Qué está pasando ahí arriba?- Preguntó.
-Hemos venido a salvarte, ¿qué pregunta es esa?- Sonrió y la volvió a abrazar.
Se separaron al volver a escuchar pasos corriendo hacia ella, Vera la agarró y se escondieron de nuevo.
Al rebasarlas vieron que eran dos personas uniformadas con el uniforme del SNI, pero no podían diferenciar quiénes eran y respiraron tranquilas.
-Que susto, estamos aquí.- Dijo Vera.
Las dos personas desconocidas se giraron rápidamente y una de ella salió corriendo y abrazó a Sally, solo por la forma de llorar Sally reconoció de quién se trataba y se separó de ella rápidamente. Intentó quitarle el casco pero no podía y Sara lo hizo rápidamente.
-Sally.- Lloró Sara.
-Sara.- Lloró Sally.
Ambas se miraban mientras lloraban porque sabían quienes eran, pero casi no se reconocían. Sara con media cara tapada debido a los daños del disparo de su padre y Sally debido a todos los cambios que se había hecho para que no la reconociera nadie.
-Reunión de familia.- Dijo una voz sarcástica.
Dos de los trabajadores de Toni Miranda agarraron a Vera y a Dominique, quien se había quitado el casco y las apuntaban con la pistola.
Sara agarró a Sally y la puso detrás de ella, no iba a dejar que nadie volviese a hacerle daño, tendrían que pasar por encima de su cadaver.
-No sabéis lo feliz que me hace volver a teneros en casa, chicas.- Su voz de psicópata heló la sangre a Sara. Se empezó a acercar a ellas y ellas caminaron un poco hacia atrás.
-Deberíais saber lo más importante que tiene esta familia, chicas. El honor, todo eso que vosotras habéis mandado a la mierda.- Sally y Sara miraban al suelo, tenían miedo de lo que les pudiese hacer Toni en ese momento, estaban realmente aterrorizadas. Toni tenía la mano levantada para abofetear a Sara cuando escucharon un disparo y un grito de dolor. Sara miró hacia arriba y vio a alguien que pensaba que nunca iba a volver a ver. Estaba allí en la entrada de aquella bodega, tan guapo como siempre y un poco más mayor.
Dos personas con el traje del SNI se acercaron a los guardias que tenían a Vera y a Dominique y los separaron de ellas.
Cano se acercó a ella corriendo y le puse el arma que había disparado a Toni en la mano. Su arma la había tirado cuando vio a Sally.
-Se que lo quieres hacer, pero si no puedes hacerlo lo haré yo.- La susurró.
Sara cogió el arma y apuntó a quien debería de haber dado la vida por ella y su hermana, pero lo único que hizo fue hacerlas sufrir en cada segundo de sus vidas, hacerlas miserables.
-¿Cómo vas a poder mirarla a los ojos sabiendo que has matado a tu propio padre?- Gritó Toni desde el suelo. Sara empezó a gritar y disparó el gatillo.
-Nunca sabrá la clase de familia que tiene.- Le gritó.
-Entonces...- Vera habló de repente.- Está claro que ha sido en defensa propia, ¿verdad?- Miró a todos.
Sara abrazó a Cano como si se fuese a romper en el momento que lo soltase.
-No me puedo creer que estuvieses todo este rato tan cerca de mi.- Susurró Cano.
Sally los miraba con una sonrisa hasta que miró a Dominique que estaba buscando algo, y se podía imaginar el que.
-Dominique.- Susurró Sally. - Ella no está aquí.- Dominique la miró rápidamente y dejó lo que estaba haciendo.- Toni... Toni la ha matado.- Susurró.
El grito desgarrador de Dominique separó a Sara y Cano que seguían en su mundo. Wesker, que estaba al lado fue la única que persona que escuchó lo que había pasado y agarró a Dominique que estaba apunto de que le diese algo.
Sara al ver la escena supo que lo que había pasado y lloró también.
-No, no, no.- Lloraba. Ella sabía desde hacía tiempo lo que le había pasado a Darlene, ella nunca se había tirado tanto tiempo sin ponerse en contacto con ellas.
-Lo siento mucho, Dominique.- Susurró Sally.
-Sentimos mucho interrumpir, pero deberíamos de salir de aquí.- Un grupo de policías entraron para avisarles.
Wesker agarraba a Dominique para que no se cayera al suelo, Sally y Sara iban acompañadas de Cano quien las abrazaba.
Al salir de aquel sitio Sally se dio cuenta de cuántas personas había en realidad allí, había agentes de policía vestidos de GEO y otras personas que solo llevaban el chaleco antibalas, entre esas personas reconoció a Regina, quien las miraba con una sonrisa. Sara al verla soltó a Sally y a Cano y corrió hacia ella para abrazarla.
-Está muerto.- Le susurró. Regina la miró y le dio las gracias.- ¿Dónde está?- Preguntó.
-Avise a Evelyn de lo que iba a pasar hoy, me había enterado de que estaba aquí, teníamos pensado sacarla solo la familia, pero supuse que necesitaríamos un poco de ayuda y avisé a los demás.- Susurró.
-Gracias.- La volvió a abrazar y volvió con Sally y Cano, quienes la esperaban en el coche.Unas horas después, estaban esperando para poder irse a descansar a algún lado, todos estaban reventados, pero Sara parecía nerviosa e incapaz de dormirse en el hombro de Cano como lo había hecho Sally.
Estaban en la sede del SNI y aunque Sally había estado ahí mucho tiempo no quería quedarse sola.
El sonido de la puerta abriéndose y cerrándose les espabiló a los tres.
-Que alegría ver que estáis bien.- Dijo una voz que Sally reconocería en cualquier lugar, seguida de una voz que la pilló desprevenida.
Era Evelyn Souls y venía con una niña pequeña en brazos.
Sara se levantó de un salto y corrió a ellas.
-Mi amor.- Susurró cogiendo a la niña en brazos.
Sally se fijó en aquella niña y miró a Cano y a Sara. Tenía el pelo rojo como el de Sara y era muy blanquita de piel, miró a Cano que se había quedado quieto.
-Mami.- Susurró la niña abrazando a Sara.
-Mei, hay alguien fuera que quiere verte.- Dijo Evelyn.
-¿Podéis llamarme Sally, por favor?- Preguntó haciendo caso.
-Espera.- Dijo Sara acordándose de quienes estaban allí.- ¿Te acuerdas de las personas de las que te hablaba en casa?- Preguntó Sara a la niña.
-¿Papá y la tía Sally?- Preguntó mirando a Sally y a Cano con una sonrisa. Sara solo asintió.
-Cano, Sally esta es Darlene.- Susurró Sara. Ambos estaban llorando. -Siento no habértelo podido decir antes, Cano.- Cano se acercó poco a poco a Darlene, con miedo de asustarla o algo. Noté como sus manos le temblaban.
-Hola, Darlene.- Susurró.
-¿Abrazo?- Le preguntó y Cano la cogió en brazos. Ambos estaban llorando, Sally se acercó a Sara y la rodeó con los brazos.
-Siento que hayas tenido que pasar por todo esto sola.- Susurró.
-No he estado sola, nunca lo he estado. Siempre miramos la misma luna.- Sally sonrió y se acercó a Cano y a Darlene.
-Déjamela un rato.- Dijo cogiendo a Darlene de los brazos de su padre. Sara y Cano se quedaron un rato mirándolas a las dos, disfrutando del momento, del reencuentro.
Los cuatros salieron por la puerta del despacho de Dominique y se encontraron de frente con la Tita.
-Mis niñas.- Gritó corriendo hacia ellas y las envolvió en un abrazo. Darlene en los brazos de Cano estaba con una sonrisa, simplemente disfrutaba de estar en los brazos de aquel hombre del que había escuchado tantas historias.- Me alegro tanto de que esteis bien las dos.
-Siento interrrumpir.- Dijo alguien detrás de ellos. Todos se dieron la vuelta y vieron a Dominique y junto a ella estaba Wesker que la tenía rodeada con un brazo, como si tuviese miedo de que se fuera a romper. Dominique tenía los ojos rojos en huinchados de llevar un buen rato sin parar de llorar.- Ya lo tenemos todo arreglado para que os podáis ir a descansar.- Wesker la miró con preocupación y de la nada le dio un beso en la frente. Cano miró sorprendido a Sara. No tenía ni idea de aquella relación.
-Dominique, quiero que conozcas a alguien.- Dijo Sara cogiendo a Darlene.- Esta es Darlene, es mi hija. Necesito que sepas que Darlene fue una persona importante para mi, fue quien me salvó la vida. Siento muchísimo lo que ha pasado con ella, no pensaba que fuese a pasar esto.- A Dominique se le caían las lágrimas de nuevo.- No me lo perdondaré jamás.- Terminó llorando también.
Dominique se acercó poco a poco a ellas, con ayuda de Wesker porque le temblaban las piernas.
-Hola.- Susurró.
-Ella es la mamá de la tía Darlene.- Le dijo al oído Sara a la pequeña.
UNOS AÑOS DESPUÉS.
La pequeña Darlene estaba jugando con Sally por el patio, riéndose, siendo felices.
-Chicas, han llegado los abuelos.- Gritó Sara sonriendo desde la puerta que daba al patio. Estaba con un vestido con el que se le notaba la tripita de embarazada.
-Vamos, vamos.- Gritó Sally cogiendo en brazos a una Darlene de 6 años que no paraba de reirse. Dominique y Wesker salieron al patio cogidos de la mano. Hacía poco que habían dado el paso de casarse y estaban disfrutando de unas vacaciones largas viajando por todo el mundo. Darlene bajó de los brazos de Sally y corrió a los brazos de sus abuelos.