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—No siempre voy a estar a tu lado cuando despiertes, tontita.

—Prefiero no despertar entonces.

                         ❤︎

Solji era una enfermera que llevaba un buen tiempo cuidando de Minjeong. Ella ya conocía a toda su familia, incluyendo a su adorable hija, y por lo mismo sabía lo importante que era el contenido de las cartas.

"Si algún día despierta y no estoy, quiero que esta sea la primera que lea" Le pidió un día Jimin, la novia y madre de su hija. Solji era una romántica y aunque quizá lo primero que tenía que hacer era llamar a un doctor, cuando vio que una de sus pacientes favoritas despertaba por fin, lo primero que pudo hacer fue acercarle aquella carta que Minjeong leyó con mucha dificultad.

—Doctor.

Quien estaba de turno era el doctor Seo, un hombre en sus sesenta que parecía llegar cada día de mal humor. Desde que llegó a trabajar al hospital le pidió a todas las enfermeras que trabajaban en su turno que no lo molesten a no ser que sea algo de vida o muerte.

El hombre levantó la mirada y Solji contó en su cabeza para relajarse y evitar hacer una cara que demuestre lo mucho que detestaba tener que trabajar con él.

—La paciente de la habitación veinte acaba de despertar, está muy confundida y.

—¿Quién es?

Todavía sin moverse y omitiendo por completo el tono de urgencia que ocupó Solji, el doctor siguió desinteresado.

—Kim Minjeong, conectada a ventilador hace cuatro años. Ha despertado.

Su cabeza hizo el viaje mental necesario para recordar de quién estaba hablando y finalmente levantó su cuerpo gordo y lento. Solji caminó tras él, detallando lo que sabía del caso. —La paciente fue inducida a un coma porque tenía muchos órganos comprometidos después de un ataque. En los últimos cuatro años se han hecho todos los estudios, se ha hecho terapia física para mantener sus músculos, pero en realidad nunca presentó mayores avances hasta esta noche. Abrió los ojos e intentó leer algo, pero nuevamente se durmió.

—¿Intentó leer algo? —El doctor juntó sus cejas, ese tipo de impulso era poco habitual. Entraron a la habitación que ya tenía todas las luces prendidas y comenzó a monitorear todo y a pedir todos los exámenes que tendrían que hacerse. —Y que alguien se comunique con su familia, por favor.

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Unos meses atrás.

—Hanni, por favor.

Mamá e hija parecían molestas. Jimin quería tomarle una foto con su uniforme porque iba a comenzar la escuela primaria.

Hanni era una niña excesivamente tímida y la idea de empezar la escuela la aterraba. Los ojos de la pequeña estaban nublados por las lágrimas, sus mejillas estaban rojas y sus labios temblaban por el miedo que le producía ir a un lugar nuevo.

—¿Recuerdas lo que hablamos anoche? Si no vas a la escuela, entonces no vas a poder aprender sobre los dinosaurios.

—Puedo aprender sobre dinosaurios en la televisión.

Su hija hablaba muy bien para su edad, pero solo se explayaba de esa forma con sus familiares y era prácticamente incapaz de entablar conversación con otros niños de su edad.

—Hanni, no te pongas difícil. —Los minutos pasaban y la amenaza de llegar tarde a su primer día se hacía real. —Es una buena escuela, tu profesora le hizo clases a Jay cuando tenía tu edad ¿Recuerdas lo que dijo? Dijo que la profesora Lee era muy amorosa y entretenida. —Al menos eso detuvo su llanto. Su primo Jay era prácticamente su hermano mayor y el chico, pese a ser varios años mayor, todavía cuidaba de ella como tal. Para Hanni todo lo que decía Jay debía ser cierto. Al menos ya no estaba llorando y parecía algo más convencida. —Y Minji será tu compañera.

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